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NUEVATRIBUNA.ES / AGENCIAS - 7.11.2009

"En el día de hoy, conmemoramos el trigésimo cuarto aniversario de la Gloriosa Marcha Verde, más fieles que nunca al juramento que en relación a la misma hemos prestado, con pleno aferramiento a la unidad territorial del Reino, a sus valores constantes y sagrados, y a su plena soberanía", dijo el monarca en el arranque de un discurso que continuaría en la misma línea.

Mohamed VI, quien definió la Marcha Verde como una "epopeya histórica", apostó por defender la "marroquidad" del Sáhara y su plan de autonomía, "cuya seriedad y credibilidad han sido elogiadas por la comunidad internacional", agregó. Sin embargo, en su opinión, esta lucha se topa de frente con los "enemigos" de la "unidad territorial", según informó la agencia oficial MAP. "Incluso han persistido en aumentar su escalada de hostilidad, bajo el carácter de un plan de conspiración, de chantaje y de presión, así como mediante actos provocativos", denunció.

Frente a esta "escalada hostil", el rey alauí reclamó un "verdadero patriotismo", confiando en que Marruecos "siga siendo un Estado de derecho y desarrollo democrático. En este sentido, alabó el respeto de libertades y Derechos Humanos en el país norteafricano y criticó a quienes tratan de minar su soberanía, integridad y "valores sagrados".

"Hemos de reafirmar que la confusión y el engaño ya no tienen más cabida entre nosotros", añadió en su discurso. Así, apostilló, cada ciudadano "debe decidir el ser o no marroquí", tras una era de "ambigüedad de posiciones y de elusión de obligaciones". El monarca subrayó que cada persona "ha de elegir abiertamente entre ser patriota o traidor, pues no existe una posición intermedia entre el patriotismo y la traición, como tampoco se puede seguir disfrutando de los derechos de la ciudadanía, a la vez que se reniega de ella".

Mohamed VI señaló que estos "enemigos" saben, "mejor que nadie", que "el Sáhara representa una causa decisiva del pueblo marroquí". Además, entiende que cualquier conflicto "artificial" que se cree en la región tendrá repercusión también en las relaciones bilaterales con Argelia.

El discurso, en el que el rey marroquí defendió su respeto de la "legalidad internacional", sirvió también para lanzar un mensaje a Naciones Unidas, ante quien Mohamed VI aclaró que está dispuesto a "negociar seriamente". Además, Rabat esta "empeñado en facilitar la misión del enviado personal del secretario general de la ONU, como continuación de los esfuerzos desplegados por su predecesor, con el fin de hallar una solución política consensuada, realista y definitiva, sobre la base de la propuesta de autonomía y en el marco de la soberanía del Reino".

En su alocución, el monarca marroquí reveló un plan integrado de cinco puntos para afrontar los desafíos por los que, a su juicio, atraviesa Marruecos y su "causa nacional".

Como primer punto, citó la necesidad de agilizar el plan de regionalización avanzada en las provincias saharauis, "lo que vendría a consolidar la autogestión de sus asuntos locales". A ello se suma la intención del Gobierno de hacer de estas regiones "un modelo de desconcentración y de la buena gobernanza local" mediante la instauración de administraciones cualificadas y con competencias.

Mohamed VI citó en tercer lugar la reestructuración del Real Consejo Consultivo para los Asuntos Saharauis, algo que se desarrollaría de forma paralela a la revisión de las competencias de la Agencia para el Desarrollo de las Provincias del Sur, que centrará sus esfuerzos en las provincias saharauis.

Además, añadió, "las formaciones políticas, sindicales, asociativas y mediáticas, así como las fuerzas productivas y creadoras, deben asumir sus responsabilidades en encuadrar a los ciudadanos y arraigar los valores patrióticos y de la verdadera ciudadanía".

Mohamed VI carga contra los saharauis y su "escalada hostil"