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NUEVATRIBUNA.ES / AGENCIAS - 23.09.2009

El Gobierno de facto de Honduras dice tener una solución para que el país salga de la crisis política y de la incertidumbre en la que vive tras el regreso inesperado del presidente legítimo. Los golpistas han anunciado estar dispuestos a dialogar bajo un supuesto imposible: que Manuel Zelaya reconozca la convocatoria de las elecciones para el 29 de noviembre.

De hecho el presidente depuesto declaró que la oferta de Roberto Micheletti, líder de los golpistas, es una "manipulación" y le acusó de no tener voluntad de resolver la crisis que vive el país.
"Así no hay trato, si hay elecciones tienen que haber condiciones de igualdad para todos, no persecución contra unos y favor para otros", expresó Zelaya poco después de que Micheletti anunciara su oferta de diálogo a través de su canciller, Carlos López.

"Estoy dispuesto a discutir cómo resolver la crisis política (...) estoy listo para conversar con el señor Zelaya siempre y cuando reconozca explícitamente las elecciones (...) pautadas para el 29 de noviembre", dijo el canciller en nombre de los golpistas.

DIÁLOGO PERO CON ORDEN DE ARRESTO

Además, el ministro de Micheletti quiso dejar claro que "de ninguna manera se ha hablado en este mensaje del retorno del señor Zelaya a la presidencia de la República", como exige el mandatario derrocado y la comunidad internacional.

Y es que el regreso de Zelaya y su restitución en el Gobierno hondureño es el elemento central del Acuerdo de San José, presentado por el presidente de Costa Rica, Óscar Arias, en el proceso de mediación que encabeza. Ese punto fue rechazado por el Gobierno de Micheletti, decisión que, según el propio Arias, hizo fracasar la mediación.

Así las cosas, la última propuesta realizada por los golpistas no parece que vaya a evolucionar para dibujar un marco favorable de cara a las negociaciones. Y es que el portavoz de Micheletti aclaró que "no se puede deshacer la orden de arresto (contra Zelaya) de la Corte Suprema de Honduras en su contra ni los cargos que encara bajo nuestro sistema judicial independiente", dijo. "Mi oferta es alcanzar una solución política pero no puede resolver sus dificultades legales", agregó López al leer en inglés el mensaje de Micheletti.

Zelaya contestó que él no pretende rehuir la justicia en su país, ante las "supuestas acusaciones" en su contra por presuntos delitos de corrupción, incluido el de "traición a la patria", que ha hecho la Fiscalía. Agregó que responderá esas acusaciones en el momento en el que se le cite, pero que los miembros del Gobierno de facto de Micheletti "no pueden desconocer que hubo un golpe de Estado".

"Ellos niegan que hubo un golpe de Estado, lo que también es un delito, y también ellos tienen que responder a los tribunales para responder por ese delito", acotó Zelaya, quien llegó por sorpresa a Honduras 86 días después del golpe.

Por su parte, López indicó que Micheletti de hecho está dispuesto a hablar "con cualquiera, en cualquier lugar y en cualquier hora", y reconoció el trabajo de la secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton; el presidente de Costa Rica, Oscar Arias, y el canciller de Panamá, Juan Carlos Varela.

LULA: “LA NEGOCICAICÓN LE TOCA A LA OEA”

El presidente brasileño, Luiz Inazio Lula da Silva, dejó claro este martes que su Gobierno no pretende actuar como mediador en la crisis política en Honduras pese a que Brasil ha permitido al presidente derrocado Manuel Zelaya refugiarse en su Embajada en Tegucigalpa a su regreso a Honduras. "El negociador es el jefe de la OEA, él se tiene que sentar en la mesa de negociaciones y negociar", aseguró Lula.

El secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, aseguró que está en contacto tanto con Zelaya como con el Gobierno "de facto" y defendió como base de la negociación el Acuerdo de San José que contempla el retorno de Zelaya al poder y la celebración de elecciones presidenciales en noviembre, aunque ha sido rechazado por ambas partes.

Aunque Insulza reconoció que el regreso de Zelaya "ciertamente aumenta la tensión", también crea, a su juicio, "una gran oportunidad" para dar una salida a la crisis que vive el país centroamericano durante casi tres meses.

VIOLENCIA Y TOQUE DE QUEDA

Por otro lado, el equipo de Micheletti, lejos de presentar alguna alternativa para rebajar la tensión de las últimas horas y cuyo momento álgido se vivió en la jornada de ayer cuando la Policía y el Ejercito reprimieron con violencia a los seguidores de Zelaya apostados ante la embajada brasileña, ha extendido el toque de queda en el país por otras 12 horas, hasta las 18:00 horas locales de mañana, miércoles (00:00 GMT del jueves).

Pese a las garantías del Gobierno "de facto" de que no allanará la Embajada brasileña en Tegucigalpa, Brasil está preocupado por "la seguridad de Zelaya e integridad física de las instalaciones de la Embajada y de sus funcionarios", reza la carta de Brasil dirigida a la embajadora estadounidense ante la ONU, Susan Rice, que ostenta la presidencia del Consejo de Seguridad.

Ayer salieron al menos 162 personas de la sede diplomática que se habían refugiado ante el desalojo de las fuerzas de seguridad. A esta hora la embajada continúa rodeada de militares y espera recibir suministros de diésel para operar generadores, dado que la legación permanece sin agua, luz y electricidad.

Micheletti dice estar abierto al diálogo