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NUEVATRIBUNA.ES / AGENCIAS - 13.6.2009

La médica cubana Hilda Molina ha tomado este sábado un avión que la llevará a Argentina sin guardar "ningún" rencor al ex presidente Fidel Castro y a su hermano y sucesor, Raúl, a quienes ha agradecido haber dado "un paso" al dejarla salir de la isla tras 15 años negándoselo. "Yo le agradezco como persona al Gobierno cubano, y como familia", ha dicho Molina a los periodistas en el aeropuerto internacional José Martí de La Habana, desde donde ha salido hacia Buenos Aires, con escala en Panamá, para reencontrarse con su hijo y su madre y conocer a sus dos nietos.

La neurocirujana de 66 años, a quien el Gobierno cubano negaba la salida del país desde 1994, ha señalado que esa decisión debió haber sido tomada hace 15 años, pero que, "como quiera que sea, (los Castro) han dado un paso". "Lo entiendo mejor en el general Raúl, porque sé que quiere a su familia, y quien quiere a su familia entiende que los demás también la queremos", ha apuntado.

Según ha explicado, hace dos semanas escribió una carta al general Castro que no tuvo respuesta, pero ha insistido en que el actual presidente cubano "quiere mucho a su familia y (...) por eso tuvo resultado la gestión". "En este terreno, lo que sería bueno para Cuba es que todos los cubanos pudiéramos entrar y salir del país sin tenerle que pedir permiso a nadie", ha dicho.

Hilda Molina dirigió en Cuba el Centro Internacional de Restauración Neurológica (CIREN), pero rompió con el régimen en 1994, aunque no se consideraba disidente. Tras varias gestiones de Argentina para conseguir el permiso de salida de Hilda Molina, el líder cubano Fidel Castro escribió en 2008 que no aceptaría el "chantaje" para permitir su salida y la acusó de haber intentado apoderarse del CIREN.

La doctora ha declarado que sus aspiraciones ahora son dedicarse "un tiempo a ser abuela y a ser madre", y ha recordado que llegará a Argentina con la preocupación del "delicado estado de salud" de su madre, de 90 años, Hilda Morejón. En Buenos Aires residen el hijo de Molina, Roberto Quiñones, también médico y nacionalizado argentino en 1996, y sus nietos, de 13 y 7 años, a los que no ha visto nunca.

Castro permite que la doctora Hilda Molina abandone Cuba