jueves. 28.03.2024

Un partido con raíces neonazis entrará por primera vez en el Parlamento sueco

Es la noticia más llamativa de las elecciones celebradas este domingo que han vuelto a ganar los conservadores, que se han beneficiado de una de las mejores recuperaciones económicas de Europa, junto con buenas finanzas públicas y reducciones de impuestos, y a pesar de un debilitado Estado del bienestar.
NUEVATRIBUNA.ES / AGENCIAS - 20.9.2010

La coalición conservadora Alianza del primer ministro Fredrik Reinfeldt, de centro-derecha, ha sido la lista más votada en las elecciones legislativas de este domingo y, según los resultados finales publicados la noche del domingo al lunes por la comisión electoral, consigue 172 (49,2% de los votos) de los 349 escaños del Parlamento sueco, el Riksdag. Sin embargo, pierde su mayoría absoluta, ya que la oposición de centro-izquierda, la coalición Rojo-Verde -constituida por los Socialdemócratas de Mona Sahlin, los Verdes y el Partido de Izquierda (ex Comunista)- obtiene 157 escaños (43,7% de los votos).

La coalición de centro-derecha integra al Partido Moderado de Reinfeldt, a los Cristiano-demócratas, a los Liberales y al Partido del Centro.

La noticia ha sido la entrada en el Riksdag del partido xenófobo Demócratas de Suecia (DS), que consigue por primera vez representación parlamentaria y contará con 20 diputados (5,7 de los votos). Aunque el DS, un partido con raíces neonazis, finalmente tenga la llave de la gobernabilidad, los dos principales bloques han descartado cualquier colaboración con ellos.

El jefe del gobierno ha dicho que buscará si necesario el apoyo de los diputados verdes, miembros de la coalición de izquierdas, antes que pactar con la ultraderecha. Pero la reacción del Partido Verde ha sido fría. "En la actual situación continuamos con la cooperación rojo-verde", ha manifestado su líder, Maria Wetterstrand, refiriéndose a la alianza con la oposición socialdemócrata.

El líder de la ultraderecha, Jimmie Aakesson, de 31 años, ha prometido no crear el caos tras su entrada histórica en el parlamento: "No vamos a crear ningún problema. Tomaremos nuestras responsabilidades. Es mi promesa al pueblo sueco".

Mona Shalin quien, con 53 años, esperaba convertirse en la primera mujer jefe de gobierno en Suecia y que se presentó como la guardiana del célebre Estado de Bienestar sueco, ha admitido su fracaso: "Hemos perdido. No hemos sido capaces de recuperar la confianza" de los electores. "Ahora le corresponde a Fredrik Reinfeldt decir cómo prevé dirigir Suecia sin dejar ninguna influencia a los Demócratas de Suecia", ha añadido.

Si el final de la campaña se centró sobre la economía y el futuro del modelo social, Reinfeldt y Sahlin insistieron sobre todo en la importancia de lograr una mayoría suficiente para contrarrestar el auge de la formación de extrema derecha. Los dos líderes han insistido en su rechazo a toda perspectiva de acuerdo con los DS, que quiere poner fin a la fuerte inmigración en Suecia (más de 100.000 personas por año).

Los DS no han cesado de progresar en el seno del electorado sueco. En 1998 lograron solo el 0,37% de los votos. En 2006 ya obtuvieron un 2,9% en 2006. Los Demócratas Suecos se han inspirado en el éxito del Partido del Pueblo de la vecina Dinamarca que da un apoyo parlamentario vital al Gobierno danés. Niegan ser racistas pero quieren restringir la inmigración y critican al Islam y a los musulmanes, a los que no consideran suecos. Los inmigrantes son el 14 por ciento de la población sueca, por encima del 12,4 por ciento de media del norte de Europa, según datos de Naciones Unidas.

Los analistas opinan que el partido de los Demócratas Suecos ha encontrado apoyo entre los desempleados, cuyo número ha aumentado durante la crisis económica global. Tiene una base fuerte en el sur de Suecia, donde el número de inmigrantes es mayor que la media nacional. Sus votantes, según el experto de la Universidad Umea Svante Ersson, son generalmente jóvenes varones que se sienten ignorados por la sociedad. A su juicio, "no tienen necesariamente que ser xenófobos: puede ser una manera de expresar su rechazo al poder establecido".

Cuando los resultados provisionales ya avanzaban el mapa político que finalmente se ha instaurado en Suecia, Ulf Bjereld, politólogo de la Universidad de Gothenburg, comentó que "si ese resultado se mantiene tendremos un escenario que la mayor parte de votantes suecos quisieron evitar, que es tener a un partido xenófobo que sostenga el equilibrio de poder".

Para los periódicos suecos, las elecciones suponen un drástico cambio en una nación conocida por su tolerancia y sus políticas liberales. "Es lunes por la mañana y hora de que los suecos encuentren una nueva imagen", escribe el diario Svenska Dagbladet y resume la situación con estos parámetros: "Un gobierno de centroderecha sin una mayoría absoluta, una debilitada socialdemocracia y un partido con raíces en el ultraderecha con la clave del equilibrio de poder".

El diario Dagenx Nyheter se centra en las dificultades políticas que generarán la pérdida de la mayoría para el gobierno, a quien dice que le espera "una difícil situación".

Reinfeldt se ha beneficiado de una de las mejores recuperaciones económicas de Europa, junto con buenas finanzas públicas y reducciones de impuestos realizadas en los últimos cuatro años. En las elecciones, los votantes han elegido entre su modelo, basado en un debilitado Estado del bienestar con más recortes de impuestos y privatizaciones, y una plataforma de la oposición que quería que los ricos pagasen más para financiar colegios, hospitales y centros de mayores. A pesar de ello, los socialdemócratas han tenido su peor resultado en casi 100 años.


Un partido con raíces neonazis entrará por primera vez en el Parlamento sueco