jueves. 28.03.2024

Alan_Turing2@Montagut5 | En el Reino Unido se ha aprobado una ley, conocida con el sobrenombre de “Ley Alan Turing” que perdonará o indultará a unas sesenta y cinco mil personas, casi todas ya fallecidas, menos unas quince mil que aún viven, del delito de “indecencia”. Lleva el nombre del genial matemático británico que con su esfuerzo y sin disparar un tiro, ni pilotar un avión, lanzar una granada ni combatir en ningún frente, fue fundamental para vencer a los nazis en la Segunda Guerra Mundial, ya que descifró los códigos secretos que utilizaban. Como es sabido, fue detenido, a raíz de una denuncia que puso por robo, por haber mantenido relaciones sexuales o “actos indecentes” con un amante o novio que estaba implicado en el robo que había sufrido. Fue condenado en 1952. Turing no se defendió ni se disculpó de “su indecencia” porque no consideraba que debía hacerlo. Para no tener que sufrir una dura pena de cárcel aceptó ser sometido a un proceso de castración química, que le causó serios perjuicios físicos. Murió después de morder una manzana con cianuro en 1954, en lo que se declaró oficialmente como suicidio, aunque tampoco las circunstancias de la muerte están completamente claras. De esta forma, el Reino Unido pagaba a uno de los ciudadanos que más ha hecho en toda su Historia para salvaguardar su propia existencia como Estado. (En la imagen, escultura de Alan Turing).

Pero lo que parece más importante, y como bien sabemos, recordando el penar que tuvo que sufrir en su día Oscar Wilde, el Reino Unido persiguió a los gays de forma contundente, como lo demuestran las cifras apuntadas. Turing fue indultado por el gobierno británico en el año 2013. Desde entonces, se ha luchado porque se hiciera extensible este indulto a los demás. Por esta disposición que acaba de aprobarse los que en su día fueron declarados convictos de “indecencia” pueden solicitar la destrucción o abolición de los antecedentes penales o sus fichas.

Pero la ley ha generado debate en el Reino Unido. Por un lado, las asociaciones gays han aplaudido la decisión, pero alguno de los afectados supervivientes, como George Montague, no desean el perdón, sino la disculpa oficial porque no se consideran culpables de nada, por mucho que las relaciones sexuales entre hombres mayores de edad estuvieran tipificadas como delito hasta el año 1967 en Inglaterra y Gales, hasta 1980 en Escocia, así como hasta 1982 en Irlanda del Norte. Aceptar el perdón sería aceptar que se ha sido culpable de algo. El propio Montague manifestó a la BBC que su único error o su única culpa fue estar en el lugar equivocado en el momento equivocado. Por su parte, el gobierno británico alude a que es muy importante que se otorgue este perdón porque hoy en día serían inocentes de cualquier crimen.

Así pues, ¿no hubiera sido mejor anular los procesos judiciales e indemnizar? Legalmente existe el indulto y parece lo correcto desde esa dimensión, pero en una sociedad moderna y plenamente democrática como la británica, ¿no parece más justo que el perdón lo pidan las autoridades, como se hace con otras graves vulneraciones de derechos humanos del pasado?, ¿no es mejor que sea el Estado el que asuma ese perdón, y no que perdone a los perseguidos?

¿Perdón o justicia histórica para los gays británicos?