viernes. 19.04.2024
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La isla de Formosa y los Pescadores, obra de Johannes Vingboons (circa 1640). Formosa es el nombre que los exploradores portugueses le dieron a Taiwán cuando avistaron la isla en el siglo XVI. Imagen de la Wikipedia china.

Un amigo alemán una vez me preguntó sobre la situación política de Taiwán, y le dije que Taiwán es un país, ya que elegimos a nuestro presidente y a nuestros legisladores, y tenemos nuestra propia moneda y nuestro propio pasaporte.

Mi amigo creyó lo que le dije, pero su esposa no. Ella es politóloga y, según lo que ha escuchado sobre Taiwán, cree que la relación entre China y Taiwán se parece más a la de Alemania oriental y occidental. Es decir, como los chinos y los taiwaneses pueden comunicarse en mandarín y sus culturas son tan parecidas, sería razonable pensar que China y Taiwán hubieran intentado reunificarse tras el fin de la Guerra Fría.

Yo comenté que la situación es más comparable a la relación entre el Reino Unido y los Estados Unidos. Los británicos y los estadounidenses comparten un idioma similar, y un determinado porcentaje de estadounidenses eran británicos antes de la guerra de la Independencia. Sin embargo, los estadounidenses lucharon por su independencia porque ellos —o por lo menos los fundadores de su nación— tenían una ideología política diferente. Taiwán, al igual que los Estados Unidos, tiene un sistema político democrático; en cambio China es una república socialista gobernada por el Partido Comunista de China (PCCh). China es un gran país y, como muchos otros países del mundo, Taiwán quiere ser amigo de China. Pero muchos de los 23,4 millones de taiwaneses prefieren no unirse a China porque hay un sistema político diferente. Lo que ha sucedido entre Hong Kong y China demuestra que eso no funciona.


PARA SABER MÁS SOBRE TAIWÁN

Una selección de libros, películas y música recomendada sobre Taiwán:

Sinfonía de Tyzen Hsiao ‘Taiwan the Green’: Muchos taiwaneses consideran a esta pieza musical el himno nacional de Taiwán.

Formose: Libro ilustrado de cuentos en francés. La autora, Li-Chin Lin, escribe sobre su niñez y su adolescencia durante el período de Terror Blanco en Taiwán.

Formosa Betrayed: Libro de George H. Kerr sobre el abandono de Taiwán por parte de la comunidad internacional tras la II Guerra Mundial.

‘A City of Sadness’: Película de Hsiao-Hsien Hou que relata una historia relacionada con el incidente que desató la represión militar de la República de China en Taiwán, tras de la rendición de Japón.

‘Warriors of the Rainbow: Seediq Bale’: Película de Te-Sheng Wei sobre la revuelta de los indígenas taiwaneses en la época del colonialismo japonés.


China, o la República Popular China (RPCh), siempre sostuvo que Taiwán ha sido parte de China desde el principio, pero al revisar los registros históricos eso no resulta cierto. Taiwán pasó a formar parte de China durante la época de la dinastía Qing en 1683, pero el gobierno Qing no gobernaba realmente a Taiwán, solo les imponía altos impuestos a los taiwaneses y usaba la fuerza militar para reprimir a los “insurgentes”. Fue recién 204 años después, en 1887, cuando Taiwán se convirtió en una provincia china.

De hecho, si los franceses no hubieran atacado a Taiwán durante la guerra franco-china (1883-1885), el gobierno Qing tal vez nunca le hubiera conferido la condición de provincia. La guerra franco-china puso de manifiesto la fragilidad del gobierno Qing, y reveló la posición estratégica de Taiwán como baluarte del Pacífico Occidental frente a otros países asiáticos con poderosas fuerzas militares. Ocho años más tarde, en 1895, tras la primera guerra chino-japonesa, el gobierno Qing se vio obligado a ceder Taiwán a Japón.

Cuando finalizó la Segunda Guerra Mundial, tras la rendición de Japón, la República de China (RCh) asumió el control de Taiwán. Taiwán había sido una colonia de Japón durante el movimiento Kominka (la japonización de los súbditos del Imperio del Japón). Como Japón había sido enemigo de China durante la Segunda Guerra Mundial, al gobierno de la República de China le era difícil considerar a los taiwaneses sus compatriotas. Los taiwaneses ni siquiera hablaban mandarín en ese entonces.

Durante la guerra civil china (1946-1950), el Kuomintang (KMT), liderado por Chiang Kai-Shek, decidió consolidar el poder de su exiliado gobierno en Taiwán, luego de que el Ejército Popular de Liberación del PCCh lo derrotara en China en 1949. Durante y después del período de Terror Blanco (1949-1987), el movimiento democrático de Taiwán pasó décadas intentando construir una sociedad libre y democrática. Finalmente lo logró y, en la búsqueda de una nueva sociedad, creó una nueva identidad nacional taiwanesa que es bastante diferente a la china.

