viernes. 29.03.2024

¿Qué hacen los cascos azules en el Sáhara? ¿Son un 'escudo' colonial?

PILAR GASSENT
Ninguna misión de Naciones Unidas en el mundo tiene tan restringidas sus competencias en materia de Derechos Humanos como la MINURSO. Y, sobre todo, ¿cómo se explica que una nación con tradición en la defensa de los Derechos Humanos como Francia liderase la defensa de Marruecos para impedir que la misión de la ONU en el Sahara salvaguarde estos derechos? Hasta China, que tiene que soportar críticas de toda la comunidad internacional por violaciones de derechos básicos, se ha congratulado de la postura francesa.
> El Gobierno no condena los "graves hechos"
NUEVATRIBUNA.ES - 12.11.2010

Tras la invasión del campamento de Gdeim Izik y el posterior estallido de violencia en El Aaiún, capital ocupada del Sáhara Occidental, Amnistía Internacional “subraya una vez más la necesidad urgente de incluir un componente de vigilancia de los Derechos Humanos en el mandato de la MINURSO”. “Tenemos que saber qué desencadenó la acción de las fuerzas de seguridad y si la fuerza que emplearon fue razonable y proporcionada o excesiva”, ha subrayado el director para Oriente Próximo y el Norte de África de AI, Malcolm Smart. Y, para eso, ha reclamado que las autoridades marroquíes lancen una investigación inmediata e independiente, que permita llegar al fondo de lo que ocurrió, y consideren pedir a la ONU su ayuda”.

La petición de Malcom Smart, aún siendo muy razonable, constituye a día de hoy una ‘llamada en el desierto’, nunca mejor dicho. Y es que la MINURSO (Misión de las Naciones Unidas para el referéndum del Sáhara Occidental) se desplegó en septiembre de 1991 siguiendo al acuerdo entre el Gobierno de Marruecos y el Frente Polisario para supervisar el alto el fuego, así como para organizar y dirigir un referéndum en el que la gente del Sáhara Occidental tuviera la oportunidad de decidir el futuro estatus del Territorio. Pero, entre sus competencias no figura la de velar por los Derechos Humanos, siendo la única misión de NNUU de este tipo que no lo hace. Y, como represión no entra en la categoría de “fuego”, MINURSO no vigila que se mantenga en los límites que garantizan la dignidad de los contendientes que conviven en el territorio.

Esto satisface a Marruecos, pero no así a su adversario, el Frente Polisario. En las últimas semanas, no sólo Amnistía Internacional sino también otras ONGs como Human Rights Watch y también la Delegación Magreb del Parlamento Europeo han solicitado por escrito que, como los demás contingentes de mantenimiento de la paz de la ONU, MINURSO tenga competencias en materia de derechos humanos.

¿Por qué en los casi veinte años de existencia de este contingente ha sido imposible conseguir ese objetivo? Para obtener una respuesta basta recordar la sesión del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas del pasado mes de mayo en la que se decidió la renovación de la misión hasta junio de 2011. La crónica del debate que publicó GuinGuinBali es esclarecedora:

Cada uno de los países interesados y los que tienen asiento en el Consejo de Seguridad comenzaron a dejar clara su posición respecto al Sahara Occidental, una zona geostratégica y determinante ubicada al norte de África y que sirve como mecha del conflicto de baja intensidad entre Marruecos/Francia y el Frente Polisario/Argelia. Conflicto del que, por cierto, se benefician Estados Unidos, Francia, Rusia, India, España y Reino Unido con la venta de armas a los contendientes. Cuatro de ellos tienen asiento fijo en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. (…) Los recursos naturales del Sahara Occidental quedan en un segundo plano, porque a pesar de ser un territorio tan rico en materias primas, los recursos que está ofreciendo al mundo son económicos.

El conflicto que mantiene sitiada a su población, a decenas de miles de personas en campos de refugiados, está sirviendo para que los países suministradores de armas se lucren gracias a dos países que tienen las cuentas saneadas, como Argelia y Marruecos, limítrofes con la zona en conflicto y en escalada armamentística permitida. En medio de todo este alboroto hay alrededor de 500.000 personas y está el Frente Polisario, que también importa armas, pero a menor escala que Argelia y Marruecos, que son los que realmente hacen interesante este conflicto para el mercado armamentístico mundial.

