nuevatribuna.es
26 de julio de 2010, 5:15
NUEVATRIBUNA.ES 22.07.2010
El debate sobre los matrimonios del mismo sexo se inició en Argentina en octubre de 2007, cuando la diputada Vilma Ibarra presentó un proyecto para la igualdad entre homosexuales y heterosexuales. Pero no fue hasta el 28 de diciembre de 2009 cuando se oficializó el primer casamiento entre Alex Freire y José María Di Bello en la Provincia Sureña de Tierra del Fuego. El acontecimiento, pionero en Latinoamérica, provocó mucha polémica, hasta que el 5 de mayo de 2010 el Congreso de la Nación inició el trámite parlamentario para la reforma del Código Civil aprobándose definitivamente y por mayoría el pasado 15 de julio en el Senado y siendo promulgado este miércoles por Cristina Kirchner.
“Hoy somos una sociedad más igualitaria que la semana pasada. Al otro día de la sanción de la ley, yo me levanté con los mismos derechos, pero hubo sin embargo cientos de miles que conquistaron lo que yo ya tenía”, aseguró la presidenta argentina durante el acto celebrado en la Casa de Gobierno. Kirchner destacó que Argentina –primer país de Latinoamérica en promulgar para todo el territorio nacional la denominada ‘ley igualitaria’- se ha convertido en una sociedad “más igual” con una normativa que no quita derechos a nadie sino que los otorga a los que les faltaban. “Construir calidad institucional es esto”, subrayó y alabó el “respeto” con el que había discurrido este asunto en el debate político.
El camino sin embargo no ha sido fácil. La Iglesia Católica se ha mantenido durante este tiempo muy activa en contra de la ley. El cardenal primado Jorge Bergoglio llegó a calificar el proyecto legislativo como “una movida del Diablo” y una “guerra de Dios”. Los sectores más ultras salieron a la calle, pretendían convocar un plebiscito al respecto y acusaron al oficialismo de querer dividir al país. La diputada Liliana Negre de Alonso logró conseguir 500.000 firmas en contra del proyecto con el objetivo de prohibir que los matrimonios homosexuales adoptasen hijos o realizaran inseminaciones artificiales. El clima que se ha vivido en estas últimas semanas en Argentina recuerda mucho a lo que pasó en España poco antes de que la ley, impulsada por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, entrara en vigor. Tanto es así que el presidente del Foro de la Familia, Benigno Blanco, y el responsable de la organización ultracatólica, Ignacio Arsuaga, viajaron a Buenos Aires para asesorar a los colectivos impulsores de la manifestación que se celebró en contra de la ley el 13 de julio bajo el lema Los chicos tenemos derecho a mamá y a papá. Matrimonio entre varón y mujer. La presidenta argentina no tardó en responder comparando el comportamiento de la Iglesia con el de la “época de las Cruzadas” o “los tiempos de la Inquisición”.
Pero el frente ultra se topó con los sectores que respaldaban la nueva normativa, asociaciones de homosexuales, a los que se unieron varias universidades públicas del país, organizaciones de derechos humanos como las Abuelas de Plazo de Mayo, partidos progresistas, sindicatos y gentes del mundo del arte y la cultura que a su vez llevaron sus reivindicaciones a la calle. La presidenta de la Federación Argentina de Lesbianas, Gay, Bisexuales y Transexuales (FALGBT), María Rachid, advirtió de que ningún juez podría negarse a casar a parejas del mismo sexo. “Cualquier funcionario público que no cumpla con la ley está incumpliendo con su función y puede ser sancionado”, dijo y resaltó que no hay opción a la objeción de conciencia. La FALGBT fue la que otorgó a Kirchner en el acto de proclamación de la ley una placa destacando “su compromiso y valentía en la defensa de la igualdad y la construcción de un país para todas y todos”.
EN ESPAÑA SE HAN CASADO 18.000 PAREJAS GAYS
Diez son los países del mundo que adaptado su legislación para permitir matrimonios del mismo sexo. Holanda (Países Bajos) fue el primero, en el año 2001. Le siguieron Bélgica (2003); España (2005); Canadá (2005); Sudáfrica (2006); Noruega (2006); Suecia (2009); Portugal (2010); Islandia (2010); y Argentina (2010). Las uniones entre homosexuales también son legales en algunos estados de EEUU (Massachusetts, Connecticut, Iowa, Vermont, New Hampshire y Washington D.C); así como en México D.F.
En España está aún pendiente que se resuelva el recurso de inconstitucionalidad presentado por el PP. La ley fue vetada en el Senado y volvió al Congreso donde obtuvo 187 votos a favor frente a 147 en contra. Según los sondeos, casi el 70% de la población española se mostró a favor de la iniciativa que entró en vigor el 3 de junio de 2005. Desde entonces hasta ahora han podido casarse 18.000 parejas según datos ofrecidos por la FALGBT a falta de cifras oficiales. Los únicos datos de uniones civiles contabilizan el total de matrimonios tanto de gays como heterosexuales. En el informe del INE de junio pasado referente a los datos de población de 2009 resulta relevante el hecho de que en España el número de matrimonios civiles (91.581) superó por primera vez a los matrimonios católicos (80.174).
