sábado. 27.04.2024

Ecuador después del intento de golpe de Estado: ¿Quién está detrás?

Todos los dedos apuntan al ex presidente Lucio Gutiérrez. Pero, sobre todo, la sublevación se interpreta como un nuevo intento de provocar un vuelco político en un país de la Alianza Bolivariana para los pueblos de América (ALBA) que atenta contra la integración latinoamericana y el avance de los procesos de revolución democrática.
> "No habrá perdón ni olvido"
NUEVATRIBUNA.ES - 2.10.2010

La situación en Ecuador tras la intentona golpista es de paulatina recuperación de la normalidad: el presidente Rafael Correa ya está en la Casa de Gobierno, hay un nuevo jefe de policía, el general Floresmilo Ruiz, tras la renuncia de Freddy Martínez porque, como dijo él mismo, “un comandante irrespetado, maltratado, agredido por sus subalternos no puede quedarse al frente de ellos”, y patrullas militares recorren en las principales ciudades del país. Lo que ahora se pregunta todo el mundo es si el estallido de volencia, que se ha saldado con al menos cuatro muertos y 200 heridos, fue producto de la acción de un puñado de amotinados o si detrás hubo algo de mayor calado.

Francisco Torres, un asesor presidencial que acompañó a Correa y estuvo también cautivo de los policías, ha asegurado, según cita Página 12, que el presidente fue “empujado, golpeado y gaseado” al salir del cuartel policial y refugiarse en el hospital y que su impresión fue que los agentes conscientemente querían derrocarlo. “Fueron manipulados, fueron mal informados, pero fue un intento de golpe de Estado y no un reclamo salarial".

El asesor añade que “hubo intención de matar al presidente”: “Agreden al presidente, intentan asesinarlo, toman aeropuertos, intentan ocupar el canal público de televisión para tratar de sacarlo del aire... esto sólo puede denominarse golpe de Estado”.

El propio Rafael Correa ha sostenido esta versión al insistir en que los policías sublevados el jueves intentaron acabar con su vida en el momento en que efectivos policiales de élite y del Ejército le rescataban. "Apuntaron al presidente, a matar al presidente, que nadie se engañe", ha reiterado en una entrevista transmitida el viernes por Ecuador TV.

Los insubordinados, según sus declaraciones, "habían armado grupos supuestamente de apoyo ciudadano a la Policía porque esperaban que todo el pueblo se levante". "Nadie se levantó, ni los perros los acompañaron". A su entender el objetivo último del acto de sublevación sería "crear el caos, una guerra civil, una matanza y desestabilizar al Gobierno".

En esto han coincidido varias voces del Gobierno que afirman que los policías no organizaron ni llevaron a cabo su intentona sin apoyo civil. El dimitido jefe de policía Martínez afirmó que “en la protesta hubo infiltrados que no eran policías y llevaban el rostro descubierto”. Desde el primer momento, todas estas voces han señalado al partido de la oposición, la Sociedad Patriótica, afín al ex coronel y ex presidente Lucio Gutiérrez, derrocado por protestas populares. Miembros de este partido intentaron copar la televisión estatal y, al no lograrlo, trataron de cortar la señal.

Gutiérrez rechazó desde Brasil cualquier complicidad con el intento de golpe y dijo que “las acusaciones de Rafael Correa son falsas y temerarias. Siempre me echa la culpa de todo... El gran culpable de este episodio doloroso que ocurrió en Ecuador es Correa, porque su gobierno es abusivo, corrupto y totalitario. Es un gobierno intolerante, que no respeta los derechos de los ciudadanos”.

Curiosamente, Gutiérrez está en Brasil desde el miércoles como observador internacional en las elecciones de mañana. En un reportaje a los medios locales, hasta se permitió dudar de que el episodio haya sido un intento de golpe. “Nadie en Ecuador quiere un golpe de Estado”, dijo ayer. “Correa quiere victimizarse ante el mundo y desviar la atención de la opinión pública del desempleo, de la pobreza y de las denuncias de corrupción. El único golpista es él. Él mismo confesó que participó en toda la conspiración que resultó en el golpe contra mi gobierno.”

