domingo. 06.10.2024

El genocidio sexual de los curas corroe a la Iglesia y a Irlanda

Otros dos obispos irlandeses han anunciado que presentarán su renuncia al Papa Benedicto XVI, lo que eleva a cuatro el número de religiosos que dejan su cargo tras la publicación del informe oficial que denunció abusos sexuales a niños en el seno de la Iglesia. En el país crece la presión para que dimitan los obispos y otras autoridades eclesiásticas mencionadas negativamente en el 'Informe Ryan'.
NUEVATRIBUNA.ES - 25.12.2009

Los obispos Eamonn Walsh y Raymond Field, los dos únicos obispos auxiliares que prestan servicio en la archidiócesis de Dublín, han dicho que habían comunicado su decisión al arzobispo Diarmuid Martin. Walsh ha sido obispo auxiliar en la archidiócesis de Dublín desde 1991, mientras que Field ocupó su puesto en Dublín en 1997. En un comunicado difundido en Nochebuena, afirman: "Nuestra esperanza es que nuestra acción ayude a traer la paz y reconciliación de Jesucristo a las víctimas y supervivientes de los abusos sexuales a menores. De nuevo, nos disculpamos ante ellos".

Al igual que el obispo Jim Moriarty, que dimitió el miércoles, ambos prelados habían asegurado que el informe mostraba que ellos no habían hecho nada malo. Moriarty admitió que debería haber desafiado la "cultura imperante" que permitió que tuvieran lugar delitos contra niños.

La semana pasada, el obispo Donal Murray fue el primero que dimitió desde que se publicó el informe, que señaló que los responsables de la Iglesia de Irlanda, país de mayoría católica, habían encubierto durante 30 años abusos sexuales generalizados a niños por parte de algunos sacerdotes. "Sé muy bien que mi renuncia no anulará el dolor padecido por aquellos que han sobrevivido a los abusos y siguen sufriendo hoy en día", reconoció Murray ante su comunidad tras haber pedido su "humilde perdón" a todos los niños afectados.

Donal Murray, de 69 años, sacerdote desde 1966, era obispo de Limerick desde febrero de 1996 y fue de 1982 a 1996 obispo auxiliar de Dublín, donde ocurrieron los abusos de cientos de menores por parte de curas católicos.

El informe, elaborado por la juez Yvonne Murphy con las conclusiones de una comisión presidida por el juez Sean Ryan y publicado el 26 de noviembre, indicaba que la archidiócesis había estado más preocupada por proteger la reputación de la Iglesia que en salvaguardar a los niños y había ocultado "de forma obsesiva" los abusos a menores entre 1974 y 2004.

CRÍMENES ABOMINABLES

El pasado 11 de diciembre, el Papa se reunió con las mayores autoridades de la iglesia Católica irlandesa así como con autoridades de la Curia romana para evaluar el caso. Al término de la reunión, el Papa condenó tales "crímenes abominables" y prometió indagar y tomar medidas por el encubrimiento de las autoridades eclesiásticas.

La comisión no halló pruebas de la existencia de una red organizada de pederastia, aunque detalló casos como el de un sacerdote que admitió haber cometido abusos sexuales contra más de cien menores o de otro que confesó haber abusado de niños cada "dos semanas" durante más de 25 años de ejercicio, sin que les pasara nada.

Todas estas revelaciones han provocado que en Irlanda haya una presión creciente para que dimitan los obispos y otras autoridades eclesiásticas mencionadas negativamente en el informe. Los Hermanos Cristianos, la orden más denunciada en el informe, anunciaron que destinarán 161 millones de euros para indemnizar a las víctimas. Pero,en total, son 18 las órdenes citadas que se han visto obligadas a renegociar con el Gobierno un pacto firmado en el año 2002 que les concedía inmunidad económica al fijar el máximo de sus indemnizaciones en sólo 127 millones de euros. Esa cantidad cubre sólo una pequeña parte de la factura final, ya que el plan de compensaciones para las víctimas podría ascender a 1.300 millones de euros, una cantidad que en su mayor parte iba a salir de las arcas del Estado.

Según ha reconocido el ministro de Justicia de Dublín, Dermot Ahern, la connivencia entre la jerarquía eclesiástica y las autoridades del Estado, entre ellas la policía y la Fiscalía, sirvió para encubrir los esfuerzos de cuatro obispos dublineses por mantener el "prestigio de la Iglesia , proteger a los pederastas y los bienes de la Iglesia , y evitar escándalos".

El nuncio apostólico, monseñor Giuseppe Leanza, también ha sido criticado duramente en Irlanda después de que el informe revelara que la comisión trató de obtener todos los documentos que tenía el Vaticano sobre los abusos del clero en la principal arquidiócesis de Irlanda, pero "no recibieron respuesta".

EL SECRETARIO DEL PAPA

La política de encubrimiento hacia estos crímenes ha sido practicada con absoluto desprecio hacia las víctimas por la jerarquía católica irlandesa. El célebre obispo John Magee, que fue secretario personal de los papas Pablo VI, Juan Pablo I y Juan Pablo II, ha sido acusado de haber trasladado a dos sacerdotes pedófilos de su diócesis en lugar de acusarles formalmente.

La fama del obispo irlandés en el Vaticano, en los tiempos en que era conocido por todos como el Padre Magee, explotó en los medios de comunicación de todo el mundo tras el presunto asesinato de Juan Pablo I, en setiembre de 1978. El papa Albino Luciani falleció de un infarto y la versión oficial fue que su secretario, el padre irlandés John Magee, lo había encontrado muerto en su lecho y que había avisado de inmediato al secretario de Estado, cardenal Jean Villot. Al dinfundirse el rumor de que Juan Pablo I había sido, en realidad, asesinado con un café envenenado, el Vaticano cambió su versión y dijo que había sido una vieja monja la que vio primero al Papa muerto cuando le llevó su habitual café a las 5,30 de la mañana. Ella corrió a avisar a Magee quién a su vez llamó a Villot.

Magee continuó en el cargo tras la muerte del Papa Luciani como secretario personal de Juan Pablo II en octubre de 1978. En 1982 el pontífice polaco lo promovió a Maestro de Ceremonias Pontificio y cinco años después lo premió consagrándolo obispo de Cloyne, en su patria irlandesa. Fue sustituido por el arzobispo de Cashel, Dermot Clifford, poco después de hacerse público el informe, por orden del Papa, según anunció la conferencia episcopal de Irlanda.

Según los medios de prensa irlandesa, otros obispos deberán perder sus cargos por el escándalo y la jerarquía de la iglesia de ese país será reorganizada.

El Papa dirigirá próximamente una carta pastoral a los católicos irlandeses en la que "responderá con claridad" y explicará las medidas que se adoptarán. Numerosos casos por sacerdotes pedófilos han sido denunciados en diversos países y en particular en Estados Unidos, donde se puso al descubierto en el 2002 que entre 4.000 y 5.000 sacerdotes abusaron sexualmente de unos 14.000 niños y adolescentes durante décadas. Igualmente estallaron escándalos por abusos y maltratos en Australia, Canadá y en varios países de América Latina.

El genocidio sexual de los curas corroe a la Iglesia y a Irlanda