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NUEVATRIBUNA.ES / AGENCIAS - 26.6.2010

El G-8 también "lamenta profundamente" la pérdida de vidas durante el asalto realizado el pasado 31 de mayo por comandos militares israelíes contra el barco humanitario 'Mavi Marmara', en el que fallecieron nueve activistas turcos que intentaban romper el bloqueo de Israel sobre la Franja de Gaza.

En el borrador de la declaración final al término de la reunión mantenida este sábado en Ontario (Canadá), el grupo elogia a Tel Aviv por relajar la normativa sobre la entrada de bienes y ayuda humanitaria al territorio controlado por Hamás, pero mantiene que "los aspectos actuales" del bloqueo "no son sostenibles y deben cambiar". La nueva lista de material permitido, aprobada por Israel a mediados de este mes, incluye todos los alimentos, juguetes, artículos de papelería, utensilios de cocina, colchones y toallas. La decisión, sin embargo, no afectará al bloqueo por mar de la Franja ni a la importación particular de materiales de construcción. El Gobierno israelí esgrime que si levanta las restricciones a la importación de cemento, Hamás podría emplear ese material para construir instalaciones militares.

La reunión del G-8, conformado por Reino Unido, Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, Rusia y Estados Unidos, sirve de prolegómeno a la reunión que mantendrán el domingo en Toronto los representantes del G-20 y en la que se discutirán los efectos de los planes de respuesta a la crisis financiera internacional.

En lo que se refiere a los conflictos en el Extremo Oriente, el G-8 condena a Corea del Norte por su presunta responsabilidad en el hundimiento del buque de guerra surcoreano 'Cheonan' que costó la vida a 46 marineros. El grupo declara su apoyo a Corea del Sur en su iniciativa para presentar el caso del 'Cheonan' ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. "Condenamos, en este contexto, el ataque que desembocó en el hundimiento" del barco, que según los investigadores internacionales fue objeto del impacto de un torpedo norcoreano. Pyongyang ha rechazado cualquier tipo de implicación en este incidente, que ha elevado significativamente la histórica tensión entre ambos países vecinos.

Con respecto al estado actual de la situación en Birmania, el G-8 pide a la Junta Militar que gobierna el país que libere con la mayor celeridad posible a todos los presos políticos encarcelados allí, entre los que se incluye la líder de la oposición y premio Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi.

Sobre el caso iraní, el G-8 repite el llamamiento realizado el año pasado --durante las violentas protestas civiles tras los polémicos comicios presidenciales de junio de 2009-- e insta a las autoridades a que respeten el Derecho Internacional y la libertad de expresión "que se reflejan en los tratados internacionales de los que Irán forma parte".

Esta declaración tiene lugar después de que el Congreso estadounidense aprobara este jueves nuevas sanciones unilaterales contra los sectores energético y bancario de Irán y que también afectarán a compañías de otros países que hagan negocios con Teherán. La Cámara de Representantes aprobó la ley por 408 votos contra ocho y se la remitió así al presidente, Barack Obama, para que la promulgue, después de que el texto hubiera sido aprobado horas antes en el Senado por 99 votos a favor y ninguno en contra. Los congresistas de ambos partidos habían estado tratando de promover desde hace meses nuevas sanciones más duras contra Irán. A petición de la Administración Obama, no lo hicieron a la espera de que el Consejo de Seguridad de la ONU y la Unión Europea aprobaran por su parte nuevas sanciones.

En última instancia, el borrador final de la declaración menciona la actual situación en Afganistán, en cuya capital, Kabul, se celebrará a partir del próximo día 20 de julio una conferencia internacional en la que el presidente afgano, Hamid Karzai, gozará de una "importante oportunidad" para demostrar que está cumpliendo con sus promesas de mejorar el sistema de gobierno y desarrollar la seguridad en el país centroasiático, escenario de guerra durante los últimos nueve años entre las fuerzas aliadas internacionales y las milicias talibán derrocadas del poder en 2001.

Así, el G-8 "espera que Karzai sea capaz de presentar un plan detallado que demuestre un progreso tangible a la hora de reforzar el sistema judicial, y que asuma cada vez más responsabilidades de seguridad en un plazo de cinco años", según el borrador citado por Reuters. "Ambos pasos", prosigue, "serán esenciales para la consiguiente retirada de la fuerza multinacional liderada por Estados Unidos".

El G-8 no se atreve con Israel y le elogia por relajar el bloqueo "insostenible" de Gaza