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NUEVATRIBUNA.ES / AGENCIAS - 10.01.2010

Al menos 34 iraquíes fallecieron el 16 de septiembre de 2007 durante el incidente en el que, según la acusación, los miembros de Blackwater Worldwide abrieron fuego en la plaza Nisour de Bagdad, abarrotada de civiles. El tiroteo se produjo cuando los guardias escoltaban a un convoy de diplomáticos estadounidenses. Según los guardias, dispararon en defensa propia. Las autoridades de Irak han solicitado en numerosas ocasiones que los contratistas acusados sean juzgados dentro de sus fronteras.

Hoy, Mahdi Abduljdr, hermano de uno de los fallecidos, y Sami Hawwas, herido en el incidente, anunciaron su intención de volver a presentar su caso ante el Parlamento iraquí, y esperan que la compañía vuelva a ser acusada formalmente, según informó el vicepresidente primero del Parlamento, Jaled al Atiya, en declaraciones recogidas por la agencia de noticias iraquí Aswat al Iraq.

La masacre de la plaza de Nisour se convirtió en un símbolo para los iraquíes de lo que consideran el desprecio de los extranjeros a sus propias vidas, después de que los guardias de Blackwater, encargados de proteger al personal estadounidense en el país del Golfo, recibieron inmunidad ante los tribunales iraquíes tras la invasión estadounidense en 2003.

No obstante, el Departamento de Estado de Estados Unidos dijo el viernes que la decisión del juez federal Ricardo Urbina de desestimar los cargos contra los contratistas "no exonera a los acusados o necesariamente termina los procedimientos". Urbina había citado como argumento una posible "violación de los derechos constitucionales de los acusados, pero el departamento de Estado indicó que tiene intención de volver a examinar el caso.

En ese sentido, aseguró que "el Departamento de Justicia, en consultas con el Departamento de Estado, revisará cuidadosamente la decisión y valorará todas las opciones legales disponibles".

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