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NUEVATRIBUNA.ES - 30.03.2010

Las elecciones regionales en Italia dejan un panorama más agrio que dulce. Pocos minutos después de cerrar los colegios electorales, el centro izquierda anunciaba su victoria. Tuvieron que pasar algunas horas para que el mapa se desdibujara y mostrara una realidad preocupante: el gran vencedor de los comicios fue la xenófoba Liga Norte.

Hasta el último momento dos de las regiones más importantes (Lacio y Piamonte), estaban en un empate técnico. En el Lacio el duelo se producía entre el centro izquierda (PD) de Emma Bonani y la derecha berlusconiana, de Renata Polverini (la cual se presentó a través de un partido independiente ya que las listas del partido de Berlusconi, el PDL, no se presentaron a tiempo). Mientras, en Piamonte se jugaba la partida entre el PD y la Liga Norte.

El centro izquierda salió perdiendo en ambas regiones, dos de las más habitadas, y en el caso de Piamonte, una región de tendencia progresista, en la que por primera vez gobernará la Liga. Lo sucedido en estas dos localidades es una buena estampa de la interpretación de los comicios. El PD partía con ventaja, y sin embargo ha perdido dos regiones del sur (Campania y Calabria) y ha dejado de existir en el norte: “Hemos expulsado a la izquierda del norte. Ahora yo soy el árbitro”, decía anoche el líder de la Liga Norte, Umberto Bossi.

La bota queda completamente dividida con siete regiones gobernadas por el centro izquierda y seis por el centro derecha. La coalición de centro-izquierda ganó en Liguria, Emilia-Romaña, Umbría, Basilicata, Toscana, Las Marcas y Apulia. Por su parte, el centro-derecha vence en Lombardía y Véneto, Campania, Calabria, Piamonte y Lacio

Otro de los protagonistas de la jornada fue la abstención, que aumentó en ocho puntos respecto a las anteriores elecciones. La región que menos salió a votar fue el Lazio (donde se encuentra Roma). Uno de cada tres italianos decidió no acercarse a las urnas, el 65% participó.

Las primeras encuestas dan como razón principal la insatisfacción de los italianos con sus representantes y con los caminos que está escogiendo su política. La segunda razón mayoritaria fue el pensar que en estos comicios no se jugaban temas importantes, publica hoy Il Corriere della Sera

EL TRIUNFO DE LA XENOFOBIA

Una de las primeras conclusiones de los resultados es que Berlusconi, relativamente castigado por la abstención, ha conseguido mantenerse en pie gracias a uno de los partidos más antiguos de Italia y que menos complejos tiene al declarar su xenofobia, su odio a los inmigrantes y su ideología vinculada al fascismo: la Liga Norte de Umberto Bossi.

Este partido ha crecido espectacularmente en el norte de Italia y ha permitido que Il Cavaliere saliera indemne de unos comicios que se le presentaban complicados. Sin el ascenso de la ultraderecha el mapa electoral italiano cobraría otra forma, mucho más cercana al centro izquierda, que se quedó a las puertas de vencer en tres regiones, dos de ellas arrebatadas por la Liga y otra por el PDL.

La Liga se lleva las regiones más ricas e industrializadas como Piamonte y Véneto mientras que en Lombardía su apoyo ha sido clave para darle la victoria al PDL de Berlusconi.

En estos momentos la Liga Norte ha conseguido convertirse en segunda fuerza política neta en el norte, apenas superada por 150.000 votos por el Partido de la Libertad (PdL) de Berlusconi. El PD se queda a 350.000 sufragios de los leguistas.

El éxito del partido de Bossi da a entender que una buena parte de los italianos apoyan las ideas racistas y piden un cerco a la inmigración, por no hablar de una expulsión. Su líder ya advirtió que entre sus objetivos estaba apostar por el federalismo y pedir más autonomía para el norte del país. Por eso, no es de extrañar que anoche asegurara que "ahora empezamos la reforma para proclamar el federalismo".

"La gente votó por nosotros porque la Liga quiere cambiar el país. Hemos ganado en el Véneto, Piamonte y tiene un gran resultado en Lombardía", ha señalado Bossi que ha advertido que la gente "quiere federalismo" y que lo quiere "rápidamente".

A nivel nacional, Bossi también ha tenido un gran resultado teniendo en cuenta que solo se presenta en el Norte: un 12,8%, superior al 11% de las pasadas elecciones europeas y al 9% de las últimas legislativas.

Un ascenso a tener en cuenta de cara a los comicios legislativos de 2013, cuando Berlusconi finalizará su mandato, y también de cara a la reforma presidencialista que quiere hacer Il Cavaliere, enfrentado con la Judicatura en varios frentes.

UNA IZQUIERDA DISPERSA QUE NO TERMINA DE CONVENCER

Hace tiempo que la izquierda italiana sufre un desprestigio nacional e internacional. Desde la marcha de Prodi no levanta cabeza. El joven PD no termina de asentarse en las manos de Pier Luigi Bersani. Las broncas internas no dejan que el líder se desperece y prevalecen las divisiones ante la unidad de la que presume la todavía muy verde formación.

A pesar del optimismo inicial tras el cierre de las urnas, la realidad ha mostrado que aunque el centro izquierda ha alcanzado su primera victoria electoral desde 2006, los resultados obtenidos no son como para quedarse satisfechos, ya que mantienen siete de las 11 regiones que gobernaba desde 2005, pero la derecha le arrebata cuatro y obtiene seis. Las cuentas no llegan a cuadrar.


La xenofobia dibuja el mapa político