Los Derechos Humanos es lo que menos ha importado en esta decisión y las pruebas han quedado sobre la mesa y registradas en las actas del Consejo de Seguridad. De lo contrario ¿Cómo se explica que una nación con tradición en la defensa de los Derechos Humanos como Francia liderase la defensa de Marruecos para impedir que la misión de la ONU en el Sahara salvaguarde estos derechos? Que son los mínimos, los fundamentales, los que se deberían salvaguardar no sólo en el Sahara sino en todos los lugares del planeta
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Poco después, el 28 de mayo, el Frente Polisario “congeló” sus contactos con MINURSO, según anunció en Madrid, Ahmed Boukhari, representante ante la ONU del movimiento de liberación saharaui. “Es una decisión producto de nuestra irritación”, explicó Boukhari. “MINURSO se está convirtiendo en un escudo de protección de un hecho colonial, es decir la ocupación del Sáhara por Marruecos”, añadió. Mohamed Ould Salek, responsable de las relaciones exteriores de la RASD, la entidad creada por el Polisario, ya señaló en abril que había decidido revisar las relaciones con la MINURSO que “ha renegado sus compromisos”. Con estas palabras se estaba refiriendo a lo que sí compete a la misión y que tampoco se ha cumplido. Fue desplegada en 1991 para supervisar el alto el fuego entre el Polisario y Marruecos y organizar un referéndum de autodeterminación en la antigua colonia española que ya ni siquiera prepara.

Así las cosas, sólo cabe esperar que la fuerte presión internacional acabe dando sus frutos cuando toque volver a discutir otra prórroga del mandato y que MINURSO no sólo ejecute los objetivos para los que fue creada sino que actúe como las demás misiones de la ONU.

El pasado mes de octubre, después de que el Frente Polisario denunciara la muerte en El Aaiún de un niño de 14 años por disparos de la gendarmería marroquí, artistas de doce países se manifestaron ante la delegación de la Naciones Unidas en el Sáhara Occidental, en la localidad de Tifariti. Se unieron a ellos grupos de saharauis desplazados desde los campamentos de refugiados y nómadas que habitan en la zona.

Fue la primera y única manifestación que ha tenido lugar ante una delegación de la MINURSO. El comandante Jefe de la Delegación, el polaco Piotr Wozniak, ante la reclamación de los presentes pidiéndole que defendiera los Derechos Humanos y protegiera a la población saharaui, dijo que como fuerzas militares sólo pueden garantizar la paz a los dos lados del muro (conocido como Muro de la Vergüenza y que divide en dos el Sáhara Occidental a lo largo de 2.700 kilómetros blindados con más de tres millones de minas antipersona), pero que no pueden proteger el respeto a los Derechos Humanos.

Y, mientras, se siguen produciendo escenas como las que narraba Sahara Today el pasado mes de julio:

Cuando ven que la policía está golpeando a un saharaui, ya sea de paisano o con uniforme, se dan la vuelta” o “he visto palizas desde que era niña” son algunas de las opiniones acerca de los cascos azules de la ONU en el Sahara Occidental. La comparten muchos activistas saharuis que residen en El Aaiún y, también, todos los observadores que han estado en los últimos años en el Sahara Occidental. Y debe de ser cierta, porque a priori no tienen competencias para actuar, dado que en su mandato, estipulado por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, no está el velar por la seguridad del cumplimiento de los derechos más básicos del ser humano. Sin embargo, sí que se encuentra vigilar el cese al fuego. Y lo hacen. Patrullan las fronteras y vigilan los puestos militares que Marruecos, sobre todo, ha ido haciendo crecer en el lado occidental de un muro que corre cientos de kilómetros dividiendo artificialmente el desierto.



¿Qué hacen los cascos azules en el Sáhara? ¿Son un 'escudo' colonial?