martes. 30.04.2024
NUEVATRIBUNA.ES - 16.02.2010

Si como español es difícil entender lo qué está sucediendo en España con el juez Garzón, para un extranjero la cosa se complica todavía más. Así lo ha expresado parte de la prensa internacional que sigue con mimo cada uno de los pasos que han llevado a Garzón a estar en tela de juicio y con posibilidades de ser suspendido. Todos coinciden: “¿Qué está pasando en España?”.

El diario norteamericano Los Angeles Times ha sido especialmente duro. “Es irónico que la amenaza le llegue no de una persona en concreto sino de su propia judicatura, que alega que el juez se ha excedido al intentar probar las atrocidades de la Guerra Civil española que quedaron cubiertas por una amnistía aprobada en el Parlamento en 1977". El mismo rotativo recuerda “las enemistades” que se ha creado el magistrado en sus años de trabajo: “En la lucha contra Garzón se han unido adversarios tanto de derechas como de izquierdas".

El periódico argentino Página12 sigue la línea del diario norteamericano y utiliza una frase del periodista Iñaki Gabilondo, para explicar la ‘curiosa situación’: “Garzón se transformará en la única persona que será juzgada en España en una causa relacionada con el franquismo, lo que es sin dudas una auténtica vergüenza histórica”.

La prensa internacional es unánime con la opinión de Gabilondo: “España no ha asumido por completo su violento pasado…y aunque no estamos en posición de juzgar el proceso legal contra él (Garzón), nos preocupa la excesiva politización del sistema legal español con este polémico caso, y la precipitación con el que se están desarrollando los acontecimientos”, denuncia Los Angeles Times.

El diario norteamericano habla de las “vendettas” que se producen en la justicia española: "esperemos que dejen de lado las animosidades personales y las ‘vendettas' políticas, y los enemigos de Garzón no usen este caso para tumbar a un juez que no les gusta". “Le quieras o le odies, se merece un juicio justo. Y una España democrática se merece una judicatura digna”, señala el artículo, en el que reconocen “admirar” al juez español por “una vida dedicada a perseguir criminales sin importarle la ideología o la inclinación política, asumiendo a menudo un gran riesgo personal”, y matizan: “También reconocemos que su desmedido ego y su ansias de atención le han enemistado con sus compañeros y políticos".

Desde Argentina la prensa también se encuentra azorada con la situación que vive en estos momentos el magistrado español. Uno de los representantes más importantes de la cultura argentina, el poeta Juan Gelman, ha publicado en varios diarios su “sorpresa y tristeza” ante la noticia. “No, no se entiende…”, comienza el artículo del autor de Salario del impío, y continúa, haciéndose preguntas que ni los españoles sabemos cómo responder: “¿Lo castigan por su desvelamiento de la oscura trama de corrupción tejida por personalidades de un partido político? ¿Se judicializa la política española? ¿Se politiza la justicia española?”.

En su defensa, Gelman narra los diversos encuentros que tuvo con el juez, siempre por motivos legales. El primero se produjo para elevar una denuncia por el asesinato del hijo del poeta, Marcelo Ariel y la desaparición de su nuera María Claudia en el contexto de la dictadura argentina. La segunda vez fue para querellar a los represores de la dictadura uruguaya que asesinaron a su nuera y le robaron a su nieta: “Nos recibió con la misma deferencia y con un rostro que el sufrimiento ajeno le había escrito. Salimos de su despacho con alguna esperanza de justicia, la que esperaban y aún esperan centenares de miles de castigados por la espada en nuestro continente”, cuenta el escritor en su artículo.

En Página 12 plantean uno de los absurdos más grades del ‘caso Garzón’: “¿Cómo es posible que haya podido investigar los crímenes de dictaduras extranjeras y ahora se lo esté apartando de su juzgado por querer hacer lo mismo con el régimen franquista?”. Preguntas, preguntas y más preguntas se hace la prensa internacional. No entienden por qué juzgan al magistrado que persiguió a Pinochet, a los militares argentinos, que defendió los derechos humanos en Guantánamo o que sigue persiguiendo a los terroristas de ETA. Pero lo peor, es que desde el extranjero no se entiende qué le sucede a España con su pasado, el cual, cada día parece menos resuelto. Desde España también nos cuesta entenderlo.






La prensa internacional: "¿Por qué Garzón? ¿Qué está...