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NUEVATRIBUNA.ES / AGENCIAS - 18.5.2009

El régimen militar de Myanmar ha ignorado la indignación internacional ante el juicio contra la líder de la oposición, Aung San Suu Kyi y lo que se considera cargos amañados contra ella, que ha sido acusada de romper las condiciones de su arresto domiciliario, que iba a concluir el 27 de mayo después de seis años.

Win Tin, un alto cargo de su partido, la Liga Nacional para la Democracia (LND) y el prisionero político más veterano hasta que fue liberado el año pasado, ha encabezado la protesta de 200 miembros de la LND en el exterior de la Prisión Central de Insein, controlados por policías armados junto a unas barricadas y miembros de las milicias progubernamentales. Además, agentes de paisano han fotografiado la protesta y se ha ordenado el cierre de los negocios de la zona. Un líder de las juventudes del partido ha sido arrestado cerca de la cárcel, aunque se momento se desconocen más detalles sobre su detención.

El Gobierno ha llamado a 22 testigos contra Suu Kyi en el juicio, que se celebra a puerta cerrada cuyo veredicto no se espera para este lunes. Si es declarada culpable, podría ser condenada a entre tres y cinco años de prisión. Su abogado, Kyi Win, ha declarado que "Está preparada para decir la verdad, que nunca quebrantó la ley".

Suu Kyi se sienta en el banquillo de los acusados junto a dos de sus cuidadoras, en un caso que ha sido calificado por la comunidad internacional como un intento de la Junta Militar que gobierna Birmania para evitar que la popular líder opositora se presente a las elecciones de 2010. Los opositores al régimen actual sostienen que dichas elecciones no son más que una una fachada para mantener las más de cuatro décadas de poder militar en la antigua Birmania. Los generales no han olvidado la arrasadora victoria de la Liga en los comicios de 1990, que la junta anuló. "El juicio trata de que permanezca en silencio cualquier voz crítica con las amañadas elecciones del año que viene", ha declarado Zoya Phan, miembro de la Campaña por Birmania en Reino Unido, añadiendo que se realizarán protestas frente a las embajadas birmanas de 20 capitales mundiales a lo largo de toda la jornada.

El pasado viernes, y a sólo once días de que expirase su arresto domiciliario (previsto para el próximo 27 de marzo), Suu Kyi fue encarcelada bajo la acusación de haber violado las normas establecidas para su reclusión. En concreto, por permitir que un ciudadano estadounidense permaneciera oculto un par de días en su residencia. Los militares han mantenido detenida a Suu Kyi durante 13 de los últimos 19 años, la mayor parte en su casa junto a un lago en Yangón, vigilada por la policía, sin acceso telefónico y con las visitas restringidas.

Antiguos estudiantes y monjes involucrados en la ola de protestas anti gubernamentales de 2007, conocida como la Revolución Azafrán, han mostrado en un comunicado su disposición a "utilizar cualquier medio" para que Suu Kyi sea liberada. Por su parte, los gobiernos occidentales, Naciones Unidas, grupos de derechos humanos y otros premios Nobel han condenado los cargos sobre Suu Kyi y han pedido su inmediata liberación.

Kyi Win, abogado de Suu Kyi, que ha podido visitar a la premio Nobel de la Paz el domingo durante una hora en el penal de Insein, en Rangún, ha señalado que su defendida le había pedido que trasladara a sus amigos y familiares que se encuentra "bastante bien". Además, ha reiterado su inocencia y ha asegurado que ella no había invitado a John Yettaw, el estadounidense que entró en su domicilio. Según los medios locales, Yettaw cruzó a nado y con aletas el lago Inya, en Rangún, para llegar a su casa. "Ella me ha dicho que le encontró en la parte de atrás de su vivienda sobre las 05.00 horas. Le dijo que se marchara, pero él se negó alegando que estaba exhausto", ha indicado Win.

Según la versión de su abogado, Suu Kyi no informó a las autoridades "porque no quería que nadie se metiese en problemas por su culpa". Yettaw, un estudiante de psicología de 53 años de edad procedente en Missouri, ha sido imputado por nadar de forma ilegal, violar las leyes de inmigración e incitar a otras personas a incumplir con la ley. Kyi Win ha señalado que Yettaw ya había tratado de conocer a Suu Kyi de una forma similar en noviembre de 2008, pero que su defendida se negó a hablar con él y comunicó a las autoridades el incidente. Los motivos que llevaron al ciudadano norteamericano a entrar en la vivienda siguen sin estar claros, aunque son múltiples los rumores en Rangún que le sitúan como la última treta de la Junta para detener a Suu Kyi.

Los militares juzgan a Suu Kyi para evitar que se presente a las elecciones