viernes. 29.03.2024
NUEVATRIBUNA.ES - 19.11.2009

Hoy es el ‘gran día’ para la UE. Comienzan los cambios: nuevas caras y nuevos cargos. A partir del 1 de diciembre con toda probabilidad entrará en vigor el Tratado de Lisboa y con ello una reconfiguración administrativa en la UE. Pero, ¿En qué consiste este lavado de imagen?

A partir de ahora surge la figura del presidente estable para un mandato de dos años y medio, renovable una sola vez. Su función será esencialmente administrativa, y tendrá que coordinar la labor del Consejo y la organizar las reuniones.

Será quien presida e impulse los trabajos del Consejo Europeo y presentará un informe al Parlamento Europeo después de cada reunión.

El Consejo Europeo es una nueva institución que implanta el Lisboa y que no hay que confundir con el Consejo de la UE, principal instancia decisoria de la Unión, con capacidad legislativa y cuya presidencia es rotaria.

Su misión principal será favorecer el consenso y la cohesión entre los 27. El cargo de Presidente del Consejo Europeo no es compatible con otros cargos nacionales. Una de las dudas que genera esta figura es si tendrá suficiente personal y recursos para cumplir sus funciones con eficacia.

Son muchos lo que están peleándose por asumir este papel. Hay unanimidad en las características del perfil más idóneo. Tiene que ser un candidato firmemente europeísta y con “autoridad moral” han manifestado algunos eurodiputados.

El elegido previsiblemente se conocerá este jueves, sin embargo la cantidad de candidatos que aspiran al puesto son demasiados y ya han alertado que quizás se tenga que esperar hasta el viernes para conocer al nuevo presidente.

EL MINISTRO DE EXTERIORES EUROPEO

Quien ocupe este cargo será el sustituto natural de Javier Solana. Con Lisboa el puesto resulta fortalecido. La principal novedad es que ostentará el cargo de vicepresidente de la Comisión Europea, además de representar a la Unión en las relaciones exteriores, y presidir el Consejo de Asuntos Exteriores.

El objetivo de esta nueva figura es aumentar la coherencia de la acción exterior de la Unión. A su vez la nueva responsabilidad del Alto Representante de ser vicepresidente de la Comisión es un avance que permitirá coordinar la acción común de los países miembros con las instituciones comunitarias.

De su capacidad para avanzar en las relaciones con Washington y Moscú, dependerá que la UE pueda intervenir de forma efectiva en la solución de graves crisis como la de Afganistán, Irán, Corea del Norte o el conflicto palestino-israelí.

LAS PRESIDENCIAS ROTATORIAS

El nuevo cargo de Presidente de la UE es compatible con las presidencias semestrales de turno del Consejo. El Consejo de la UE seguirá siendo el principal órgano decisorio de la Unión, compartiendo con el Parlamento Europeo la responsabilidad de aprobar la legislación.

El Presidente de turno, por tanto, mantendrá su función de organizar el trabajo de la institución e impulsar el proceso de decisión legislativo y político. Se encargará de organizar y presidir el conjunto de las reuniones, incluyendo los numerosos grupos de trabajos, así como de negociar los compromisos.

La novedad principal se refiere al proceso de decisión. A partir de la entrada en vigor del Tratado de Lisboa, el voto por mayoría cualificada se ampliará a numerosos ámbitos, como inmigración o cultura.

Tras la presidencia sueca de la UE, que finaliza en diciembre de 2009, el turno recae en España, quien junto a Bélgica y Hungría desarrollará una presidencia en equipo en el marco del nuevo sistema de trío de presidencias rotatorias, que abarcará 18 meses, desde el 1 de enero de 2010 hasta el 30 de junio de 2011.

¿En qué consiste la reconfiguración de la UE?