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NUEVATRIBUNA.ES - 09.04.2009

Las réplicas del terremoto en Italia provocaron pánico este jueves entre los miles de damnificados instalados en campamentos provisionales, mientras se preparaban funerales de Estado el Viernes Santo para las 278 víctimas halladas hasta ahora.

La tierra siguió temblando cuatro días después del sismo que devastó la región de Abruzos, agravando la tragedia de las cerca de 28.000 personas que quedaron sin hogar.

Varios sismos, uno de ellos de magnitud 5,2 en la escala de Richter, aterrorizaron durante la niche a los habitantes de L"Aquila, una ciudad arrasada por el movimiento telúrico.

Volver a escuchar el crujir de las piedras, el temblor de las mesas y el chirriar de los objetos hizo revivir el horror del lunes, cuando los 60.000 habitantes de L"Aquila se vieron obligados a dejar la ciudad tras el derrumbe de casi todo el casco histórico, así como del principal hospital y de la prefectura.

Las condiciones de vida en los campamentos son difíciles, no hay agua caliente, los apagones son constantes y los baños químicos insuficientes.
Las sacudidas se han sentido inclusive en Roma, a 100 kilómetros de distancia.

Durante la noche, los socorristas anunciaron que habían recuperado otros dos cadáveres en la Casa de los Estudiantes, un edificio nuevo, que se derrumbó como un castillo de naipes la trágica madrugada del lunes.

Las esperanzas de encontrar a alguien más con vida bajo la ciudad devastada disminuyen de hora en hora, aunque las autoridades autorizaron la búsqueda hasta el domingo de Resurrección.

Entre 20 y 30 personas siguen desaparecidas y el número de heridos llega a 1.170, con 179 en estado grave, de acuerdo con los carabineros.

"La gente está traumatizada, los niños (...) sufrieron una emoción fuerte, pero juegan y pueden olvidar todo. Los ancianos son los que más necesitan ayuda", asegura a la AFP Nicola Todisco, mimo especializado en dar alivio a los enfermos.

Vestido como un payaso, con un delantal a rayas, Todisco trabaja incansablemente en un campamento con 400 personas para intentar arrancar una sonrisa a los sobrevivientes.

Más allá, varios franciscanos oran en una capilla improvisada, junto a parientes de los fallecidos.

Las dos primeras víctimas del sismo fueron enterradas el miércoles, una en la región afectada por el terremoto y la otra en la zona vecina de Molise.

El presidente de la República, Giorgio Napolitano, visitó en la mañana L"Aquila y se recogió en silencio ante los féretros color blanco de una decena de niños rodeado por un grupo de jóvenes scouts.

Napolitano visitó también la ciudad emblema de la devastación, Onna, que quedó borrada de la faz tierra y que perdió 40 de sus 400 habitantes, entre ellas una argentina con su bebé de cinco meses.

Las réplicas siembran el pánico en Italia en vísperas de los funerales