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NUEVATRIBUNA.ES - 28.01.2010

Manuel Zelaya ha perdido la partida. La dictadura ha vuelto a triunfar en América Latina y la comunidad internacional mira hacia otro lado. Después de un encierro de 129 días en la embajada brasileña, el presidente derrocado ha dejado su país para iniciar su exilio en República Dominicana y después afincarse definitivamente en México.

Las presiones internacionales no han frenado los deseos de Micheletti. Ahora el presidente (ilegítimo para gran parte de los países latinoamericanos) Porfirio Lobo, toma el relevo de la etapa dictatorial, amparado por una victoria electoral polémica por la dudosa legalidad de los comicios.

El mismo día que Lobo tomaba el testigo presidencial, Manuel Zelaya dejaba el país. Una hora antes de su toma de posesión, Porfirio Lobo firmaba un decreto de amnistía en el que quedaban libres de culpa tanto los golpistas como Zelaya, acusado por la justicia de Honduras de delitos políticos durante su Gobierno.

El 20 enero Lobo y el presidente de República Dominicana, Leonel Fernández, acordaron que Zelaya tuviera un salvoconducto para salir del país. Su salida se produjo el miércoles. Antes de emprender su viaje el jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas de Honduras, general Romeo Vázquez, responsable del levantamiento contra Manuel Zelaya en junio pasado, le despidió con ironía: “Nosotros siempre hemos sido amigos”. A lo que Zelaya contestó: “Volveremos”.

En las afueras del aeropuerto, los seguidores de Zelaya vitorearon el momento del despegue y lo despidieron con gritos y el ondear de banderas de Honduras y del Partido Liberal, al que pertenecen tanto el presidente depuesto como el ex gobernante golpista Roberto Micheletti.

A su llegada a Santo Domingo, el presidente Leonel Fernández recibió a Zelaya como un “huésped distinguido” considerado como “un símbolo de la democracia en América Latina”, en palabras de Fernández. Zelaya, acompañado de su mujer y su hija, se creció y denunció: “He estado 129 días prisionero en mi propio país”. “Fui derrocado hace siete meses. Encabecé una lucha por mi restitución. Y no se pudo conseguir debido al incumplimiento del Acuerdo Tegucicgalpa-San José. Este esfuerzo no fue suficiente, pero deja una enseñanza: las armas no son el camino”, explicó Zelaya en la pista del aeropuerto militar de la capital dominicana.

Países como Brasil, Argentina, Venezuela y la OEA (Organización de Estados Americanos) han manifestado su rechazo a las últimas elecciones hondureñas. En la misma línea el presidente dominicano dijo: “Las elecciones no son suficientes y Pepe Lobo tendrá que demostrar que trabaja por la reconciliación y cese de la persecución”, a lo que añadió: “La causa hondureña es la causa de toda América Latina”.

FUTURO DE ZELAYA / FUTURO DE HONDURAS

El futuro de Manuel Zelaya se ubica en México. Su viaje a República Dominicana durará apenas una semana, y después el presidente derrocado se dirigirá a México DF, desde donde pretende incorporarse al Parlamento Centroamericano, ya que le corresponde un escaño como ex presidente de su país.

Mientras, el destino de Honduras se sitúa en manos de Porfirio Lobo, quien tomó posesión en una ceremonia más bien fría y con la compañía de sólo tres mandatarios: el panameño, Ricardo Martinelli; el presidente de Taiwán, Ma Ying-jeou, y el dominicano Leonel Fernández, que se encontraba allí antes de acompañar a Zelaya a su país.

Lobo insistió en que se han superado los desacuerdos y pintó un “horizonte brillante y prometedor”, que todavía se tiene que digerir. “Hoy quedará firme el Plan de Nación que llevará a Honduras por la ruta del desarrollo y la prosperidad”, sentenció.



Zelaya inicia su exilio en Santo Domingo, y en Honduras se justifica la dictadura