jueves. 18.04.2024
NUEVATRIBUNA.ES - 12.8.2010

En una entrevista transmitida en la noche del miércoles en el programa "20:30", emitido en Seda va Sima, la televisión pública iraní, Ashtiani afirmaba, a través de un comunicado leído por una voz femenina, que había mantenido una relación extramarital con el primo de su marido y arremetía contra su abogado, que se ha refugiado en Noruega, por dar a conocer internacionalmente este caso.

Amnistía afirma que "confesiones" televisivas similares a la de Sakineh Mohammadi Ashtiani han sido utilizadas repetidamente por las autoridades iraníes para incriminar a personas que se hallan bajo custodia, algunas de las cuales se retractaron después de estos testimonios para señalar que fueron obligados a hacerlos bajo tortura u otros malos tratos.

La directora adjunta de Amnistía Internacional en Oriente Medio y Norte de África, Hassiba Hadj Sahraoui, ha señalado que esta última "confesión" "no muestra nada más que la falta de pruebas contra Sakineh Ashtiani". "Parece que las autoridades de Irán han orquestado esta 'confesión' a raíz de la convocatoria de una revisión judicial y parece que ahora se inventan nuevos cargos de asesinato de su marido", ha dicho Sahraoui.

Houtan Kian, abogado de Sakineh, se ha apresurado a denunciar en el diario británico The Guardian, que su defendida ha sido torturada durante dos días antes de la emisión. "Le pegaron y torturaron hasta que aceptó aparecer delante de las cámaras. Su hijo de 22 años, Sajad, y su hija de 17, Saeedeh estaban traumatizados cuando vieron el programa".

Su temor es que al forzar la confesión de asesinato, las autoridades iraníes aceleren el proceso de ejecución. Uno de los factores que han llevado a pensar que la mujer fue obligada a confesar en televisión es que acusó a los medios internacionales de estar metiéndose en su vida, lo que se interpreta como parte de un guión escrito por las autoridades de Teherán que desean contrarrestar de alguna manera las fuertes presiones que están recibiendo por este caso. Además, hace tan sólo una semana y en una entrevista realizada con el mismo periódico a través de un intermediario, Sakineh acusó a las autoridades iraníes de mentir sobre sus cargos para confundir a la prensa extranjera y así dejar vía libre a su ejecución. "Me acusaron de adulterio y fui absuelta de asesinato", dijo.

Brasil, que hace unas semanas se ofreció a albergar a la mujer para evitar su lapidación, ha vuelto a plantear su oferta a través del ministro de Exteriores, Celso Amorim, que ha sugerido al régimen iraní que tenga un "gesto humanitario" con Sakineh. "¿Quién sabe si un gesto humanitario no sería bueno para el propio Irán, para mejorar su posición en el mundo?", ha declarado. Irán, que ya había rechazado esta posibilidad, ha reiterado que Amorim "posiblemente no ha recibido suficiente información sobre el caso".

Amnistía Internacional denuncia las diferentes versiones de la Justicia iraní y exigió la liberación inmediata de Sakineh. Según la ONG, que ha creado la web actuaconamnistia.org para recopilar firmas en contra de la ejecución, la acusada, está presa desde 2005 y en mayo de 2006 fue condenada a recibir 99 latigazos por mantener una "relación ilícita" con dos hombres. Con posterioridad, fue declarada culpable de tener una "relación extramatrimonial" y condenada a morir por lapidación.

Las muestras de apoyo a Sakineh son numerosas en las redes sociales en las que se recuerdan otros casos en los que la presión internacional ha logrado frenar ejecuciones como la que se pretende llevar a cabo con la mujer iraní.

¿Ejecución inminente?