miércoles. 24.04.2024
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Hay más de catorce mil armas nucleares repartidas entre Estados Unidos, Rusia, Reino Unido, Francia, China, India, Pakistán e Israel

El pasado 2 de febrero, Estados Unidos suspendió su participación en el tratado INF, un pacto que firmaron Ronald Reagan y Mijaíl Gorbachov en 1987, por el que se prohibieron los misiles crucero de alcance entre 500 y 5500 kilómetros. Éste fue el primer acuerdo de desarme sellado para poner término a la guerra fría, destinado a eliminar todos los misiles nucleares y convencionales de rango corto y medio.

Con esta medida Trump ha abierto el paso a un nuevo despliegue de misiles nucleares en Europa, que sin duda tendrá respuesta por parte de otras potencias, especialmente Rusia. El reloj que los científicos diseñaron para alertar a la humanidad, que señala el tiempo restante para la catástrofe nuclear, se ha acercado hasta los niveles más peligrosos de la guerra fría. El gasto militar rompe de nuevo sus récords. Y hay que recordar que hay más de catorce mil armas nucleares repartidas entre Estados Unidos, Rusia, Reino Unido, Francia, China, India, Pakistán e Israel. Más de mil pueden ser disparadas en cualquier momento.

Mientras, la industria armamentista multiplica sus beneficios y sube su cotización cada vez que habla Trump. Y como embajador del complejo militar industrial se pasea con su catálogo de armamento presionando y chantajeando a sus supuestos aliados para que hagan sus pedidos y aumenten su participación económica en la “Defensa de Occidente”. Una solución redonda para exportar su crisis económica y hacer que la paguen otros.

Cuando más de 120 países han acordado la prohibición de fabricar, poseer o utilizar las armas nucleares, esta decisión demuestra que el Gobierno de Trump actúa fuera de toda razón y todo sentido coherente, más allá del beneficio inmediato de la venta de armas.

Seguramente su paisaje de formación le hace sentirse como aquel sheriff de los antiguas películas del oeste, que armado hasta los dientes llegaba a la cantina donde encontraba algunos desarmados guerreros indios y les descerrajaba algunos tiros cuando éstos no se rendían por las buenas. Pero el mundo actual no es el lejano oeste, ni están las otras potencias desarmadas.

El Partido Humanista denuncia la amenaza que la ruptura de este acuerdo supone y pide que todos los países apoyen el Tratado de Prohibición de las Armas Nucleares, especialmente España, que forma parte del grupo de países de la OTAN que no lo ha hecho.

También denunciamos esta suicida carrera armamentista que ha tomado nuevo impulso, y que desvía los recursos necesarios para las verdaderas prioridades de la humanidad, como son la educación, la salud, la protección social, la protección del medio ambiente y el diálogo entre culturas.

Queremos recordar las palabras dichas por Silo en su charla: “El significado de la paz y la no violencia en el momento presente” que diera en la 10° cumbre de los Premios Nobel, realizada en Berlín, Alemania, con motivo del 20 aniversario de la caída del Muro, los días 10 y 11 de noviembre.

“Para evitar la catástrofe atómica que parece amenazar el mundo del futuro más o menos inmediato, debemos trabajar hoy mismo superando la violencia social y personal al tiempo que exigimos:

1- el desarme nuclear mundial;
2- el retiro inmediato de las tropas invasoras de los territorios ocupados;
3- la reducción progresiva y proporcional de los armamentos de destrucción masiva;
4- la firma de tratados de no agresión entre países y
5- la renuncia de los gobiernos a utilizar las guerras como medio para resolver conflictos.

Lo urgente es crear conciencia por la Paz y el desarme. Pero también es necesario despertar la conciencia de la No Violencia Activa que nos permita rechazar no sólo la violencia física, sino también toda forma de violencia económica, racial, psicológica, religiosa y de género”.


Arturo Viloria | Partido Humanista

Donald Trump acerca (peligrosamente) la posibilidad de catástrofe nuclear