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20 de agosto de 2009, 0:49
NUEVATRIBUNA.ES / AGENCIAS - 20.8.2009
La justicia argentina condenó este jueves a 20 años de prisión a Omar Chabán, el dueño de la discoteca República de Cromagnon, donde un voraz incendio mató a 194 personas durante un concierto en el año 2004, pero el tribunal de Buenos Aires resolvió que no quedará preso hasta que termine el proceso de apelación. El Tribunal Oral 24 de Buenos Aires también condenó a penas de cárcel a funcionarios públicos por cohecho y a colaboradores de Chabán.
Chabán, quien tiene prohibido salir del país, fue condenado por "incendio doloso calificado (...) en concurso real con el delito de cohecho activo", según la sentencia, que fue leída detrás de un vidrio blindado.
El incendio se produjo en diciembre del 2004 durante un concierto, después de que unos fuegos artificiales lanzados por el público encendieran parte del techo del local, en el que los jóvenes seguidores de la banda murieron por asfixia o envueltos por las llamas.
Debido a que el juicio generó fuertes controversias y algunos actos de violencia en los últimos años, los asistentes a la sala de audiencias debieron superar un detector de metales para poder estar presentes en la lectura del veredicto.
Pese a las condenas, los acusados seguirán en libertad hasta que la sentencia sea confirmada por un tribunal superior y concluya el proceso de apelaciones podría durar varios años, lo que generó una gran decepción entre los familiares de las víctimas que lloraron a las afueras del tribunal.
La justicia argentina condenó este jueves a 20 años de prisión a Omar Chabán, el dueño de la discoteca República de Cromagnon, donde un voraz incendio mató a 194 personas durante un concierto en el año 2004, pero el tribunal de Buenos Aires resolvió que no quedará preso hasta que termine el proceso de apelación. El Tribunal Oral 24 de Buenos Aires también condenó a penas de cárcel a funcionarios públicos por cohecho y a colaboradores de Chabán.
Chabán, quien tiene prohibido salir del país, fue condenado por "incendio doloso calificado (...) en concurso real con el delito de cohecho activo", según la sentencia, que fue leída detrás de un vidrio blindado.
El incendio se produjo en diciembre del 2004 durante un concierto, después de que unos fuegos artificiales lanzados por el público encendieran parte del techo del local, en el que los jóvenes seguidores de la banda murieron por asfixia o envueltos por las llamas.
Debido a que el juicio generó fuertes controversias y algunos actos de violencia en los últimos años, los asistentes a la sala de audiencias debieron superar un detector de metales para poder estar presentes en la lectura del veredicto.
Pese a las condenas, los acusados seguirán en libertad hasta que la sentencia sea confirmada por un tribunal superior y concluya el proceso de apelaciones podría durar varios años, lo que generó una gran decepción entre los familiares de las víctimas que lloraron a las afueras del tribunal.