Frente a estas acusaciones, el economista Alberto Acosta, ex ministro de Correa y ex presidente de la Asamblea Constituyente, cargo al que renunció por diferencias con el presidente, ha declarado a MDZ que "están allí todos los indicios de que el coronel Gutiérrez está detrás de la protesta. Permanentemente Gutiérrez ha intentado boicotear el proceso democrático que, aunque equivocado en muchas de sus acciones, es legítimo y hay que defenderlo. Esos sectores son pescadores que le sacan provecho al río revuelto".

LA DERECHA, "AL ATAQUE" CONTRA EL ALBA

Casi nadie duda de que Gutiérrez haya tenido algo que ver. Pero además hay análisis que sitúan la intentona golpista en un contexto más amplio. El Centro de Alerta para la Defensa de los Pueblos, formado por un equipo de investigadores, abogados, analistas, periodistas y activistas, ha elaborado la siguiente 'hoja de ruta' hasta llegar a los acontecimientos del 30 de septiembre, de la que pueden extraerse algunas conclusiones:

"La derecha está al ataque. Su éxito en 2009 en Honduras contra el gobierno de Manuel Zelaya, les llenó de energía, fuerza y confianza para poder arremeter contra los pueblos y gobiernos de revolución en América Latina.

Las elecciones del domingo 26 de septiembre en Venezuela, aunque resultaron victoriosas principalmente para el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), cedieron espacio a las más reaccionarias y peligrosas fuerzas de desestabilización que están al servicio de los intereses imperiales. Estados Unidos logró colocar sus piezas claves en la Asamblea Nacional de Venezuela, dándoles una plataforma para avanzar con sus planes conspirativos para socavar la democracia venezolana.

El día después de las elecciones en Venezuela, la lideresa por la paz en Colombia, Piedad Córdaba, fue inhabilitada como Senadora de la República de Colombia por la Procuradería nacional, basándose en acusaciones y evidencias falsas. Pero el ataque contra la Senadora Piedad, simboliza un ataque contra las fuerzas del progreso en Colombia que buscan soluciones verdaderas y pacíficas al conflicto de guerra que han vivido durante más de 60 años.

Y ahora, el jueves, 30 de septiembre, Ecuador amaneció de golpe"
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Los hechos son que Rafael Correa impulsó la reforma de la Constitución, incluyendo derechos básicos de los indígenas, que estuvieron históricamente relegados. También, inició una política de explotación petrolera responsable, para preservar el delicado medioambiente y la biodiversidad y creó una comisión para revisar la deuda externa, quitando la porción ilegítima, que atentaba contra el crecimiento del Estado. La renegociación de contratos con empresas petroleras multinacionales, que vence en diciembre, apunta a que el Estado tenga una mayor participación en las regalías por la extracción de los hidrocarburos, sin descuidar la inversión privada. Otra resolución polémica ha sido la cancelación de la concesión de la base militar estadounidense de Manta, lo que no gustó nada en Washington.

Aunque algunos sectores de izquierda se manifiestan desencantados con el gobierno de Correa, acusándole de no haber profundizado en su revolución, sus principales enemigos están en la derecha, los opositores conservadores, que mantuvieron su hegemonía durante la década del noventa y que además dolarizaron la economía.

En sus propias filas también tiene problemas: su hermano, el empresario Fabricio Correa, y sectores de su partido se oponen a varias de sus medidas.

Antes del levantamiento, Correa había instado a los legisladores oficialistas para que aprobaran proyectos de ley enviados por el ejecutivo -entre ellos el que reducía los beneficios salariales de los policías- porque de lo contrario aplicaría la “muerte cruzada”, es decir la facultad constitucional que le permite tanto al presidente como a la Asamblea Legislativa disolver ambos poderes para convocar a elecciones. Esto fue interpretado como un intento de coerción hacia los diputados de su partido que, sin embargo, y de acuerdo con la opinión de Correa, impiden el desarrollo del país al vetar las iniciativas presidenciales.



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