viernes. 29.03.2024
sahara

Como era de esperar muchos analistas, politólogos y observadores tanto marroquíes como estadounidenses han calificado la visita del rey Mohamed VI a Estados Unidos como una visita fructífera para Marruecos ya sea a través de una profunda cooperación con su socio estadounidense en materia de seguridad, terrorismo, militarme así como la promoción de los vínculos comerciales y culturales.

Las negociaciones entre el Mohamed VI y el presidente Obama se centró en la cuestión del Sahara Occidental. El comunicado emitido por la Casa Blanca antes de la reunión mantenida entre los dos líderes, dejó claro que los Estados Unidos apoya el plan de autonomía planteado por Marruecos al Consejo de Seguridad en abril de 2007.

La postura norteamericana tiene un claro significado político, ya que es la primera vez que un presidente de EE.UU: expresa su apoyo a la propuesta marroquí como una alternativa viable para encontrar una solución al conflicto del Sahara Occidental. Por ello, esta postura refleja la voluntad de Marruecos para garantizar la estabilidad política en la región. No obstante, el apoyo del Presidente de EE.UU. es algo positivo, teniendo en cuenta que hace meses, concretamente en abril de este año, Estados Unidos propuso al Consejo de Seguridad, supervisar el respeto de los derechos humanos en el país.

El presidente Obama en una declaración conjunta con el rey Mohamed VI expresó su apoyo a los esfuerzos realizados por Marruecos y el deseo de EE.UU. de que se opte por una solución pacífica, duradera y consensuada para poner fin a una larga disputa territorial. Esto demostraría que tal vez el gobierno norteamericano está convencido de que la existencia de la posibilidad de que se solucione el conflicto.

El valor político de la postura de EE.UU. radica en que se reitera la necesidad de continuar con los esfuerzos de la ONU para alcanzar una solución pacífica lejos de la imposición de cualquier otro enfoque de la comunidad internacional.

Sin duda alguna, la diplomacia del rey Mohamed VI ha tenido un papel importante para lograr este resultado que puede ser observado como una victoria diplomática para el Reino marroquí así como podría ser percibido como una fortaleza de la paz en la región. La importancia del papel de la diplomacia del rey se vio reflejada el pasado mes de abril cuando trató de impedir la aprobación del proyecto de resolución propuesto por los EE.UU. al Consejo de Seguridad que trató de ampliar el mandato de la MINURSO en el Sahara Occidental para incluir un comité encargado para supervisar el cumplimiento de los derechos humanos.

Por otra parte, debemos tener en cuenta que el apoyo expresado por el gobierno de EE.UU. se logró en parte gracias a los esfuerzos emprendidos por las figuras más influyentes en Washington, entre ellos los ex embajadores estadounidenses en Marruecos, algunos miembros del Congreso estadunidense y una serie de analistas. El objetivo de estas personalidades fue el de recuperar el valor estratégico de una histórica relación entre Marruecos y Estados Unidos así como el papel desempeñado por el reino marroquí en el ámbito regional para mantener la estabilidad en el Norte de África y la región del Sahel. Ambos roles son de importancia estratégica para los Estados Unidos y sus aliados europeos.

La carta enviada por nueve ex embajadores estadounidenses a Marruecos, así como algunos miembros del Congreso evidencia que el grado de confianza del cual goza Marruecos como un aliado estratégico de Estados Unidos. No obstante, también se traduce la convicción de la necesidad de Washington de apoyar la posición de Marruecos sobre el Sahara y de tratarlo como un aliado estratégico.

El valor político y peso añadido de la carta enviada por los ex embajadores estadounidenses radica en el consenso general entre los responsables para que Washington destaque Marruecos así como proporcionar a su aliado un fuerte apoyo para poner fin al conflicto del Sahara Occidental.

La negativa del Frente de Polisario y de Argelia a realizar declaraciones a la prensa sobre los últimos acontecimientos a la luz de la postura de EE.UU. en su apoyo a Marruecos en el proyecto de un plan de autonomía. Asimismo, un representante del Frente Polisario ante la ONU se negó a participar en un programa del canal Aljazeera con el ministro marroquí Mustapha El Khalfi para analizar los resultados de la visita real a Washington. Todo ello significa que Marruecos está bien posicionado para lograr una victoria diplomática frente a Argelia y el Frente Polisario que continúan obstruyendo la paz en la región.

Este progreso significativo logrado por Marruecos en la cuestión del Sahara Occidental sigue siendo ardua y requiere más esfuerzos por parte de los diplomáticos marroquíes. Por tanto, Rabat tiene que demostrar la existencia de la unidad territorial así como defender y argumentar su postura a la comunidad internacional. Marruecos debería redoblar sus esfuerzos para seguir construyendo un cimiento sólido sobre lo logrado hasta el momento y darle una especial importancia a la cuestión de los derechos humanos.

Marruecos, debería trabajar con diligencia en la mejora de los mecanismos para tratar esta cuestión y resolver el conflicto de una manera pacífica. Por tanto, el gobierno marroquí debe actuar con sabiduría y negociar de manera inteligente con todos aquellos separatistas que viven en el seno del Sahara Occidental y no caer en ningún error ni en las provocaciones a los que está expuesto constantemente.

En el mismo sentido, Marruecos debe demostrar a los europeos así como a los estadounidenses que está decidido a avanzar en el camino de las reformas democráticas y el respeto de los derechos humanos tanto en el Sahara como en el resto del territorio marroquí.

Es el momento de que el reino alauí modifique su estrategia para plantear el plan de autonomñia tanto en los foros internacionales como con socios internacionales para definir claramente los detalles de la propuesta así como mantener informada a la comunidad internacional de la estrategia que permita a los habitantes del Sahara Occidental dirigir ellos mismos su propia región. Por tanto, Marruecos debería aprovechar el impulso creado por el apoyo estadounidense renovada para plantear una solución política, consensuada y adoptada con las medidas necesarias para obtener un amplio apoyo internacional en su plan de autonomía.

Por ello, en lugar de que Marruecos siempre esté a la defensiva y verse acorralado en cuestiones como los derechos humanos, debería pasar a ser proactivo y poner en marcha una estrategia diplomática bien pensada y estructurada que le permita dar a conocer mejor su proyecto de autonomía creando credibilidad entre los miembros de la comunidad internacional en la búsqueda de una solución consensuada sobre el conflicto del Sahara Occidental.

Por otra parte, es preciso descatar que Marruecos no sólo está ganando peso en EE.UU sino también en Europa, ello ha quedado patente tras la aprobación del acuerdo de pesca en la eurocámara el pasado 10 de diciembre. El acuerdo ha estado congelado por mucho tiempo ante las dudas del Parlamento Europeo respecto al respeto de los derechos humanos en el Sahara por parte del reino alauí, así como dudas sobre la posibilidad de navegar en mar de la zona ya que se trata de una zona aún en conflicto. No obstante, el masivo voto a favor de Marruecos, supone un triunfo de la diplomacia marroquí, que poco a poco va madurando y aprendiendo de sus errores.

La diplomacia marroquí en relación al conflicto del Sahara