viernes. 29.03.2024
NUEVATRIBUNA.ES / AGENCIAS - 26.10.2010

La Cámara Alta ha refrendado el texto que había consensuado ayer la comisión paritaria integrada por diputados y senadores por 177 votos a favor y 151 en contra. Ahora sólo falta el visto bueno de la Asamblea Nacional, donde el Gobierno tiene mayoría absoluta.

No obstante, el Partido Socialista --principal formación en la oposición-- ya adelantado que podría recurrir ante el Consejo Constitucional el texto. Según indicó ayer el diputado socialista Laurent Fabius, que considera que esta reforma es un "fracaso total", es "probable" que su partido presente un recurso a los "sabios". El Consejo Constitucional se pronuncia sobre la conformidad de las leyes y de ciertas normas con la Constitución. "Hay muchos aspectos en este texto que son jurídicamente contestables", afirmó Fabius.

Así pues, si el Consejo Constitucional tuviese que examinar el texto de la reforma de las pensiones, esto retrasaría la promulgación de la ley. Raymond Soubie, asesor en temas sociales del presidente francés, Nicolas Sarkozy, afirmó este domingo que la promulgación debería producirse en torno al próximo 15 de noviembre, después de un posible recurso de la oposición.

El proyecto de ley eleva de 60 a 62 años la edad mínima de jubilación y de 65 a 67 la edad a partir de la cual hay que jubilarse para recibir la pensión completa. El texto definitivo ratifica las enmiendas aprobadas por el Senado, incluida la que mantiene en 65 años la edad de jubilación con pensión completa para quienes tienen hijos discapacitados y para quienes tienen tres hijos nacidos antes de 1955 y han interrumpido o reducido su actividad profesional para dedicarse a educar a sus hijos.

Otra enmienda de la mayoría en el Senado que ha sido ratificada es la que propone que el Comité de Orientación de las Pensiones organice en 2013 una "reflexión nacional" sobre "los objetivos y características de una reforma sistémica de la asunción colectiva del riesgo de la vejez".

La reforma de las pensiones es ya casi una realidad en Francia pese a las protestas