viernes. 29.03.2024

Ecologistas en Acción denuncia que las razones para intentar justificar los distintos grados de intervención extrajera en la guerra Siria, desde el posible bombardeo de EE UU, hasta la venta de armas a los distintos bandos por EE UU, países de la UE o Rusia, pasando por la presencia de milicianos chiítas, no persigue la paz ni la eliminación de armas químicas, sino la defensa de sus distintos intereses en Siria.

Entre estos intereses destaca el control del petróleo. A diferencia de Irak, Siria solo es un pequeño productor de petróleo, sin embargo es un territorio clave en esta región fundamental para el control del grifo de crudo. Durante años, el Gobierno sirio ha sido aliado de Irán, Rusia y Hezbolá, lo que le ha situado como uno de los países más refractarios a los intereses de EE UU y la UE en la región.

Uno de los aspectos en los que se plasma la alianza sirio-ruso-iraní es que se está construyendo el mega-gas-oducto Irán-Irak-Siria, que cuenta con financiación ruso-iraní, para exportar el gas a Europa. Este gasoducto es parte de una lucha estratégica para ver por qué países pasa el suministro energético a Europa y, por lo tanto, tienen poder de controlar dicho suministro. Este gasoducto era una alternativa al Nabucco, que pasaba por Turquía y que, a día de hoy, está parado. También al Arab Gas Pipeline, que recorrería Egipto, Jordania, Siria, Líbano e Israel. Por lo tanto el control de Siria tiene que ver también con el control de las rutas de gas hacia Europa.

Pero el elemento central detrás de la probable intervención de EE UU ha sido la negativa del Gobierno de al-Asad a secundar las actuaciones de EE UU en la región, como la guerra de Irak o el bloqueo a Irán.

Como indicador de que el petróleo está detrás del conflicto, la guerra civil en este pequeño productor ha empujado el petróleo al alza (está cerca de los 120 dólares el barril), y eso a pesar de que continúa la debilidad del crecimiento mundial y a que China está mostrando los primeros síntomas de la crisis económica en la que probablemente entre.

Para Ecologistas en Acción, la solución al nudo gordiano de toda la región pasa por avanzar hacia un mundo postpetrolero en el que los combustibles fósiles se dejen bajo tierra. Solo el afianzamiento de una genuina cultura de paz, la desmilitarización de todo el Oriente Medio, la resolución pacífica de los contenciosos y la restitución de los derechos y libertades para todos los países en conflicto, permitirán que cesen las masacres y la opresión.

La organización ecologista rechaza firmemente la posible implicación de las Fuerzas Armadas de España en este conflicto, así como la implicación de nuestro país con las bases de Rota y Morón.

El petróleo, una vez más, detrás de la probable intervención en Siria