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NUEVATRIBUNA.ES / AGENCIAS - 1.7.2010

Barak Obama ha retomado el tema, a propósito de la radicalizaciones de las políticas contra la inmigración que se ha producido en Arizona, pero sólo para arremeter contra sus opositores, en un discurso que la mayoría de los medios han calificado como "tibio y falto de anuncios contundentes" y han enmarcado en la precampaña que se vive en estos días en el país.

"La gran mayoría de los indocumentados sólo busca trabajo. Se les paga menos del salario mínimo, se les violan derechos y trabajan en las sombras. El sistema esta quebrado y todos lo saben ", ha sentenciado el mandatario estadounidense. Y ha añadido que "sin , no podemos deportar a 11 millones de personas. Nuestro sistema depende de ellos también. Pero hay que dejar en claro que deberán responder por haber quebrado la ley igual que las empresas contratistas".

Obama ha apelado a la solidaridad y los valores norteamericanos. Ha hablado de las generaciones de inmigrantes que forjaron al país y ha repetido como tantas otras veces que fueron ellos quienes ayudaron a construir la gran nación: "La gente viene a los EEUU porque quiere ser parte de una cultura empresarial, acceder a un mejor nivel de vida. La inmigración significa gente joven, una ventaja frente a los otros países. Y los inmigrantes vienen porque seguimos siendo un imán para lo mejor del mundo ".

Tratando de retomar impulso en un asunto que muchos activistas habían esperado que para esta época ya estuviera resuelto, Obama ha expuesto sus razones para un enfoque integral que arregle el problema que, según ha dicho, no puede resolverse sólo con cercos y patrullas fronterizas.

Con respecto a Arizona ha dicho que la reforma tiene que ser nacional y el hecho de que un estado busque aislada una solución, habla de dos cosas: de la ineficacia de Washington y de la presión que se quiere ejercer sobre el Ejecutivo: "No es la vía correcta. Hace el trabajo de la policía más difícil, la vida de la gente más difícil y nuestra tarea más complicada".

La pregunta ahora, según el presidente de EEUU, "es si tendremos el valor y la voluntad política para aprobar un proyecto de ley en el Congreso, para resolverlo finalmente. Estoy listo para avanzar, la mayoría de los demócratas está lista para seguir adelante y creo que la mayoría de los estadounidenses están listos para avanzar. Pero el hecho es que, sin un apoyo bipartidista, como el que tuvimos hace apenas unos años, no podremos resolver este problema". Obama ha admitido que una reforma sobre inmigración no podrá aprobarse sin los votos republicanos. "Esa es la realidad política y matemática", ha señalado.

Finalmente, fiel a sus formas, Barack Obama ha terminado su discurso con palabras que llaman a las virtudes norteamericanas: "Podemos apelar a la esperanza y no a los temores de la gente. Eso es lo que está escrito en el escudo de nuestra nación. Eso es lo que ha hecho que los pobres y perseguidos busquen un lugar a nuestra tierra, en esta que es la tierra de las oportunidades".






Obama: más palabrería política en torno a la inmigración