nuevatribuna.es
23 de septiembre de 2010, 6:29
NUEVATRIBUNA.ES / AGENCIAS - 23.9.2010
Se trata de la quinta jornada nacional de protestas convocada por los sindicatos en lo que va de año y la segunda en sólo 15 días, y será seguida, con independencia de su resultado, de otras dos ya convocadas para el próximo octubre.
Todas estas movilizaciones no parecen afectar a la voluntad del Gobierno de seguir adelante con la controvertida reforma que, según fuentes del Elíseo citadas hoy por el diario Le Figaro, consideran necesaria la mayoría de los ciudadanos franceses. Muchos de ellos saldrán hoy a la calle para expresar su descontento con el proyecto del Gobierno y otros muchos se están viendo ya afectados por los efectos de las huelgas en el transporte.
La Dirección General de la Aviación Civil (DGAC) prevé la anulación de la mitad de los vuelos programados en el aeropuerto parisino de Orly y el 40% en el de Charles de Gaulle. En el tráfico ferroviario, las previsiones indican que se anularán la mitad de los trenes de alta velocidad y que las perturbaciones serán muy inferiores en las líneas con el extranjero. Los trenes regionales y los de cercanías de las grandes ciudades también sufrirán importantes recortes de servicios, al igual que los demás transportes públicos, en especial los de París. Como consecuencia de la jornada de huelga general, un total de 50 vuelos de la red de Aeropuertos Españoles y navegación Aérea (AENA) entre España y Francia han sido cancelados.
Los sindicatos esperan superar su capacidad de convocatoria de la última jornada de protesta, que el pasado día 7 reunió, según su propio balance, a más de 2,5 millones de personas en las calles de unas 200 ciudades del país. Fue la mayor jornada de protesta que ha vivido Francia desde 2002, incluso si se tienen en cuenta las cifras del Gobierno, que calculó que hubo algo más de un millón de manifestantes. Este jueves, esperan una movilización superior a los 2 millones de manifestantes en toda Francia, funcionarios, en su inmensa mayoría, ya que la participación del sector privado en las sucesivas jornadas de protesta ha sido muy modesta.
Con ello, pretenden “paralizar” o “revisar” la gran reforma del sistema nacional de pensiones que ya ha aprobado la Asamblea Nacional, en primera lectura, y que el Senado deberá debatir próximamente. Sarkozy y sus ministros han insistido en que no es posible negociar los grandes principios de la reforma: la edad oficial de jubilación pasará de 60 a 62 años; los años de cotización pasarán a los 41 / 42; y la edad para cobrar una pensión íntegra oscilará entre los 65 y los 67 años. El gobierno sí está abierto a negociar otras matizaciones de menor importancia.
Se trata de la quinta jornada nacional de protestas convocada por los sindicatos en lo que va de año y la segunda en sólo 15 días, y será seguida, con independencia de su resultado, de otras dos ya convocadas para el próximo octubre.
Todas estas movilizaciones no parecen afectar a la voluntad del Gobierno de seguir adelante con la controvertida reforma que, según fuentes del Elíseo citadas hoy por el diario Le Figaro, consideran necesaria la mayoría de los ciudadanos franceses. Muchos de ellos saldrán hoy a la calle para expresar su descontento con el proyecto del Gobierno y otros muchos se están viendo ya afectados por los efectos de las huelgas en el transporte.
La Dirección General de la Aviación Civil (DGAC) prevé la anulación de la mitad de los vuelos programados en el aeropuerto parisino de Orly y el 40% en el de Charles de Gaulle. En el tráfico ferroviario, las previsiones indican que se anularán la mitad de los trenes de alta velocidad y que las perturbaciones serán muy inferiores en las líneas con el extranjero. Los trenes regionales y los de cercanías de las grandes ciudades también sufrirán importantes recortes de servicios, al igual que los demás transportes públicos, en especial los de París. Como consecuencia de la jornada de huelga general, un total de 50 vuelos de la red de Aeropuertos Españoles y navegación Aérea (AENA) entre España y Francia han sido cancelados.
Los sindicatos esperan superar su capacidad de convocatoria de la última jornada de protesta, que el pasado día 7 reunió, según su propio balance, a más de 2,5 millones de personas en las calles de unas 200 ciudades del país. Fue la mayor jornada de protesta que ha vivido Francia desde 2002, incluso si se tienen en cuenta las cifras del Gobierno, que calculó que hubo algo más de un millón de manifestantes. Este jueves, esperan una movilización superior a los 2 millones de manifestantes en toda Francia, funcionarios, en su inmensa mayoría, ya que la participación del sector privado en las sucesivas jornadas de protesta ha sido muy modesta.
Con ello, pretenden “paralizar” o “revisar” la gran reforma del sistema nacional de pensiones que ya ha aprobado la Asamblea Nacional, en primera lectura, y que el Senado deberá debatir próximamente. Sarkozy y sus ministros han insistido en que no es posible negociar los grandes principios de la reforma: la edad oficial de jubilación pasará de 60 a 62 años; los años de cotización pasarán a los 41 / 42; y la edad para cobrar una pensión íntegra oscilará entre los 65 y los 67 años. El gobierno sí está abierto a negociar otras matizaciones de menor importancia.