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NUEVATRIBUNA.ES / AGENCIAS 04.08.2010

La moción fue rechazada en la Cámara de Diputados por 299 votos, 75 abstenciones y 229 a favor.

Los disidentes de la derecha italiana liderados por Gianfranco Fini se abstuvieron en la primera votación clave en el Parlamento tras la división la semana pasada de la derecha al poder.

La votación se llevó a cabo en un clima candente, con unos diputados dispuestos al enfrentamiento casi físico con sus ex aliados.

Berlusconi, que asistió a la votación suscitando los aplausos y vítores de sus diputados, no saludó al presidente de la Cámara de Diputados, Gianfranco Fini, con el que abrió la semana pasada un duro enfrentamiento político y expulsó tras 16 años de convivencia en el partido oficialista fundado por ambos, Partido de la Libertad (PDL).

Los parlamentarios disidentes reunidos en la nueva formación 'Futuro y Libertad para Italia', junto con los demócratas cristianos de UDC y los partidos moderados API y MPA, acordaron votar "la abstención" y evitar así una crisis de gobierno.

Berlusconi había advertido a sus aliados en una cena privada el lunes que si Fini votaba a favor de la moción de censura, se abría una verdadera guerra política y convocaría elecciones anticipadas.

Los políticos cercanos a Fini, que cuenta con 33 diputados y 10 senadores, además de un puñado de ministros, decidieron abstenerse, pese a que algunos presionaban para retirar rápidamente el apoyo a Berlusconi y otros no quieren pasar como los responsables de su caída.

La controvertida formación antiemigración Liga Norte terminó por salir reforzada al convertirse en un aliado indispensable de Berlusconi, quien perdió la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados.

"Nosotros estamos con Berlusconi, rechazamos un gobierno de transición, aunque sabemos que si se adelantan las elecciones ganamos, es más, arrasamos", declaró el líder de la Liga Norte, Umberto Bossi, al término de la votación, tras ser ovacionado como en los estadios por su bancada.

Para uno de los líderes del Partido Democrático (izquierda), Dario Franceschini, el resultado evidencia que el gobierno "se ha debilitado gravemente" y cuenta sólo con una mayoría relativa, lo que lo obliga a negociar "el apoyo a cada votación".

"Ahora que todos están al borde del principio es posible que baje la tensión política", comentó a AFP el editorialista Sergio Romano.
"Nadie quiere elecciones inmediatas", sostiene Romano, quien considera que la inestabilidad política agravaría las dificultades económicas del país, podría afectar los sondeos de Berlusconi y demoler el sueño de la Liga Norte de aplicar el federalismo fiscal.

La tregua con Fini obligó a Berlusconi a alquilar un castillo a las afueras de Roma durante el mes de agosto para afinar alianzas y ajustar sus relaciones con el ministro de Economía, Giulio Tremonti, cuyo nombre circula como líder de un eventual gobierno de transición en caso de caída del multimillonario primer ministro.

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