jueves. 28.03.2024
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El turismo, más que ningún otro sector económico, debería alcanzar el equilibrio entre los aspectos económicos, sociales y medioambientales a través de los atractivos naturales y culturales, elementos estos que se deben encontrar en un buen estado de conservación

En la actualidad, es cada vez más necesario buscar una estrategia de desarrollo que articule el crecimiento económico con equidad social, además de no deteriorar los recursos naturales, base del sustento tanto para las presentes, como para futuras generaciones. El propósito es alcanzar el paradigma de sostenibilidad, donde el ser humano y la naturaleza puedan convivir de manera armónica. 

El turismo, más que ningún otro sector económico, debería alcanzar el equilibrio entre los aspectos económicos, sociales y medioambientales a través de los atractivos naturales y culturales, elementos estos que se deben encontrar en un buen estado de conservación. De este modo, si el turismo es una de las actividades que, en determinadas economías, mayor aporte genera al Producto Interno Bruto (PIB), ¿por qué no generar ingresos propios para la autogestión de las áreas protegidas?

En ese contexto, hablamos sobre la planificación, gestión y turismo en el Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure, TIPNIS. Esta Área Protegida cuenta con  doble categoría de manejo de competencia nacional. Ubicado en corazón de Bolivia, con una superficie de 1.302.757 has., cuenta con tres culturas indígenas vivas (Tsimane, Yuracaré, Moxeño Trinitario), las cuales mantienen una población de 7.000 hab. Su economía está basada en el autoconsumo de productos provenientes de la pesca, la caza, la recolección y la agricultura, con una gran diversidad de flora (2500 a 3000  plantas vasculares y uso de plantas medicinales consideradas farmacia verdes)  y fauna (mamíferos, aves, reptiles, anfibios y peces: lo más relevante caimán negro, cocodrilo, delfín boliviano, pez dorado).

Según un estudio recientemente realizado, el turismo en la zona TIPNIS es aún incipiente y carece de una planificación que vaya en sintonía con los parámetros del desarrollo sostenible. Así, éste es observado únicamente como una herramienta concebida para generar ingresos económicos, o incluso para la protección del medio ambiente, pero sin considerar otras cuestiones como la participación de las comunidades indígenas que la habitan, sus usos y costumbres, las posibilidades que ofrece una gestión compartida con el Área Protegida.

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A esto hay que añadir que, actualmente, el TIPNIS atraviesa una crisis política relacionada con la construcción de una carretera que atravesará la zona núcleo del área protegida, algo que significa la destrucción de importantes componentes de sus ecosistemas. Sin embargo, también es verdad que, en cierta medida, esta infraestructura favorece el desarrollo de las comunidades indígenas que habitan en el área protegida, ya que están limitados en el uso de servicios como la salud o la educación. Un tema que expone el TIPNIS a los ojos del mundo entero.

La conservación y protección de los recursos naturales y culturales es una actividad extremadamente costosa en el TIPNIS. Por la gran extensión que tiene, le corresponde al Servicio Nacional de Áreas Protegidas (SNAP) distribuir el presupuesto a las áreas bajo su gestión -en toda Bolivia- provenientes de fuentes externas. Sin embargo, muchas veces estos recursos no son suficientes para cubrir todas las necesidades, por lo tanto es indispensable buscar nuevos medios para generar ingresos que ayuden en la autogestión del área.

Se considera, pues, importante impulsar y fomentar el cobro de tarifas o tasas  por el disfrute de un bien o servicio dentro del área protegida con el fin de recuperar los costes de inversión por estos servicios y, a la vez, generar una utilidad adicional para el manejo del TIPNIS, ya que este carece de los recursos técnicos, económicos y organizativos necesarios para gestionar y desarrollar con eficacia las actividades turísticas.

En ese sentido, implementar un Plan Estratégico en el TIPNIS es de vital importancia; una herramienta que serviría fundamentalmente para crear un futuro a partir del presente y donde el principal objetivo sería mejorar significativamente la gestión financiera de esta área protegida de doble categoría -Parque Nacional y Territorio Indígena-, sobre una base de prioridades: el cobro por ingreso al área en general y el ordenamiento de la actividad turística sostenible en la misma.


Gladis Jiovana Figueroa Ampuero | Estudiante del Máster en Destinos Turísticos Sostenible

Turismo en el Territorio Indígena Isiboro Sécure: una alternativa para el desarrollo...