sábado. 27.04.2024

Diez años después del hundimiento del Prestige frente a las costas de Galicia y el vertido de toneladas de fuelóleo, los efectos de la marea negra parecen seguir siendo visibles. Así lo han podido comprobar representantes de Ecologistas en Acción durante una inspección visual en la Costa da Morte.

Las huellas de un accidente de semejantes dimensiones afectan a la naturaleza durante décadas y el necesario cuidado y limpieza debe también continuar a largo plazo

La visita a las playas Ensenada de Cuño, Playa de Moreira y Playa do Rostro ha permitido ver restos de chapapote en las piedras y en los intersticios de las rocas. El mar todavía trae a la costa pequeñas galletas de chapapote.

La recopilación de fotografías en el litoral permite deducir que los restos del vertido han dejado huellas aún más imborrables en los fondos marinos. Por ello, Ecologistas en Acción reclama que se realicen estudios científicos exhaustivos sobre la situación de los ecosistemas costeros de las costas gallegas y cantábricas. Estos estudios deben ser independientes e ir más allá de los intereses políticos.

Pero, lo que es más importante aún, tienen que garantizarse las condiciones para que un desastre medioambiental así nunca vuelva a repetirse. Todos los responsables deben rendir cuentas, también los políticos. Los dirigentes de aquel momento deberían comparecer en el juicio del Prestige como imputados y no sólo como testigos.

Las huellas no borradas del Prestige