viernes. 26.04.2024

Amina Cachalia nació en pleno apartheid, pero desde pequeña había aprendido lo que era la no discriminación gracias a Mahatma Gandhi, al que su padre, de origen indio, había apoyado en la Campaña de Resistencia Pacífica en Durban (Sudáfrica). Su biografía con prólogo de la Premio Nobel, Nadine Gordimer, sale la semana próxima publicado por la ED. Los Libros de la Catarata.

Así, siendo adolescente ya era una activista por la libertad, los derechos humanos y la igualdad, y fue la mujer encarcelada más joven en el país. Y es que su actividad política la llevó a ser una de las protagonistas del movimiento feminista y anti-apartheid, siendo elegida, en las primeras elecciones democráticas, miembro de la Asamblea Nacional de Sudáfrica.

En este libro, ella misma nos cuenta sus vivencias y nos permite, por ejemplo, conocer la estrecha relación que tuvo con Nelson Mandela desde que empezó su militancia hasta que él salió de la cárcel de Robben Island. En este relato, Amina Cachalia narra una vida llena de interesantes experiencias como su unión a una célula clandestina, la maternidad bajo arresto domiciliario o, años después, conocer a la mujer de uno de los artífices del apartheid con la actitud conciliadora de Mandela.

Su testimonio, informado y crítico, permite conocer la cotidianidad, la sociedad y los hechos más relevantes que transmiten cómo la esperanza de algunas personas consiguió que la historia de Sudáfrica demostrara al mundo que la transformación social es posible.

Prólogo de la Premio Nobel Nadine Gordimer

La búsqueda de la libertad ha formado parte de la vida familiar de muchos de aquellos que obtuvieron la libertad para todos nosotros en Sudáfrica.

Una colegiala llamada Amina, nacida en el seno de la familia Asvat, eligió ir a la cárcel por las protestas acaecidas durante la Campaña de Resistencia Pacífica, pero sus compañeros adultos la consideraban demasiado joven. Unos años más tarde, ofrecieron a Amina Asvat una beca para estudiar en la India, pero el Gobierno Sudafricano le negó el pasaporte. Sin que esto le amilanase, Amina se adentró más en la lucha. Siendo una mujer joven, fue cofundadora de la Unión de Mujeres progresistas, convirtiéndose posteriormente en su secretaria; se unió al Congreso juvenil Indio, llegando a alcanzar una posición alta como miembro de la ejecutiva nacional. Su audaz coraje era una fuerza que superaba a su edad; en la Campaña de Desafío de 1952, fue la mujer más joven enviada a prisión. En 1954 jugó un papel decisivo en la puesta en marcha de la Federación Nacional de Mujeres de Sudáfrica junto con Lilian Ngoyi y Helen Joseph.

Un matrimonio hecho no en el cielo, sino en la tierra: el espléndido y duro campo de batalla de la lucha. En 1955 Amina Asvat se convirtió en Amina Cachalia, esposa de Yusuf Cachalia. Un matrimonio que fue compartido absolutamente. A pesar de llevar una vida de acción implacable y de desafío del miedo, ejercieron una maternidad y paternidad cariñosa hacia sus hijos. El peligro formaba parte de su vida diaria. Yusuf se encontraba entre los líderes de la lucha por la libertad, en compañía de Tambo y Mandela. Amina pasó 15 años vetada, con las restricciones de un exilio interno en Fordsburg. Fordsburg era un suburbio gueto del centro de Johannesburgo donde los sucesivos regímenes racistas habían permitido vivir, ir y venir a los ciudadanos indios sudafricanos, en algún lugar entre el más bajo estatus de los vastos guetos donde se mantenía a raya a los sudafricanos negros en un país abierto a la minoría de la población que era blanca.

Yo, una persona blanca, fui a la casa de los Cachalia de la calle Lutting en Fordsburg antes de conocer a Amina, y fue debido a unas circunstancias que me parecieron curiosas. Reinhold Cassirer —mi marido— y yo nos habíamos hecho muy amigos de Bettie du Toit, una luchadora por la libertad que era la exesposa de Yusuf Cachalia. A pesar de que entonces estaban divorciados, Bettie mantenía la mistad con el hermano mayor de Yusuf, Molvi Cachalia, miembro distinguido de la comunidad india sudafricana y del movimiento de liberación y fue con ella con quien fui por primera vez a su casa de la calle Lutting para conocerle. Nos llevamos bien desde el primer momento y fui lo suficientemente afortunada para que este sabio me diera la bienvenida siempre, incluso después de que Bettie se exiliase en Ghana. A través de él, conocí y empecé a tener la oportunidad de apreciar las maravillosas personalidades de Amina y Yusuf.

Amina y yo no nos vemos lo suficiente: ambas tenemos unas vidas llenas de compromisos. Aparte de otras cosas, teníamos en común que las dos habíamos compartido —con nuestros maridos, Yusuf y Reinhold— la decisión de enviar a los jóvenes Cachalia, Ghaleb y Coco, y a nuestro hijo Hugo lejos de la distorsión de la educación del apartheid a la Escuela Waterford Kamhlaba, en Suazilandia. En los últimos años, Amina y yo coincidíamos con los amigos para celebrar los cumpleaños más señalados. Siento el vínculo de nuestra amistad, y su presencia aquí en la ciudad es significativa para todos nosotros. Me alegro por el premio que recibió de la Orden de Luthuli y por su distinción de ser (¡no solo la mujer más joven enviada a prisión por rebeldía!) la primera mujer india en recibir un título honoris causa en Derecho de la Universidad de Witwatersrand. De todas sus distinciones y logros, el mayor de ellos es su identidad de luchadora por la libertad, durante toda la vida, activa en el pasado y en el presente. Ahora, después de obtener la libertad, créanme que se la necesita tanto como entonces en la lucha. ¡Viva Amina!

Amina Cachalia, autobiografía de la colegiala que eligió la cárcel