viernes. 29.03.2024
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Xavier Abu Eid | Portavoz de la Organización para la Liberación de Palestina

Los políticos y diplomáticos de todo el mundo se conforman con hablar de negociaciones, buena voluntad, pero eso es hipocresía pura

No se trataba de una amenaza ya que lo afirmaba Xavier Abu Eid, un chileno- palestino, inteligente y brillante. Era más bien una expresión de tristeza ya que quizás los actuales líderes del Gobierno palestino, con sede en Ramallah, sean los últimos que estén dispuestos a pelear diplomáticamente por la paz pero quizás sus hijos, los que ahora son adolescentes, crean que la única salida es la violencia.

Los políticos y diplomáticos de todo el mundo se conforman con hablar de negociaciones, buena voluntad, pero eso es hipocresía pura. Saben lo que ocurre sobre el terreno pero miran hacia otro lado.

Los que viven en la franja de Gaza sufren un bloqueo económico total. Mientras los políticos y diplomáticos internacionales hablan de reconstruir Gaza, en esos 360  kilómetros cuadrados con un total de un millón ochocientos mil  habitantes, no entra un ladrillo.

En Cisjordania, cada vez son más los colonos que invaden esa tierra con la ayuda económica del gobierno israelí

Kamal, de 60 años va cada día a un solar lleno de piedras a llorar y rezar. Allí había un edificio de ocho plantas que una bomba de precisión hundió bajo tierra con todos sus vecinos. Era su familia.

Paralelamente en Cisjordania, cada vez son más los colonos que invaden esa tierra con la ayuda económica del gobierno israelí. Cualquier ciudadano con pasaporte extranjero puede cruzar de Jerusalem hasta la frontera del Líbano de asentamiento en asentamiento, unidos por autopistas que sólo pueden utilizar los israelíes.

Estos han sido edificados previo derribo de casas de palestinos en las zonas más fértiles. Ellos cultivan, crían ganado y manufacturan productos que después tendrán que comer o utilizar los palestinos.

Estos colonos a los que el gobierno israelí les ofrece vivienda, escuelas y sanidad, están siempre respaldados por soldados por lo cual no tienen ningún problema a la hora de agredir a la población palestina

Se ha intentado poner en marcha una campaña en Palestina de boicot a los alimentos y productos de Israel pero es realmente heroico poderlo llevar a cabo. La leche, los tomates o las patatas que producen los colonos son los únicos que pueden comprar los palestinos. Las patatas, tomates, melones, dátiles o productos de marcas blancas también llegan a nuestros supermercados, aunque esté prohibido por la UE.

Estos colonos a los que el gobierno israelí les ofrece vivienda, escuelas y sanidad, están siempre respaldados por soldados por lo cual no tienen ningún problema a la hora de agredir a la población palestina.

En Hebrón, la segunda ciudad más grande de  Cisjordania, residen 175.000 palestinos junto a  más  de 850 colonos judíos  y  650 soldados de combate israelíes. Los colonos viven en uno de los pocos asentamientos israelíes de Cisjordania situados en el centro de la ciudad. Las agresiones son constantes: les tiran botellas con orina,  hacen desnudar a los hombres cuando acompañan a sus hijos al colegio. El objetivo: que se vayan.

De hecho un  42% de los hogares palestinos han sido abandonados. El Ejército tiene puestos de identificación en cada esquina, han establecido toques de queda,  registros de las casas  y las detenciones son constantes.

La calle Shuhada fue  la principal vía pública de Hebrón.  Tras la Masacre Goldstein, llevada a cabo por el sionista norteamericano Baruch Goldstein en el 94, se prohibió a los palestinos que condujeran por dicha calle. Posteriormente se les prohibió caminar. Los palestinos que viven en ella se ven obligados a subirse por los tejados  para llegar a sus casas.

El pasado mes de octubre soldados israelíes arrestaron a un menor palestino con discapacidad mental y lo retuvieron durante más de quince minutos hasta que su padre logró convencerles de que el chico no era capaz de hablar. Lo acusaban de tirar piedras contra una patrulla. En  imágenes tomadas por la organización de derechos humanos Btselem  se puede observar como  dos uniformados esposan al niño, lo golpean e introducen en un coche patrulla mientras un grupo de colonos les jalean.

  Otro niño, Karmel Moayad Shakir, de 5 años  estaba jugando con sus compañeros, en el pueblo de Azawiyeh, cuando los colonos  del cercano asentamiento ilegal Kannat llegaron junto a  una manada de perros. Antes de que la familia del muchacho pudiera intervenir, los colonos soltaron los perros que atacaron al niño, sufriendo graves heridas teniendo que ser sometido a una reconstrucción facial.

En enero del 14 Ali Shamlawi, Mohamad Kleib, Mohamad Suleiman, Ammar Souf y Tamer Souf, todos menores de edad, se enfrentaron a una condena de cadena perpetua. Fueron acusados de tirar piedras contra un vehículo de un colono israelí. Los menores niegan estar involucrados y sus familias apelan a la justicia internacional.

Desde el año dos mil, más de ocho mil niños han sido detenidos y muchos de ellos han entrado en prisión. ¿Cómo están creciendo estas generaciones?, ¿Cómo actuarán cuando sean adultos? Ya no tienen nada que perder. Deberíamos exigir una reflexión.

Pueblos sin nada que perder