viernes. 26.04.2024

La violencia se recrudece en Iraq con otra oleada de atentados que dejan 65 muertos

Los ataques, de los más sangrientos de las últimas semanas, podrían ser una venganza por la operación en la que fueron abatidos, el pasado domingo, el líder de Al Qaeda en Irak, Abu Ayyub al Masri, y Abu Omar al Baghdadi, el presunto líder de la organización asociada, el Estado Islámico de Irak.
NUEVATRIBUNA.ES / AGENCIAS - 23.4.2010

Al menos 56 personas murieron este viernes en una ola de atentados ocurrida en zonas chiíes de Bagdad, muchos de ellos cerca de mezquitas, y otras ocho fallecieron en atentados ocurridos en la provincia de Al Anbar, en el oeste predominantemente suní del país. La ola de atentados se produce días después de que el Gobierno anunciara la muerte del líder de Al Qaeda en Irak y del de otro grupo afín a esta organización terrorista.

Un total de trece explosiones sacudieron distintas zonas de Bagdad hacia la hora de la oración, en su mayoría cerca de mezquitas chiíes y en un mercado, según informó el Ministerio del Interior. Tres de las bombas tuvieron como objetivo a los fieles congregados en el exterior de la oficina principal del clérigo radical chií Muqtada al Sadr en el barrio de Ciudad Sadr y en ellas murieron 39 personas y otras 56 resultaron heridas. En otro de los atentados de hoy, once personas murieron por la explosión de un coche bomba y por un terrorista suicida cerca de la mezquita del distrito de Al Ameen, en el sureste de la capital. Además, cinco personas murieron por la explosión de una bomba cerca de una mezquita en el barrio de Al Hurriya, en el noroeste, según la Policía.

Los ataques, de los más sangrientos en el país en las últimas semanas, también dejaron unos 120 heridos y hicieron surgir nuevamente el temor de un resurgir de la violencia después de que las elecciones generales del pasado 7 de marzo no dieran un ganador claro y dejaran un vacío de poder que los insurgentes podrían explotar. "Atentar contra los fieles en zonas con una determinada mayoría es una venganza por las pérdidas sufridas por Al Qaeda", opinó el portavoz de la seguridad de Bagdad, general Qassim al Mussawi, en referencia a la comunidad chíi. "Esperamos que este tipo de actos continúen", reconoció.

El domingo, el líder de Al Qaeda en Irak, Abu Ayyub al Masri, y Abu Omar al Baghdadi, el presunto líder de la organización asociada, el Estado Islámico de Irak, fueron abatidos en una operación conjunta de fuerzas iraquíes y estadounidenses en una zona rural al noroeste de Bagdad. El golpe contra la cúpula de Al Qaeda ha venido acompañado de una serie de pequeñas victorias en enfrentamientos en los que se ha detenido a más de 300 presuntos miembros de la organización terrorista y abatido a 19, según las autoridades iraquíes y estadounidenses.

"Esto son actos de venganza que buscan enviar un mensaje al Gobierno iraquí y al mundo de que la existencia de Al Qaeda no se verá afectada por la muerte de líderes concretos", opina Hameed Fadhel, analista político de la Universidad de Bagdad. "Quieren decir que siguen estando aquí", subrayó.

Horas antes, siete miembros de una familia habían muerto en una serie de explosiones en Jalidiya, localidad en la provincia de Al Anbar, 83 kilómetros al oeste de la capital. Además, un agente falleció intentando desactivar una bomba y otras diez personas resultaron heridas, entre ellas dos policías. Esta provincia, predominantemente suní, había estado relativamente tranquila desde que los líderes tribales empezaran a revelarse en 2006 a los grupos islamistas suníes como Al Qaeda que previamente la habían dominado, si bien los insurgentes siguen operando en la vasta provincia desértica.

En su conjunto, la violencia en Irak ha disminuido en los dos últimos años, pero la tensión se ha incrementado tras los comicios del mes pasado. El bloque del primer ministro, el chií Nuri al Maliki, quedó en segunda posición tras una alianza aconfesional respaldada por la otrora dominante minoría suní. Pese a ello, los aliados de Al Maliki están intentando hacerse con la victoria mediante el recuento de los votos en Bagdad y los recursos presentados ante los tribunales por la presunta vinculación de los ganadores con el ilegalizado partido Baaz de Sadam Husein.

La violencia se recrudece en Iraq con otra oleada de atentados que dejan 65 muertos