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Imagen histórica de individuos de la tribu Tsou tocando instrumentos musicales en Taiwán. Foto: taipics.com.

Antes de 1683, los habitantes de Taiwán eran pueblos indígenas. Esos pueblos están muy orgullosos del papel que desempeñaron en la historia de la Polinesia. Los estudios genéticos, los estilos de alfarería, los idiomas y la existencia de plantas como la morera de papel del Pacífico indican que el pueblo lapita, los antepasados de quienes luego poblaron la Polinesia y la Micronesia, probablemente hayan vivido en Taiwán antes de migrar hacia otras islas. Para los que somos taiwaneses, encontrar una línea de sangre indígena en nuestro árbol genealógico es fundamental al hablar de la independencia de Taiwán, porque hay pruebas de que muy pocos de los chinos Han que migraron a Taiwán durante la dinastía Qing eran de sexo femenino.

Lo que subyace al hablar de la línea de sangre es el concepto del punto de vista histórico y el papel que desempeña al formar la identidad nacional. En general, la historia de Taiwán se percibe desde dos perspectivas diferentes: desde el punto de vista de China y desde el punto de vista de Taiwán. Según la perspectiva de China, China fue generosa al recibir nuevamente a Taiwán luego de la II Guerra Mundial. Según la óptica de Taiwán, el imperio chino y el japonés fueron ambos sus colonizadores.

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Los taiwaneses durante una actividad de divulgación en Harvard Square, Boston, explicando la situación de Taiwán a los transeúntes interesados. Fotografía de Chia-Chun Chung, republicado por Global Voices con permiso del autor.

Pero volvamos al asunto de si Taiwán es un país, una isla autónoma, un territorio secesionista o una provincia de China. Es una cuestión difícil para los diplomáticos y los periodistas, y tampoco es fácil para los taiwaneses.

En primer lugar es verdad que, durante ese breve período de ocho años antes de la Segunda Guerra Mundial, Taiwán fue una provincia de China. Pero actualmente Taiwán no es una provincia china, ya que China no ejerce control sobre Taiwán. Esta es la realidad política. Para aclarar aun más la situación, podemos remitirnos a la historia de Mongolia. Mongolia fue parte de China durante la época de la dinastía Qing, en 1911 luchó por su independencia y años más tarde se convirtió en un país independiente (es una larga historia). Nadie diría que actualmente Mongolia es parte de China por el solo hecho de que fue parte de China hace más de 100 años.

Sin embargo, algunos se siguen refiriendo a Taiwán como una provincia de China porque eso es lo que afirma China. Muchos organismos todavía usan la frase “Taiwán, provincia de China”, ya sea por ignorancia o porque tienen una relación cercana con China. Para contrarrestar este punto de vista, algunos taiwaneses dedican mucho tiempo a escribir a esos organismos para convencerlos de usar la palabra “Taiwán” sin más agregados políticos.

Los términos “isla autónoma” y “territorio secesionista” generalmente se usan en los informes de los medios de comunicación internacionales que se refieren a la situación política de Taiwán. Al menos, el término “isla autónoma” tiene la ventaja de ser relativamente neutral, pero también es erróneo, ya que el territorio de Taiwán consta de varias islas. El término “territorio secesionista” o “provincia desertora” es un invento del mundo angloparlante. Según el punto de vista histórico chino, no es incorrecto, pero no tiene en cuenta al punto de vista taiwanés. En Taiwán, probablemente ofendería a la comunidad proindependentista.

La situación política de Taiwán es complicada por varias razones. Aunque nosotros, los taiwaneses, tenemos casi todas las características de una nación, tenemos muy pocos aliados diplomáticos. Solo 22 naciones reconocen a Taiwán como estado soberano, y se les solicita a los aliados diplomáticos de la RPCh que no reconozcan a Taiwán como estado soberano incluso en acontecimientos internacionales no diplomáticos como los festivales cinematográficos. Por consiguiente, Taiwán no es miembro de las Naciones Unidas ni de la Organización Mundial de la Salud (OMS), y solo se refieren a Taiwán como “país” los ocasionales artículos de los principales medios internacionales.

Agradecemos a Sophie Hsu, Brian Hioe y Oiwan Lam por los valiosos aportes y comentarios sobre este artículo.

Artículo escrito por I-fan Lin y traducido por Elisa Lopez Schiaffino originalmente publicado en la web Global Voices, reproducido aquí en un acuerdo de intercambio de contenidos.

Taiwán, ¿un país, una isla autónoma, un territorio secesionista o una provincia de China?