nuevatribuna.es
29 de noviembre de 2009, 8:06
A.M. /NUEVATRIBUNA.ES - 29.11.2009
En esta última semana los mandatarios de América Latina han ido dejando clara su postura frente a las elecciones de este domingo. La OEA (Organización de Estados Americanos) decidió no enviar observadores internacionales como muestra de su desacuerdo frente a los comicios.
Sin embargo la gran ‘sorpresa’ la dio Estados Unidos, no tanto por su decisión, sino por su vehemencia. El primer país que supo de la postura de Obama sobre los polémicos comicios fue Brasil, dejando claro quienes mandan en el tablero del continente americano.
El presidente norteamericano le envió a su homólogo brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, una carta en la que aseveraba que Washington cerraba la crisis hondureña con las elecciones de este domingo, aunque Zelaya no hubiera vuelto a su puesto. Lula no tardó en responder y en ser igual de claro: “Brasil no aceptará el resultado de las elecciones e insiste en que Zelaya tiene que ser restituido, por considerar que su expulsión, el pasado junio, fue un golpe de Estado”.
Ambas posturas se dieron a conocer el jueves. Pero entre el viernes y sábado los dos mandatarios han insistido en sus posiciones como si de un juego de fuerzas se tratara. El norteamericano declaró su “alegría” porque el domingo el conflicto hondureño se solucionara, mientras que Lula señaló que, "del modo en que se están desarrollando las cosas, Brasil no reconocerá el resultado de las elecciones y seguirá sin mantener relaciones con Honduras".
El brasileño además quiso dejar claro que no se trataba de Brasil sea "más radical, más guapo o más feo que los otros países", sino que, al haber vivido 21 años de dictadura militar, "sabe muy bien lo que es un régimen autoritario" y que por eso sigue defendiendo al depuesto Manuel Zelaya, elegido en las urnas, como presidente legítimo de Honduras.
Dentro de este juego de fuerzas se ubican el resto de países latinoamericanos que se acercan a un ‘equipo’ o a otro. Colombia, Costa Rica y Perú comparten con EE UU la decisión de aceptar los resultados electorales en Honduras. Venezuela, Bolivia, Argentina, Chile, Ecuador y Nicaragua están, de momento, con Brasil.
Por su parte, el presidente de Costa Rica y ex mediador del conflicto hondureño, Óscar Arias, llamó a la comunidad internacional a la "cordura" y la instó a reconocer los resultados de las elecciones "si todo transcurre bien".
En esta última semana los mandatarios de América Latina han ido dejando clara su postura frente a las elecciones de este domingo. La OEA (Organización de Estados Americanos) decidió no enviar observadores internacionales como muestra de su desacuerdo frente a los comicios.
Sin embargo la gran ‘sorpresa’ la dio Estados Unidos, no tanto por su decisión, sino por su vehemencia. El primer país que supo de la postura de Obama sobre los polémicos comicios fue Brasil, dejando claro quienes mandan en el tablero del continente americano.
El presidente norteamericano le envió a su homólogo brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, una carta en la que aseveraba que Washington cerraba la crisis hondureña con las elecciones de este domingo, aunque Zelaya no hubiera vuelto a su puesto. Lula no tardó en responder y en ser igual de claro: “Brasil no aceptará el resultado de las elecciones e insiste en que Zelaya tiene que ser restituido, por considerar que su expulsión, el pasado junio, fue un golpe de Estado”.
Ambas posturas se dieron a conocer el jueves. Pero entre el viernes y sábado los dos mandatarios han insistido en sus posiciones como si de un juego de fuerzas se tratara. El norteamericano declaró su “alegría” porque el domingo el conflicto hondureño se solucionara, mientras que Lula señaló que, "del modo en que se están desarrollando las cosas, Brasil no reconocerá el resultado de las elecciones y seguirá sin mantener relaciones con Honduras".
El brasileño además quiso dejar claro que no se trataba de Brasil sea "más radical, más guapo o más feo que los otros países", sino que, al haber vivido 21 años de dictadura militar, "sabe muy bien lo que es un régimen autoritario" y que por eso sigue defendiendo al depuesto Manuel Zelaya, elegido en las urnas, como presidente legítimo de Honduras.
Dentro de este juego de fuerzas se ubican el resto de países latinoamericanos que se acercan a un ‘equipo’ o a otro. Colombia, Costa Rica y Perú comparten con EE UU la decisión de aceptar los resultados electorales en Honduras. Venezuela, Bolivia, Argentina, Chile, Ecuador y Nicaragua están, de momento, con Brasil.
Por su parte, el presidente de Costa Rica y ex mediador del conflicto hondureño, Óscar Arias, llamó a la comunidad internacional a la "cordura" y la instó a reconocer los resultados de las elecciones "si todo transcurre bien".