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NUEVATRIBUNA.ES /AGENCIAS - 10.07.2009

En una declaración conjunta, los países y organizaciones presentes en la reunión sobre seguridad alimentaria celebrada en el marco de la cumbre del G-8 en la ciudad italiana de L"Aquila, se mostraron de acuerdo en "actuar con la urgencia necesaria para alcanzar una seguridad alimentaria global sostenible".

"Para este fin, acompañaremos a los países y regiones vulnerables para ayudarles a desarrollar e implementar sus propias estrategias de seguridad alimentaria, y así juntos incrementar los compromisos sostenibles de asistencia financiera y técnica para invertir en estas estrategias", señala el comunicado.

Los jefes de Estado y de Gobierno así como las organizaciones internacionales y regionales reunidas en L"Aquila subrayan su "profunda preocupación por la seguridad alimentaria global, el impacto de la crisis económica y financiera global y la subida de los precios el año pasado en los países menos capacitados para responder al aumento del hambre y la pobreza".

En este sentido, reconocen que "la seguridad alimentaria está estrechamente conectada con el crecimiento económico y el progreso social, así como con la estabilidad política y la paz", al tiempo que subrayan la "necesidad urgente de una acción decisiva para liberar a la Humanidad del hambre y la pobreza".

"La seguridad alimentaria, la nutrición y una agricultura sostenible deben ser un asunto de prioridad en la agenda política, para ser dirigida de forma transversal y con un enfoque inclusivo, implicando a todos los participantes a nivel global, regional y nacional", añade.

Este enfoque incluye, según la declaración, una mayor productividad agrícola, el estímulo de los cultivos, el énfasis en el desarrollo del sector privado, los minifundios, las mujeres y las familias, así como la preservación de las reservas naturales, el fomento del empleo y las oportunidades de trabajo decente y el conocimiento, y el incremento de los flujos comerciales, además de apoyar la buena gobernanza y las reformas políticas.

Los participantes en el encuentro de L"Aquila ven necesario "mejorar el acceso a los alimentos a través de una distribución más equitativa, la creación de empleo y mejores perspectivas para los países en desarrollo".

IMPULSAR LOS ODM

En la declaración, los países también establecen como prioridad el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) así como su promoción e incremento. En este sentido, consideran que "la tendencia de reducción de los ODM y la financiación nacional en agricultura debe ser revertida".

De este modo, se comprometen a aumentar las inversiones "a corto, medio y largo plazo" en un desarrollo de la agricultura que beneficie directamente a los más pobres y cree un mejor uso de las instituciones internacionales.

"Uniendo esfuerzos (...) en todo el mundo podemos diseñar e implementar una estrategia efectiva de seguridad alimentaria, con prioridad para las regiones más pobres del planeta. Acordamos apoyar un esfuerzo global cuyos principios centrales sean el patrimonio y la rentabilidad nacional", indica.

Por último, los países aseguran que están "decididos a trasladar" todos los principios expuestos en esta declaración "a la acción y tomar todas las medidas necesarias para alcanzar una seguridad alimentaria global", por lo que animan a otros países y actores privados a unirse al "esfuerzo común hacia la seguridad alimentaria global a través de un enfoque coherente".

La declaración conjunta está firmada por todos los miembros del G-8 (Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Alemania, Japón, Rusia, Canadá e Italia), Brasil, China, India, México, Sudáfrica, España, Egipto, Australia, Corea del Sur, Indonesia, Dinamarca, Países Bajos, Turquía, Argelia, Angola, Etiopía, Libia, Nigeria, Senegal, Naciones Unidas, la Comisión de la Unión Africana (UA), la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el Fondo Monetario Internacional (FMI), la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el Banco Mundial, la Organización Mundial del Comercio (OMC), la FAO, la IFAD, el Programa Mundial de Alimentos (PAM) y la Agencia Internacional de la Energía.

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