jueves. 28.03.2024

El repetido método de robar información bancaria secreta para después utilizarla políticamente ha vuelto a funcionar en Suiza, pero esta vez ha afectado a la cúpula político-financiera helvética y el caso ha enardecido las tranquilas aguas de la administración de Berna.

La duda se ha establecido en la sociedad sobre la legitimidad de especular en el mercado de divisas cuando uno dirige el organismo rector de las finanzas de un país

El banco pedía disculpas, asumía que se había quebrado el sacrosanto secreto bancario y afirmaba haber despedido al infractor.

No obstante, la bomba ya había estallado porque el informático, en lugar de ofrecer la información al mejor postor, como suele suceder en estos casos, la entregó a un abogado cercano a la UDC, la Unión Democrática de Centro, un partido ultraderechista y xenófobo, declarado enemigo de Hildebrand.

El abogado entregó la información a Christoph Blocher, fundador y ex presidente de la UDC, ex ministro, y actual parlamentario que argumentó desde el inicio que la esposa de Hildebrand, Kashya Hildebrand, había utilizado información privilegiada para especular en el mercado de divisas.

El 15 de agosto, Kashya Hildebrand compró unos 500.000 dólares -según la cifra especulada por la prensa- pagando en francos suizos.

Tres semanas después, el 6 de septiembre, el Banco Nacional Suizo decidió establecer un cambio fijo entre el franco suizo y el euro, lo que provocó una considerable apreciación del dólar que pasó en pocos minutos de 0,79 a 0,86 por franco.

Los medios argumentan que la ganancia potencial de la transacción fue de 35.000 francos.

Kashya Hildebrand decidió salir a la palestra en un programa de televisión y negar la comisión de cualquier falta o delito.

Dijo que compró los dólares para aprovecharse del bajo nivel del dólar y porque el 80 por ciento de las transacciones de su galería de arte se realizan en esta moneda.

Asimismo, Kashya Hildebrand explicó que había informado de la transacción al BNS el día después de realizarla, y que la entidad no encontró ninguna objeción a la misma.

De hecho, la pareja Hildebrand ha sido oficialmente exculpada, dado que Blocher denunció el supuesto delito al Consejo Federal Suizo (Gobierno helvético) y éste, sorprendido y alarmado, solicitó urgentemente que se realizaran dos investigaciones para esclarecer los hechos en vísperas de Navidad.

Una fue realizada por el Control Federal de Finanzas y otra por la firma Price Water HouseCoopers.

Ambas contaron con la colaboración del presidente del BNS, quien entregó toda la información solicitada, y las dos concluyeron que no se había cometido ninguna irregularidad.

Oficialmente, Hildebrand y su mujer han quedado "limpios", sin embargo, la duda se ha establecido en la sociedad sobre la legitimidad de especular en el mercado de divisas cuando uno dirige el organismo rector de las finanzas de un país.

La prensa ha sacado a relucir que mientras el Banco Central Europeo o la Reserva Federal estadounidense obligan a sus presidentes a colocar su dinero en un trust administrado por un tercero, esta regla no existe en Suiza. El otro tema pendiente es el de la violación del secreto bancario.

Hasta la fecha, la pareja Hildebrand no ha anunciado la interposición de una querella contra el banco Sarasin, aunque no se descarta que lo hagan dado que en su comunicado de defensa, la esposa señaló la gravedad de ese hecho delictivo.

Un enredo político-financiero salpica al presidente del Banco Nacional Suizo