sábado. 20.04.2024
ISABEL G. CABALLERO - 26.1.2009
La ley del silencio se ha impuesto en la sede nacional del PP tras una intensa semana en la que todo el protagonismo lo ha copado la presunta red de espionaje de políticos en la Comunidad de Madrid. En mitad de la tormenta, el equipo de Mariano Rajoy, inmerso en los preparativos para la campaña electoral que se avecina (comicios en Galicia y País Vasco) hacía este lunes balance del primer foro de militantes celebrado el fin de semana pasado en la capital.

La convención dejó imágenes muy tensas (en contenido y forma) sobre cómo van la relaciones en la familia ‘popular’ y aunque Rajoy pidió a Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz-Gallardón que se reservarán sus reproches para otro momento, no había nada más que ver las caras para saber el malestar generalizado que existe entre unos y otros.

Precisamente fue en este foro donde el consejero de Sanidad del Gobierno de Aguirre, Juan José Güemes, se explayó a lo lindo en pasillos con, no ya falsas, sino absurdas críticas a El País, diario que ha destapado la trama.

Autoerigido en fiel escudero de la ‘lideresa’, el yerno de Carlos Fabra (su mujer, Andrea Fabra es diputada en el Congreso) llegó a asegurar que el periódico de Prisa se había inventado las informaciones para ganarse el favor de Caja Madrid, entidad que preside Miguel Blesa y en la que se está librando una batalla sin precedentes por el control de la entidad entre aguirristas y gallardonistas.

Las perniciosas declaraciones de Güemes han sentado muy mal a la dirección del PP. “Sólo vino a reventar el acto”, afirma un destacado miembro de la cúpula del partido. No es para menos. El consejero, cuya gestión al frente de la sanidad madrileña está dejando mucho que desear, ha pasado de ponerse en pie de guerra contra los sindicatos, para hacerlo, nada menos, que contra el presidente de su partido.

Güemes acudió al acto de clausura del foro el domingo, pero una vez que escuchó las intervenciones de Jaime Mayor Oreja y Alberto Núñez Feijoo, se levantó y salió del recinto. En ese momento tomaba la palabra la secretaria general, María Dolores de Cospedal y, tras ella, Rajoy.

El desplante ha caído ciertamente mal en Génova, que pese a todo prefiere guardar un cauteloso silencio. Rajoy convocó este lunes a los alcaldes del PP para hablar de financiación local. En una intervención en abierto, el líder popular arremetió contra el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero por el “parche” que suponen los 8.000 millones de euros para los municipios. De la trama de espionaje no dijo nada, tampoco lanzó ningún mensaje a nivel interno. Solo política de oposición al PSOE.

Los alcaldes del PP, convocados a un encuentro al que también asistieron la secretaria de Organización, Ana Mato, y el vicesecretario de Política Autonómica, Javier Arenas, quisieron mostrar a Rajoy su apoyo sobre este asunto tan escabroso. En nombre de todos, la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, felicitó a Rajoy por su discurso del domingo en Madrid en lo que se ha visto como todo un espaldarazo al equipo ‘marianista’ de la valenciana.

En paralelo, De Cospedal recibía en su despacho, a solas, al vicealcalde de Madrid, Manuel Cobo, uno de los espiados según los informes de los que dispone El País. La ronda de interrogatorios tras la decisión de abrir una investigación interna se inició el pasado viernes en la entrevista con Alfredo Prada, ex consejero de Justicia, y víctima a su vez de los seguimientos. A su salida de Génova, Cobo no quiso aportar ninguna información más sobre el asunto, limitándose a decir que lo que le había contado a la número dos del PP era básicamente lo que había leído en la prensa y dejando muy claro que se trata de un “seguimiento mafioso”, también en el caso del vicepresidente de la Comunidad Ignacio González, recordó.

El PP no ofreció este lunes la habitual rueda de prensa de Cospedal o de Esteban González Pons. Fuentes populares aseguran que la secretaria general no tiene intención de informar a la prensa sobre el curso de sus investigaciones para depurar responsabilidades políticas. De lo que sí están seguros muchos dirigentes es que se terminará por saber todo. Así lo cree Arenas, quien añade además que se hará con “claridad y transparencia”; o el propio Cobo, al subrayar que el principal objetivo del PP es “saber quién está detrás”.

La consigna para la prensa en este lunes de resaca es que “no hay caso” en lo que se refiere a “asuntos internos”. Todo parece indicar que la dirección del PP quiere dejar todo esto exclusivamente en manos de los tribunales y acabar cuanto antes con una situación que puede ocasionarle mucha pérdida de votos en los comicios que tiene por delante.

“Güemes sólo fue a reventar el acto”