El debate sobre los matrimonios del mismo sexo se inició en Argentina en octubre de 2007, cuando la diputada Vilma Ibarra presentó un proyecto para la igualdad entre homosexuales y heterosexuales. Pero no fue hasta el 28 de diciembre de 2009 cuando se oficializó el primer casamiento entre Alex Freire y José María Di Bello en la Provincia Sureña de Tierra del Fuego. El acontecimiento, pionero en Latinoamérica, provocó mucha polémica, hasta que el 5 de mayo de 2010 el Congreso de la Nación inició el trámite parlamentario para la reforma del Código Civil aprobándose definitivamente y por mayoría el pasado 15 de julio en el Senado y siendo promulgado este miércoles por Cristina Kirchner.
“Hoy somos una sociedad más igualitaria que la semana pasada. Al otro día de la sanción de la ley, yo me levanté con los mismos derechos, pero hubo sin embargo cientos de miles que conquistaron lo que yo ya tenía”, aseguró la presidenta argentina durante el acto celebrado en la Casa de Gobierno. Kirchner destacó que Argentina –primer país de Latinoamérica en promulgar para todo el territorio nacional la denominada ‘ley igualitaria’- se ha convertido en una sociedad “más igual” con una normativa que no quita derechos a nadie sino que los otorga a los que les faltaban. “Construir calidad institucional es esto”, subrayó y alabó el “respeto” con el que había discurrido este asunto en el debate político.
El camino sin embargo no ha sido fácil. La Iglesia Católica se ha mantenido durante este tiempo muy activa en contra de la ley. El cardenal primado Jorge Bergoglio llegó a calificar el proyecto legislativo como “una movida del Diablo” y una “guerra de Dios”. Los sectores más ultras salieron a la calle, pretendían convocar un plebiscito al respecto y acusaron al oficialismo de querer dividir al país. La diputada Liliana Negre de Alonso logró conseguir 500.000 firmas en contra del proyecto con el objetivo de prohibir que los matrimonios homosexuales adoptasen hijos o realizaran inseminaciones artificiales. El clima que se ha vivido en estas últimas semanas en Argentina recuerda mucho a lo que pasó en España poco antes de que la ley, impulsada por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, entrara en vigor. Tanto es así que el presidente del Foro de la Familia, Benigno Blanco, y el responsable de la organización ultracatólica, Ignacio Arsuaga, viajaron a Buenos Aires para asesorar a los colectivos impulsores de la manifestación que se celebró en contra de la ley el 13 de julio bajo el lema Los chicos tenemos derecho a mamá y a papá. Matrimonio entre varón y mujer. La presidenta argentina no tardó en responder comparando el comportamiento de la Iglesia con el de la “época de las Cruzadas” o “los tiempos de la Inquisición”.
Pero el frente ultra se topó con los sectores que respaldaban la nueva normativa, asociaciones de homosexuales, a los que se unieron varias universidades públicas del país, organizaciones de derechos humanos como las Abuelas de Plazo de Mayo, partidos progresistas, sindicatos y gentes del mundo del arte y la cultura que a su vez llevaron sus reivindicaciones a la calle. La presidenta de la Federación Argentina de Lesbianas, Gay, Bisexuales y Transexuales (FALGBT), María Rachid, advirtió de que ningún juez podría negarse a casar a parejas del mismo sexo. “Cualquier funcionario público que no cumpla con la ley está incumpliendo con su función y puede ser sancionado”, dijo y resaltó que no hay opción a la objeción de conciencia. La FALGBT fue la que otorgó a Kirchner en el acto de proclamación de la ley una placa destacando “su compromiso y valentía en la defensa de la igualdad y la construcción de un país para todas y todos”.
EN ESPAÑA SE HAN CASADO 18.000 PAREJAS GAYS
Diez son los países del mundo que adaptado su legislación para permitir matrimonios del mismo sexo. Holanda (Países Bajos) fue el primero, en el año 2001. Le siguieron Bélgica (2003); España (2005); Canadá (2005); Sudáfrica (2006); Noruega (2006); Suecia (2009); Portugal (2010); Islandia (2010); y Argentina (2010). Las uniones entre homosexuales también son legales en algunos estados de EEUU (Massachusetts, Connecticut, Iowa, Vermont, New Hampshire y Washington D.C); así como en México D.F.
En España está aún pendiente que se resuelva el recurso de inconstitucionalidad presentado por el PP. La ley fue vetada en el Senado y volvió al Congreso donde obtuvo 187 votos a favor frente a 147 en contra. Según los sondeos, casi el 70% de la población española se mostró a favor de la iniciativa que entró en vigor el 3 de junio de 2005. Desde entonces hasta ahora han podido casarse 18.000 parejas según datos ofrecidos por la FALGBT a falta de cifras oficiales. Los únicos datos de uniones civiles contabilizan el total de matrimonios tanto de gays como heterosexuales. En el informe del INE de junio pasado referente a los datos de población de 2009 resulta relevante el hecho de que en España el número de matrimonios civiles (91.581) superó por primera vez a los matrimonios católicos (80.174).
