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NUEVATRIBUNA.ES - 06.11.2009

Roberto Micheletti ha vuelto a salirse con la suya. Después de cuatros meses de negociaciones kafkianas, el dictador hondureño vuelve a mostrarse tal y como es. Su vehemencia ha hecho que el Acuerdo de San José que se logró firmar entre sudor y lágrimas el pasado viernes , se haya tirado por tierra.

La aparente calma de Tegucigalpa no ha sido más que una tapadera. Y la jugada, por muy absurda que sea, le ha salido bien a Micheletti. Sus ansias de poder le impiden llevar a cabo una transición coherente. Ni siquiera el primer punto del acuerdo ha podido cumplirse. La formación de un Gobierno de Unidad que representase a los principales partidos hondureños se ha hecho sin contar con Manuel Zelaya.

Pero la gravedad del asunto va más allá. El nuevo presidente de este Gobierno de Unidad es Roberto Micheletti, el mismo que solicitó a sus ministros el pasado jueves que dimitieran, ya que ellos no podían formar parte del recién estrenado Gobierno. El cinismo del dictador le ha hecho aseverar que “ha cumplido al pie de la letra el Acuerdo de San José” y que ha sido Zelaya “quien no ha querido enviarle representantes para la nueva formación”.

En primer lugar, en el Acuerdo de San José se hablaba de la creación de un Gobierno de Unidad que recogiera todas las fuerzas políticas hondureñas, pero sin especificar quién sería su presidente. Sin embargo, los representantes zelayistas rápidamente alertaron que no aceptarían que fuera Micheletti ya que sería “una burla que el dictador se considerara un mandatario legítimo”.

El jueves 5 de noviembre era el plazo máximo para conformar el nuevo Gobierno y Zelaya reiteró su posición: “Es tragicómico y un absurdo pretender poner a mis ministros bajo las ordenes del golpista, pues sería legalizar su derrocamiento”. Coherente con su postura ‘Mel’ no dio el nombre de nadie de su equipo para el nuevo Gobierno. Es más, el presidente legítimo ya ha anunciado que considera “ilegal” el Gobierno de Unidad y ha señalado que hará caso omiso a las elecciones del próximo 29 de noviembre.

El resto de las formaciones políticas sí mandaron a Micheletti el nombre de sus representantes. Ayer a última hora del día, el dictador, con una amplia sonrisa se hacía una foto de familia con el nuevo ‘Gobierno de Unidad’.

Después de que la imagen saliera en todos los medios, los representantes de Zelaya hicieron su rueda de prensa con un mensaje muy claro: "No estamos dispuestos a permitir que nos roben con este tipo de trampas nuestra democracia". Manuel Zelaya ya ha pedido la ayuda de la comunidad internacional y ha hecho un llamamiento a los países de la Organización de Estados Americanos (OEA) “a que se pronuncien sobre lo que se acontece en el Gobierno legítimamente electo por el pueblo hondureño y continúen la condena y el desconocimiento de este régimen de facto de Micheletti”.

Brasil y Argentina ya se han pronunciado a favor de Zelaya y consideran que el nuevo Gobierno de Unidad “rompe con el Acuerdo de San José”. Estados Unidos todavía no ha hecho declaraciones, pero cada vez queda menos para las elecciones del 29 de noviembre y nadie es capaz de pararle los pies a Micheletti.

LOS HONDUREÑOS VUELVEN A SALIR A LA CALLE

En la calle el clima se ha vuelto todavía más tenso. Nada más anunciar Micheletti el gobierno de unidad, estalló un explosivo sin causar heridos en una céntrica avenida de Tegucigalpa.

El jueves, colocaron otro artefacto en unos baños públicos y el miércoles, en una radio (que apoya a Micheletti) y cuya explosión hirió levemente a dos técnicos de sonido.

Desde que comenzó la crisis política, al menos 20 explosivos han sido instalados en edificios públicos, negocios privados y medios de comunicación. El temor es que a partir de ahora no sólo el acuerdo salte por los aires.

El ansia del dictador por parecer demócrata