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17 de septiembre de 2010, 5:47
NUEVATRIBUNA.ES / AGENCIAS - 16.9.2010
El Papa ha realizado en el avión que le trasladó del aeropuerto italiano de Ciampino hasta el Internacional de Edimburdo las primeras declaraciones de su viaje apostólico a Reino Unido dedcándolas a los abusos sexuales de menores por parte de religiosos y sacerdotes. A su juicio, son una enfermedad y la Iglesia debe ofrecer ayuda a las víctimas. Eso sí, también ha reconocido los fallos de la Iglesia para atajar el problema con estas palabras: "Tengo que decir que siento una gran tristeza. Tristeza también porque la autoridad de la Iglesia no ha sido lo suficientemente vigilante, ni suficientemente veloz, ni decidida, para tomar las medidas necesarias".
El viaje papal ha estado precedido de fuertes críticas por los abusos sexuales contra menores de curas católicos pederastas. Uno de los escándalos de mayores proporciones fue el que estalló en Irlanda con la publicación del informe Ryan, en el que se denunciaba que los responsables de la Iglesia en el país de mayoría católica habían encubierto durante 30 años abusos sexuales generalizados a niños por parte de algunos sacerdotes. Pero también el Reino Unido se ha visto "infectado". Durante los meses que han precedido a la visita del Pontífice, ha sido constante el goteo de casos como el que salpicó en agosto a la prestigiosa escuela Saint Benedict School, en Ealing.
El miércoles, más de cincuenta intelectuales firmaron una carta enviada al diario "The Guardian" en la que protestaban por el hecho de que se concediera al Pontífice el honor de una visita de Estado en lugar de pastoral. Un grupo de víctimas de abusos ha pedido al Papa que responda al escándalo con "hechos y no palabras". Las víctimas, representadas por la asociación "Supervivientes de abusos sexuales del clero", han recopilado sus mensajes personales en un libro que intentarán entregar al Pontífice durante los actos previstos en Inglaterra y Escocia.
Otra polémica surgida en torno al viaje del Papa ha sido la desencadenada por las declaraciones de uno de sus consejeros, el cardenal Walter Kasper, en las que, según una revista alemana, dijo que llegar al aeropuerto de Heathrow era como aterrizar en un país del Tercer Mundo y afirmó que el Reino Unido está caracterizado "por un nuevo y agresivo ateísmo".
Los detractores del Papa en el Reino Unido han criticado especialmente los elevados gastos de la visita, de más de diez millones de libras esterlinas (12 millones de euros ó 15,6 millones de dólares), que corren por cuenta de los contribuyentes británicos.
El Papa ha realizado en el avión que le trasladó del aeropuerto italiano de Ciampino hasta el Internacional de Edimburdo las primeras declaraciones de su viaje apostólico a Reino Unido dedcándolas a los abusos sexuales de menores por parte de religiosos y sacerdotes. A su juicio, son una enfermedad y la Iglesia debe ofrecer ayuda a las víctimas. Eso sí, también ha reconocido los fallos de la Iglesia para atajar el problema con estas palabras: "Tengo que decir que siento una gran tristeza. Tristeza también porque la autoridad de la Iglesia no ha sido lo suficientemente vigilante, ni suficientemente veloz, ni decidida, para tomar las medidas necesarias".
El viaje papal ha estado precedido de fuertes críticas por los abusos sexuales contra menores de curas católicos pederastas. Uno de los escándalos de mayores proporciones fue el que estalló en Irlanda con la publicación del informe Ryan, en el que se denunciaba que los responsables de la Iglesia en el país de mayoría católica habían encubierto durante 30 años abusos sexuales generalizados a niños por parte de algunos sacerdotes. Pero también el Reino Unido se ha visto "infectado". Durante los meses que han precedido a la visita del Pontífice, ha sido constante el goteo de casos como el que salpicó en agosto a la prestigiosa escuela Saint Benedict School, en Ealing.
El miércoles, más de cincuenta intelectuales firmaron una carta enviada al diario "The Guardian" en la que protestaban por el hecho de que se concediera al Pontífice el honor de una visita de Estado en lugar de pastoral. Un grupo de víctimas de abusos ha pedido al Papa que responda al escándalo con "hechos y no palabras". Las víctimas, representadas por la asociación "Supervivientes de abusos sexuales del clero", han recopilado sus mensajes personales en un libro que intentarán entregar al Pontífice durante los actos previstos en Inglaterra y Escocia.
Otra polémica surgida en torno al viaje del Papa ha sido la desencadenada por las declaraciones de uno de sus consejeros, el cardenal Walter Kasper, en las que, según una revista alemana, dijo que llegar al aeropuerto de Heathrow era como aterrizar en un país del Tercer Mundo y afirmó que el Reino Unido está caracterizado "por un nuevo y agresivo ateísmo".
Los detractores del Papa en el Reino Unido han criticado especialmente los elevados gastos de la visita, de más de diez millones de libras esterlinas (12 millones de euros ó 15,6 millones de dólares), que corren por cuenta de los contribuyentes británicos.