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NUEVATRIBUNA.ES /AGNESE MARRA - 30.07.2010

Tenían las horas contadas. En los últimos meses Italia ha asistido al culebrón político Berlusconi-Fini y ahora la novela está en su momento álgido. Las amenazas se han cumplido y el Cavaliere ha expulsado de su partido al que hasta hace poco era su amigo fiel, su mano derecha, el niño de sus ojos.

En el último momento Fini decidió pedir disculpas, pero no fueron aceptadas. Durante el miércoles la cúpula del Popolo della Libertá (PdL) se reunió durante varias horas para después anunciar la decisión final: “No estoy dispuesto a aguantar un partido dentro del partido. Ya no confío en él”, dijo Berlusconi.

Y es que el premier no acepta que se interpongan en sus chanchullos, y Gianfranco Fini se ha dedicado a ponerle todos los obstáculos posibles. El resultado es un matrimonio roto y un futuro incierto para Italia. La amalgama del PdL hoy está claramente dividida entre los adeptos al Cavaliere y la corriente finiana.

Más de treinta diputados y 15 senadores ya han mostrado todo su apoyo al presidente del Congreso, es decir a Fini, y éste acaba de anunciar la creación de un nuevo partido: Azione Nazionale. Mientras, el líder de la oposición de centro izquierda (PD), Pier Luigi Bersani, ha pedido que Berlusconi se presente de inmediato en el Parlamento para dilucidar sobre el futuro de Italia.

El divorcio en el seno del PdL, y por ende en el Gobierno, podría conducir a la convocatoria de elecciones anticipadas en el país transalpino, aunque esta posibilidad quedaría descartada si Berlusconi se asegura el apoyo en el Parlamento de algunos partidos de centro.

Este viernes el primer ministro ha asegurado que “el Gobierno no corre peligro”, sin embargo también está la posibilidad de que el presidente de la República, Giorgio Napolitano, nombre un Gobierno interino hasta las próximas elecciones, previstas en 2013.

NO MÁS MAFIAS

A pesar de su aparentemente incondicional amistad, Gianfranco Fini hace varios meses que empezó a hacer oposición dentro de su propio partido. Berlusconi imponía normativas y cambios que no le gustaron nada al presidente del Congreso.

Fini ha estado haciendo presión en todas las decisiones gubernamentales que no compartía, como la polémica Ley de La Mordaza , medida destinada a limitar el uso y difusión de las escuchas telefónicas en investigaciones oficiales. Ante la indignación de los medios de comunicación y la disensión en sus propias filas, el Ejecutivo presentó el pasado 20 de julio una enmienda a esta ley que permitía la publicación de las escuchas consideradas "relevantes", algo que suavizaba en parte el contenido restrictivo del controvertido texto.

El hoy expulsado el PdL también había reprobado el uso reiterado de mociones de confianza y de decretos leyes por parte del Gobierno para aprobar normas y acortar así los trámites parlamentarios. También había expresado sus dudas sobre las intenciones reales del Gobierno italiano en la lucha contra la mafia.

Además, los medios italianos aseguran que Fini presionó para que se produjeran las últimas dimisiones en el entorno de Berlusconi (dos ministros y un subsecretario de Economía) por varios escándalos.

Fini también pedía la dimisión del actual coordinador nacional del PdL, Denis Verdini, investigado por su supuesta implicación en la trama que pretendía influir en los magistrados italianos con el fin de conseguir favores para el Ejecutivo. Las piedras que le ha puesto en el camino han acabado con 16 años de amistas. Ahora el nuevo partido de Fini, Azione Nazionale, intentará hacerse un hueco, Berlusconi tendrá que hacer malabarismos para mantenerse indemne y la oposición del PD tendrá que jugar sus cartas para pedir un adelanto de elecciones.

El divorcio más sonado de Italia