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16 de noviembre de 2010, 12:03
NUEVATRIBUNA.ES / AGENCIAS - 15.11.2010
El rival más enconado del primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, ha retirado del Ejecutivo un ministro, un viceministro y dos subsecretarios. Aunque eso en sí mismo no hundirá al Gobierno, es otro clavo en el ataúd de Berlusconi y escalará aún más una crisis política que alcanzó su punto de ebullición la semana pasada.
Gianfranco Fini había puesto una condición para mantener a sus ministros: que il Cavaliere se marchara, cosa que obviamente era imposible que hiciera Berlusconi. A raiz de esta petición, el Partido Democrático (PD) y la formación Italia de los valores (IdV) presentaron el viernes una moción de censura. Buscando recuperar el impulso político, Berlusconi anunció el sábado por la noche que pediría un voto de confianza "de vida o muerte" en ambas Cámaras del Parlamento, después que el Presupuesto del 2011 sea aprobado, probablemente a mediados o finales de diciembre.
El primer ministro ha declarado que se convocarán elecciones sólo para decidir la formación del Parlamento si no se aprueba la moción de confianza. El minitro de Trabajo, Maurizio Sacconi, ha dicho que "en esta difícil etapa política debe prevalecer la regla de 'o Berlusconi o elecciones'". Sacconi ha llamado "traidores" a los 'finianos', que han declarado que si se convocasen elecciones generales, se aliarán con los partidos de centro-derecha UDC, API y MPA. Sin embargo, el presidente de la República, Giorgio Napolitano, ha declarado que Berlusconi no tiene competencia para decidir si se disuelven las Cámaras. Según ha subrayado Napolitano, la Constitución italiana establece que es el presidente de la República quien tiene competencia para disolver las cámaras.
El subsecretario de Agricultura, Antonio Buonfiglio, ha explicado que la formalización de las dimisiones se producirá en torno a la una de la tarde y ha explicado que las cartas constan de tres líneas escuetas, sin comentarios. La sensación generalizada entre los seguidores de Fini es de alivio. “Finalmente tenemos las manos libres para hacer nuestra política. No veía la hora”, ha dicho Buonfiglio. Y el viceministro para las Actividades Productivas y miembro del FLI, Adolfo Urso, ha comentado que “a partir de hoy, sólo existe el partido”.
La partida de los dimisionarios se completa con el subsecretario Roberto Menia y el ministro para Europa, Andrea Ronchi.
El rival más enconado del primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, ha retirado del Ejecutivo un ministro, un viceministro y dos subsecretarios. Aunque eso en sí mismo no hundirá al Gobierno, es otro clavo en el ataúd de Berlusconi y escalará aún más una crisis política que alcanzó su punto de ebullición la semana pasada.
Gianfranco Fini había puesto una condición para mantener a sus ministros: que il Cavaliere se marchara, cosa que obviamente era imposible que hiciera Berlusconi. A raiz de esta petición, el Partido Democrático (PD) y la formación Italia de los valores (IdV) presentaron el viernes una moción de censura. Buscando recuperar el impulso político, Berlusconi anunció el sábado por la noche que pediría un voto de confianza "de vida o muerte" en ambas Cámaras del Parlamento, después que el Presupuesto del 2011 sea aprobado, probablemente a mediados o finales de diciembre.
El primer ministro ha declarado que se convocarán elecciones sólo para decidir la formación del Parlamento si no se aprueba la moción de confianza. El minitro de Trabajo, Maurizio Sacconi, ha dicho que "en esta difícil etapa política debe prevalecer la regla de 'o Berlusconi o elecciones'". Sacconi ha llamado "traidores" a los 'finianos', que han declarado que si se convocasen elecciones generales, se aliarán con los partidos de centro-derecha UDC, API y MPA. Sin embargo, el presidente de la República, Giorgio Napolitano, ha declarado que Berlusconi no tiene competencia para decidir si se disuelven las Cámaras. Según ha subrayado Napolitano, la Constitución italiana establece que es el presidente de la República quien tiene competencia para disolver las cámaras.
El subsecretario de Agricultura, Antonio Buonfiglio, ha explicado que la formalización de las dimisiones se producirá en torno a la una de la tarde y ha explicado que las cartas constan de tres líneas escuetas, sin comentarios. La sensación generalizada entre los seguidores de Fini es de alivio. “Finalmente tenemos las manos libres para hacer nuestra política. No veía la hora”, ha dicho Buonfiglio. Y el viceministro para las Actividades Productivas y miembro del FLI, Adolfo Urso, ha comentado que “a partir de hoy, sólo existe el partido”.
La partida de los dimisionarios se completa con el subsecretario Roberto Menia y el ministro para Europa, Andrea Ronchi.
