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17 de junio de 2010, 5:26
NUEVATRIBUNA.ES / AGENCIAS - 15.06.2010
Naciones Unidas ha advertido que el número de personas que huyen del conflicto interétnico de Kirguistán puede elevarse en breve hasta los 100.000. El enviado especial de la ONU, Miroslav Jenca, afirmó que ya hay por lo menos unos 75.000 refugiados en el vecino Uzbekistán, que decidió este martes cerrar su frontera.
El representante del organismo internacional aseguró, sin embargo, que la situación de caos en Kirguistán no permite saber con precisión cuántas víctimas de la violencia están saliendo del país centroasiático.
Según los datos oficiales, los enfrentamientos étnicos de los últimos días han dejado al menos 170 muertos, aunque representantes de la minoría uzbeka han denunciado que unas 700 personas han perdido la vida y varios medios locales hablaron de 2.000 víctimas mortales en Osh y Jalal Abad, 'epicentros' de la violencia.
El 'baile' de cifras se debe al hecho de que muchos cadáveres no son llevados a las instalaciones kirguisas por miedo y están siendo enterrados en fosas comunes sin identificación previa. Además, los heridos se cuentan por miles.
"No tenemos más sitio para acoger a los refugiados", declaró el viceprimer ministro de Uzbekistán, Abdulá Arípov. En Tashkent, la capital de la ex república soviética, señaló que ya han sido registrados oficialmente cerca de 45.000 ciudadanos kirguises de origen uzbeko, aunque esta cifra no incluye a los niños.
Por esa razón, Uzbekistán ha decidido cerrar su frontera a los refugiados, después de registrar oficialmente a 45.000 de la cifra total que ha cruzado la frontera. Esta cifra no incluiría a los niños. El 14% de la población de Kirguistán es de origen uzbeko y la mayoría reside al sur del país, donde se está produciendo la ola de violencia.
Por su parte, el gobierno de Pakistán ha evacuado esta madrugada a 134 de sus ciudadanos residentes en Kirguistán tras fletar un vuelo chárter, según fuentes oficiales citadas por medios Pakistán. Cerca de 500 paquistaníes residen en el país, la mayoría estudiantes. China también ha recibido evacuados, en concreto 195 personas, que han cruzado al gigante asiático huyendo del conflicto.
El enviado especial de las Naciones Unidas, Miroslav Jenca, ha exigido al gobierno de Kirguistán que convoque elecciones como estaba planeado pese al conflicto.
En las últimas horas Rusia ha anunciado que apadrinará una misión para frenar la violencia, después de que la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), acordara tomar medidas para detener el conflicto.
UN 14% DE UZBEKOS
Kirguistán tiene una población de 5,3 millones de habitantes, de los cuales cerca del 14% pertenecen a esta minoría y residen mayoritariamente en el suroeste del país, la región afectada por la ola de violencia. Arípov indicó que las autoridades de Uzbekistán necesitan al ayuda de las organizaciones internacionales. Los países de la región, como China y Pakistán, están evacuando a todos sus ciudadanos.
Los enfrentamientos representan la peor ola de violencia étnica en Kirguistán desde 1990, cuando el entonces líder del Kremlin, Mijail Gorbachov, envió soldados soviéticos a Osh después de que cientos de personas murieran en una disputa por la tenencia de tierras. Ahora, Moscú se plantea otra vez enviar a la zona una fuerza militar en el marco de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC). Sin embargo, este martes la presidenta interina del país centroasiático, Rosa Otumbayeva, negó tajantemente esta posibilidad.
El Gobierno interino de Kirguistán, que asumió el poder en abril tras una revuelta que derrocó al presidente Kurmanbek Bakiyev, ha acusado a los partidarios del depuesto líder de crear el conflicto étnico, acusación que el ex mandatario niega.
Naciones Unidas ha advertido que el número de personas que huyen del conflicto interétnico de Kirguistán puede elevarse en breve hasta los 100.000. El enviado especial de la ONU, Miroslav Jenca, afirmó que ya hay por lo menos unos 75.000 refugiados en el vecino Uzbekistán, que decidió este martes cerrar su frontera.
El representante del organismo internacional aseguró, sin embargo, que la situación de caos en Kirguistán no permite saber con precisión cuántas víctimas de la violencia están saliendo del país centroasiático.
Según los datos oficiales, los enfrentamientos étnicos de los últimos días han dejado al menos 170 muertos, aunque representantes de la minoría uzbeka han denunciado que unas 700 personas han perdido la vida y varios medios locales hablaron de 2.000 víctimas mortales en Osh y Jalal Abad, 'epicentros' de la violencia.
El 'baile' de cifras se debe al hecho de que muchos cadáveres no son llevados a las instalaciones kirguisas por miedo y están siendo enterrados en fosas comunes sin identificación previa. Además, los heridos se cuentan por miles.
"No tenemos más sitio para acoger a los refugiados", declaró el viceprimer ministro de Uzbekistán, Abdulá Arípov. En Tashkent, la capital de la ex república soviética, señaló que ya han sido registrados oficialmente cerca de 45.000 ciudadanos kirguises de origen uzbeko, aunque esta cifra no incluye a los niños.
Por esa razón, Uzbekistán ha decidido cerrar su frontera a los refugiados, después de registrar oficialmente a 45.000 de la cifra total que ha cruzado la frontera. Esta cifra no incluiría a los niños. El 14% de la población de Kirguistán es de origen uzbeko y la mayoría reside al sur del país, donde se está produciendo la ola de violencia.
Por su parte, el gobierno de Pakistán ha evacuado esta madrugada a 134 de sus ciudadanos residentes en Kirguistán tras fletar un vuelo chárter, según fuentes oficiales citadas por medios Pakistán. Cerca de 500 paquistaníes residen en el país, la mayoría estudiantes. China también ha recibido evacuados, en concreto 195 personas, que han cruzado al gigante asiático huyendo del conflicto.
El enviado especial de las Naciones Unidas, Miroslav Jenca, ha exigido al gobierno de Kirguistán que convoque elecciones como estaba planeado pese al conflicto.
En las últimas horas Rusia ha anunciado que apadrinará una misión para frenar la violencia, después de que la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), acordara tomar medidas para detener el conflicto.
UN 14% DE UZBEKOS
Kirguistán tiene una población de 5,3 millones de habitantes, de los cuales cerca del 14% pertenecen a esta minoría y residen mayoritariamente en el suroeste del país, la región afectada por la ola de violencia. Arípov indicó que las autoridades de Uzbekistán necesitan al ayuda de las organizaciones internacionales. Los países de la región, como China y Pakistán, están evacuando a todos sus ciudadanos.
Los enfrentamientos representan la peor ola de violencia étnica en Kirguistán desde 1990, cuando el entonces líder del Kremlin, Mijail Gorbachov, envió soldados soviéticos a Osh después de que cientos de personas murieran en una disputa por la tenencia de tierras. Ahora, Moscú se plantea otra vez enviar a la zona una fuerza militar en el marco de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC). Sin embargo, este martes la presidenta interina del país centroasiático, Rosa Otumbayeva, negó tajantemente esta posibilidad.
El Gobierno interino de Kirguistán, que asumió el poder en abril tras una revuelta que derrocó al presidente Kurmanbek Bakiyev, ha acusado a los partidarios del depuesto líder de crear el conflicto étnico, acusación que el ex mandatario niega.
