viernes. 26.04.2024

Francia señala el blanco, España pone las balas, Marruecos dispara y Naciones Unidas consiente la masacre

PILAR GASSENT
La frase, que circula desde hace tiempo por webs prosaharauis, tiene a día de hoy más sentido que nunca. La represión marroquí en El Aaiún se desarrolla sin ningún tropiezo diplomático y España no ha dado muestras de querer atender la petición de no vender más armas al régimen marroquí.
NUEVATRIBUNA.ES - 17.11.2010

En el terreno de la diplomacia, lo único que entorpece las actuaciones de Rabat en el Sáhara Occidental son las timoratas declaraciones de lamento por las víctimas de los últimos enfrentamientos. La última ha sido la del Departamento de Estado de EEUU, que simplemente expresa su "preocupación" por la violencia en la zona. En cuanto a la ONU, sigue demostrando su inoperancia para cambiar el curso de los acontecimientos y además, por lo que respecta a ese rincón del planeta, que tiene las manos atadas para contar lo que realmente está sucediendo y para aclarar su postura. ¿O es que los cascos azules de la MINURSO no se han enterado, por mucho que se esfuercen en que no les salpique nada que les involucre en el conflicto?

El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas está tan condicionado por los intereses de sus miembros permanentes que ni siquiera ha servido para aprobar el envío de una misión de investigación. Así las cosas, es poco probable que la condición que pone la ministra de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, para condenar la actuación de Marruecos -que haya "datos confirmados" sobre el asalto al campamento de Gdaim Izik- se vea satisfecha algún día. Entretanto, habrá que conformarse con las versiones que ofrecen una y otra parte que, como estamos comprobando día a día, difieren notablemente.

Hay, sin embargo, un elemento que inclina la balanza a favor de una mayor credibilidad de la máxima representación de los saharauis en foros internacionales, el Frente Polisario. Mientras que la negativa a que se investigue es producto de las presiones de Francia -aliada de Marruecos- entre otras delegaciones, el Polisario no ha dejado de pedir que se lleve a cabo una investigación "completa e independiente". A primera vista, se diría que son Rabat y su aliado francés quienes tienen algo que ocultar y no la otra parte.

Después de que concluyera de forma tan decepcionante la reunión del Consejo de Seguridad de la madrugada del miércoles, el representante del FP ante Naciones Unidas, Ahmed Bujari, ha denunciado, en declaraciones a la agencia estatal de noticias argelina, APS, que el veto de París revela que "Francia tiene miedo de la verdad. De lo contrario ¿cómo puede justificar su actitud?"

Esa misma Francia, que tanto suele alardear de ser una campeona en la defensa de los Derechos Humanos, tuvo que tragarse hace unos meses los sarcasmos del representante chino en el Consejo cuando se opuso a otra petición aparentemente inocua y de sentido común: que la MINURSO, la misión de Naciones Unidas en el Sáhara Occidental, incluya entre sus obligaciones la de vigilar el respeto a los Derechos Humanos. El tema también ha salido a relucir en esta última reunión. Según Voice of America, ha sido el representante de Uganda, Ruhakana Rugunda, quien lo ha sacado a relucir para recordar que la MINURSO es la única de las misiones de Naciones Unidas que no dispone de dicho componente, precisamente debido al rechazo de Marruecos y su aliada Francia.

"El problema en el Sahara Occidental sólo avanzará hacia una solución cuando el Consejo de Seguridad y la comunidad internacional presten atención especial al asunto y lo asuman con seriedad", ha dicho también Rugunda. Y esa es la clave de todo el asunto. A pesar de los reiterados llamamientos de la ONU para que Marruecos y el Frente Polisario avancen en la solución del conflicto, ni siquiera se ha conseguido establecer un terreno de juego aceptado por ambos. Marruecos reclama su soberanía sobre el territorio en disputa y sólo ofrece una opción: la autonomía. El Frente Polisario quiere que los saharauis voten en referéndum si prefieren esa propuesta, la total integración o la independencia.

Entretanto, reuniones como la de la madrugada del miércoles sólo son operativas para que una vez que terminan sin resultados que merezca la pena reseñar, marroquíes y polisarios calienten los pasillos de la sede de Nueva York con declaraciones más o menos subidas de tono. En este caso, el más incendiario ha sido el embajador de Marruecos, Mohamed Loulichki, quien ha aprovechado la oportunidad para seguir difundiendo la 'historia oficial' de los sucesos de El Aaiún: que las fuerzas marroqués fueron víctimas de "actos de barbarie cuando entraron desarmadas en los campos para rescatar a las mujeres y a los niños en manos de elementos separatistas dirigidos por Argelia y el (Frente) Polisario", que todo lo demás son "maniobras, mentiras y, en definitiva, un chantaje para desviar la atención del objetivo estratégico de las negociaciones", y que Al Qaeda podría estar detrás del estallido de violencia. Así, todos contentos. Son argumentos suficientes para alejar cualquier tentación de inclinarse a favor de la versión de los saharauis. Y para no sentir ningún malestar por no hacer absolutamente nada.

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