jueves. 25.04.2024
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La reciente agenda para el Desarrollo Sostenible 2015-2030 aprobada por Naciones Unidas, otorga un rol importante al sector filantrópico, por lo que sugieren como urgente el análisis y la discusión de su rol

El documento final de la Tercera Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo (13-16 de julio 2015), celebrado en Addis Abeba, señala que los gobiernos allá reunidos declaraban: “damos la bienvenida al rápido crecimiento de las donaciones filantrópicas y a las significativas contribuciones financieras y no financieras que los filántropos efectúan para lograr nuestros objetivos comunes. Reconocemos la flexibilidad, la capacidad de innovación y de asumir riesgos por parte de los donantes filantrópicos y su habilidad para aprovechar fondos adicionales a través de asociaciones múltiples interesadas, alentando a otros a sumarse junto a quienes ya contribuyeron”. De esta forma parece destacarse en ese documento, como un hecho positivo, que prevalezca la práctica de aplicar la lógica de los negocios en la provisión de bienes públicos.

Un documento reciente titulado Poder Filantrópico y el Desarrollo ¿Quién define la agenda? publicado recientemente por GPF, Brotfür die Welt (Pan para el Mundo) y la organización MISEREOR (Alemania), cuyos autores son Jens Martens y Karolin Seitz, examina con espíritu crítico, el rol y el impacto de las fundaciones filantrópicas en el desarrollo.

El estudio examina los fundamentos y el desarrollo de las organizaciones filantrópicas, el incremento de la llamada filantropía mundial, el desarrollo y emergencia de fundaciones, su  papel  en el proceso post-2015, la  influencia filantrópica  creciente en la agenda de la salud mundial y en la política sanitaria global, el apoyo de la Fundación Gates a la Organización Mundial de la Salud (OMS), la influencia Filantrópica en las políticas alimentarias y de agricultura mundial, la "revolución verde" , la priorización de soluciones tecnológicas, las Inversiones asociadas a Programas (PRI), la propagación de semillas modificadas genéticamente, la  influencia sobre las políticas de desarrollo agrícola, entre otros tópicos, así como los efectos secundarios del involucramiento y compromiso filantrópico de estas instituciones, efectuando un seguimiento cercano a las prioridades y operaciones de dos de las más importantes fundaciones: la Fundación Rockefeller y la Fundación Bill y Melinda Gates, en dos sectores cruciales, como son la salud y la agricultura. Hasta ahora, parece prevalecer una impresión positiva tanto en gobiernos como en las organizaciones internacionales sobre el papel de la filantropía en el desarrollo global.

Sin embargo a la luz de experiencias en las áreas de salud, alimentación, nutrición y la agricultura, documentadas en el estudio, los autores consideran necesario sugerir  una completa evaluación de los impactos y efectos secundarios del compromiso filantrópico. La reciente agenda para el Desarrollo Sostenible 2015-2030 aprobada por Naciones Unidas, otorga un rol importante al sector filantrópico, por lo que sugieren como urgente el análisis y la discusión de su rol.

Según los autores, en las últimas décadas, la creciente globalización de la economía mundial y las olas de desregulación y privatización han facilitado que emerjan con poder inusitado actores privados representando intereses de grandes corporaciones transnacionales. Sin embargo, no sólo se trata de  "grandes negocios", sino también de la "gran filantropía" que asume una progresiva  influencia en el desarrollo global y en la política mundial, que ejercen en particular las grandes fundaciones filantrópicas convertidas en actores influyentes en los debates de política internacional, abordando temas tales como la erradicación de la pobreza, el desarrollo sostenible, el cambio climático y la protección de los derechos humanos.

El alcance de su influencia, tanto en el discurso pasado, como en el contexto presente, incide en los procesos de toma de decisiones y en algunos casos va más allá aun del propuesto por otros actores privados. A través de subvenciones de gran magnitud, sus redes y personal muy activo en abogacía, estas fundaciones globales, entre ellas la Fundación Rockefeller y la Fundación Melinda y Bill Gates, juegan  un incrementado rol en la formulación y aprobación  de agendas, la definición de prioridades, asignación de presupuestos a las organizaciones internacionales y de los gobiernos. De esta forma han logrado desplegar en niveles de gobiernos y en las organizaciones internacionales una dominante percepción positiva sobre el papel que desarrolla la filantropía en el desarrollo mundial, que es necesaria analizar.

El estudio hace un seguimiento a la aplicación de modelos de negocios y a  la forma de medición de resultados utilizados por estas instituciones, que conducen, entre otros,  a la fragmentación y el debilitamiento de la gobernanza global, y la falta de mecanismos de transparencia y rendición de cuentas.

El mensaje clave del estudio, en su capítulo de conclusiones, sugiere que los gobiernos, organizaciones internacionales y organizaciones de la sociedad civil deben prestar más atención al rol de las fundaciones del sector filantrópico, analizando su discurso político y su accionar en la definición  de agendas en campos específicos, evaluando riesgos y efectos secundarios-intencionados y no intencionados de sus actividades en nombre del Desarrollo Sostenible.


Por Oscar Lanza | Fundador AIS-CODEDCO-IBFAN-FUNAVI (Bolivia)

Poder filantrópico y desarrollo. ¿Quién define la agenda?