jueves. 28.03.2024

El próximo 27 de agosto será la primera vez que Pablo Milanés, fundador con Silvio Rodríguez de la Nueva Trova Cubana, se presente en Miami, la capital del anticastrismo. Desde el año 1979 ha venido presentándose en distintas ciudades de los EE.UU. pero esta será su primera vez en Miami. A la capital del estado de la Florida llegará en el marco de una gira que comienza el 26 de agosto en Washington DC y terminará en San Juan de Puerto Rico el 17 de septiembre.

El anuncio de este histórico concierto desató inmediatamente reacciones feroces por parte de las organizaciones más radicales del exilio, a pesar de que en una entrevista con El Nuevo Herald, Milanés reveló algunas disidencias con el régimen castrista. Aseguró en la misma que se sigue considerando un revolucionario de izquierda, progresista, tolerante y capaz de escuchar todas las tendencias y respetarlas. Pero criticó la muerte del disidente Orlando Zapata y recordó que no firmó la carta impulsada por el gobierno en 2003, en la que un grupo de intelectuales apoyó el encarcelamiento de 75 periodistas independientes.

El documento, llevó la firma de Silvio Rodríguez, Omara Portuondo, Leo Brouwer, Amaury Pérez, César Portillo de la Luz y Chucho Valdés, entre otros. “Fui el único que no la firmó porque no estuve de acuerdo con que los apresaran” ni tampoco con que fusilaran a tres muchachos ”negros, por cierto” que robaron una barca para huir de la isla, dijo Milanés.

En este mismo sentido criticó la discriminación contra los negros, la autocensura de la prensa y el sistema de castas que mantiene el gobierno de Cuba. También defendió el derecho de los cubanos residentes en la isla a salir de su país “sin necesidad de una tarjeta o de pasar por determinado filtro burocrático”.

En su diálogo con El Nuevo Herald, Pablo Milanés recordó que cuando tenía 23 años estuvo un año y medio internado en un campo de concentración de la UMAP (Unidades Militares para Ayuda a la Producción), junto con homosexuales, liberales, creyentes católicos y Testigos de Jehová, sin saber nunca a qué respondió tal medida.

Emilio Izquierdo, coordinador del grupo Cuban American Patriots and Friends, dijo al mismo periódico de Miami que el concierto era una afrenta: “Milanés es un agente ideológico de un gobierno enemigo y patrocinador del terrorismo, no lo queremos en la capital y el corazón del exilio”, dijo. El congresista republicano David Rivera, de origen cubano, también consideró la actuación de Milanés como un insulto “a una comunidad que ha sufrido en carne propia la persecución de un gobierno dictatorial”.

El alcalde de Miami-Dade, Carlos Jiménez, nacido en La Habana, no está de acuerdo con el concierto pero declaró que no tiene objeciones legales que hacer. El American Airlines Arena, es un estadio de baloncesto (o basket), en el que próximamente se presentarán artistas tan diferentes como Joaquín Sabina, Enrique Iglesias o Mark Anhony. Es propiedad del condado, pero está manejado por una entidad privada que tiene el poder exclusivo de decisión.

El representante en Florida de la Unión de Libertades Civiles Americanas (ACLU), John De León, declaró por su parte que en un país libre la manera de demostrar rechazo a una idea es protestando. “Aquí hay libertad y legalmente no se puede cancelar el show”, añadió.

Con las entradas ya a la venta (con precios que van de los 59,95 a los 219,85 dólares), Pablo Milanés quiere evitar conflictos y adelantó que va en busca de paz y amor, “y a tender la mano a quien me tienda una mano. No voy a criticar a nadie ni quiero que me critiquen. Simplemente quiero que escuchen a un hombre que va a cantar sus canciones, que son puro sentimiento, pura espiritualidad y que reflejan cosas cotidianas que hablamos y sentimos los cubanos”.

Hugo Cancio, promotor de la gira, anunció posibles acciones legales contra los grupos de activistas que lo acusan a él y al cantante de ser agentes de Fidel Castro. Desde hace un mes, la alcaldía de Miami y la gerencia del American Airlines Arena, donde dará su concierto, están recibiendo miles de correos electrónicos y faxes intentando evitar esta presentación, y acusándolos de promover a “agentes comunistas de Fidel Castro”.

En el estado norteamericano de la Florida viven aproximadamente un millón doscientos mil cubanos exiliados. Pero más de la mitad llegaron a partir de 1990, es decir, la mitad son básicamente exiliados económicos. Y a ellos se añaden los descendientes del primer exilio, que en muchos casos tienen ya otra visión del conflicto.

Concierto de Pablo Milanés en Miami desata pasiones