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NUEVATRIBUNA.ES / AGENCIAS - 21.6.2010

La dureza de la reacción de Obama frente a la petrolera BP por el vertido que ha arrasado el Golfo de México no ha pasado inadvertida para quienes han lamentado, en otras muchas ocasiones, la impunidad con la que actúan habitualmente los responsables de desastres de igual o parecida magnitud. La explicación a esta aparente contradicción es sencilla: esos otros desastres no se han producido en territorio estadounidense. Así lo ha denunciado Rahda Dhingra, portavoz de la plataforma del Grupo de Información y Acción sobre Bhopal (BGIA) que expresaba su indignación con estas palabras: "Usted, Barack Obama, quiere que las empresas asuman responsabilidades por lo que hacen en su país pero ¿por qué no hace que las empresas americanas cumplan con su responsabilidad por lo que hacen en el extranjero? Si eso no es tener una doble vara de medir, no sé lo que es".

En India el ambiente está más que caldeado por la leve sentencia contra siete ex empleados de la filial india de la empresa estadounidense Unión Carbide, causante de la mayor tragedia provocada por una empresa, la muerte en Bhopal de hasta 25.000 personas por la fuga de un gas tóxico en las aguas de la ciudad. Concretamente, las nubes de gases letales mataron inmediatamente a unas 2.250 personas y afectó hasta otras 500.000. De esa cantidad, se estima que entre 15.000 y 30.000 personas murieron posteriormente a causa del accidente.

Estados Unidos, además, se niega a extraditar al principal directivo de Union Carbide, Warren Anderson, que vive tranquilamente en su casa de Nueva York mientras decenas de miles aún arrastran las secuelas que les dejó la intoxicación.

Anderson fue declarado huido y no se ha pronunciado ninguna condena contra él, aunque estaba entre los acusados. La última vez que la India pidió la extradición del ejecutivo fue en 2003. Debido a la presión interna, el ministro indio de Desarrollo Urbano, Jaipal Reddy, ya ha anunciado que su Gobierno volverá a solicitar la extradición. La reacción de Nueva Delhi no es ajena a la voluntad de enmendar los errores del pasado. El efecto combinado de la despreocupación corporativa estadounidense y oficial india aseguró que las iniciativas para compensar a las familias de las víctimas, brindar adecuada atención hospitalaria y apoyo para los que siguen sufriendo, fueran lamentables.

Sea como fuere, la firmeza de Obama ante BP ha hecho concebir esperanzas a los indios de que sus peticiones sean por fin escuchadas. Y eso a pesar de que se enfrentan con algunos obstáculos: Union Carbide ya no existe como tal, ya que fue adquirida por Dow Chemicals en 2001, una empresa que no quiere hacerse cargo de ninguna responsabilidad. Además, la compañía se ha venido escudando en que ya llegó a un acuerdo de compensación en 1989 por un monto total de 470 millones de dólares en concepto de indemnización para las víctimas. Una cantidad que parece ridícula a la vista de los 20.000 millones de EEUU reclama ahora a BP.

Por si faltaba algo, los británicos, que no han ocultado su malestar ante la ofensiva del inquilino de la Casa Blanca contra una de sus empresas más importantes, se han sumado al coro de los que acusan a Obama de parcialidad. The Independent lo dejaba claro este domingo: "La enseñanza moral de todo esto es simple: Estados Unidos tiene el derecho de pedir a BP que haga todo lo posible para parar la mancha de fuel del Golfo de México, reparar el daño medioambiental y compensar a las víctimas, pero si la nueva política de Barack Obama significa algo, entonces las compañías estadounidenses deben estar bajo las mismas obligaciones, sin importar el lugar del mundo en el que hagan sus operaciones".

Las comparaciones son odiosas pero las cifras, al menos en este caso, son aplastantes. El desastre del Golfo de México ha matado a once personas y recibirá indemnizaciones de al menos 20.000 millones de dólares. El de Bhopal mató a 15.000 y las compensaciones fueron de 470. El caso indio, ha sido posible gracias a la escuálida penalidad que una de sus principales compañías pagó por ser la fuente del peor desastre industrial de la historia. El ocurrido en territorio de EEUU ha tomado otros derroteros sólo gracias a la directa implicación de su presidente. Por eso, Barak Obama se ha convertido ahora en el destinatario de las quejas que llegan de la India.

¿Qué distingue al Golfo de México de Bhopal?