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NUEVATRIBUNA.ES / AGENCIAS - 18.2.2010

El Gobierno chino ha convocado al embajador estadounidense en el país, Jon Huntsman, para transmitirle una queja formal por el encuentro celebrado este jueves entre el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y el líder espiritual de los tibetanos, el Dalai Lama, según informa la agencia oficial Xinhua.

El viceministro de Asuntos Exteriores de China Cui Tiankai fue el encargado de solicitar la presencia de Huntsman, poco después de que el portavoz del Ministerio expresase su "profunda insatisfacción" por la reunión celebrada en Washington. China considera al líder espiritual exiliado, que defiende la autonomía del Tíbet, como un peligroso separatista.

El presidente estadounidense Barack Obama se ha pronunciado a favor del respeto a los derechos humanos de los tibetanos en la Republica Popular China y ha ofrecido su "fuerte apoyo a la preservación de la única identidad religiosa, cultural y lingüística del Tibet".

La declaración se ha producido tras el encuentro que Obama ha mantenido con el Dalai Lama, el líder espiritual de los tibetanos -inspiración política de muchos de los que reclaman la independencia de ese territorio ocupado por China en 1950-, que ha permanecido cerca de una hora con el presidente estadounidense en el Salón de los Mapas del ala oeste de la Casa Blanca. Al final del encuentro el Dalai se ha acercado a los micrófonos de la prensa y ha dicho estar "muy contento" por la entrevista privada con el mandatario, a quien ha encontrado "muy comprensivo".

La entrevista se ha cerrado a cal y canto a los medios de comunicación y sólo se se han presentado a la prensa fotos tomadas por el equipo de la Casa Blanca. De hecho, los reporteros que cubren la residencia presidencial sólo se han enterado de la llegada del tibetano poco antes de que se produjera, a través de un portavoz del gobierno estadounidense.

La reunión se ha mantenido en un perfil muy bajo para no perturbar aún más las relaciones entre Washington y Pekín. Semanas atrás, el gobierno chino había manifestado su desagrado por el encuentro y había advertido sobre posibles "consecuencias" si llegaba a concretarse.

Hasta ahora, Pekín no ha especifícado cuáles podrían ser esas consecuencias, aunque de lo trascendido de la reunión de este jueves no se desprenden mensajes políticamente cargados o comprometidos. La Casa Blanca se ha limitado a declararse "satisfecha" por las conversaciones entre el Dalai Lama y el gobierno chino, además de alabar el compromiso con la no violencia del líder espiritual tibetano y su búsqueda de un diálogo bilateral. El portavoz de Obama, Robert Gibbs, ha señalado en un comunicado que "el presidente ha alentado a ambas partes a que se involucren en un diálogo directo para resolver las diferencias y que está satisfecho por la reciente reanudación del diálogo.

Las relaciones entre Washington y Pekín no atraviesan por uno de sus mejores momentos, debido al anuncio de una venta de armas estadounidenses a Taiwán y a las denuncias de ciberataques chinos a empresas como Google.

China considera al Dalai Lama, quien defiende la autonomía tibetana pero no reclama la independencia, como un líder separatista por lo que había advertido a EE.UU. de que la reunión perjudicaría las relaciones bilaterales. Por eso y para evitar roces adicionales, la entrevista se había calificado como "privada" y no se ha recibido al Dalai en el Despacho Oval, que es donde suele mantener sus encuentros con visitantes ilustres, sean o no jefes de Estado o de gobierno.

El 'perfil bajo' de la entrevista entre Obama y el Dalai Lama no evita la queja de China