jueves. 28.03.2024

Terremoto político en Suecia”, así es como muchos medios de comunicación describen los resultados de las elecciones del pasado domingo, 11 de septiembre, en ese país. El partido Demócratas de Suecia ha sido el gran vencedor, la fuerza que más ha crecido alcanzado el 20,5% de los votos, aunque el Partido Socialdemócrata Sueco sigue siendo el más votado, aumentando ligeramente sus votos para alcanzar el 30,3%. Por lo que, tras una década de aislamiento, el partido Demócratas de Suecia, una fuerza política fundada en los años ochenta por un grupo de neonazis, tendrá ahora una influencia determinante en la formación de gobierno. 

El resultado electoral del pasado 11 de septiembre ha cuestionado la imagen que muchos europeos teníamos de Suecia, una sociedad del bienestar, compasiva, tolerante y ejemplo de solidaridad internacional. Ahora está por ver qué futuro le espera y dónde quedarán estos méritos, como se pregunta la prestigiosa periodista sueca Åsa Linderborg que ha escrito: “Es difícil saber en qué tipo de país se convertirá Suecia a partir del pasado domingo, pero en cualquier caso no se basará en ningún valor que tradicionalmente hemos llamado "típicamente sueco". Valores como la igualdad, la igualdad de género y la idea de la seguridad social y que sustentan en su legislación. Que no están en la naturaleza y la sangre; porque son el resultado de la lucha política. Ni siquiera tienen mucha antigüedad histórica”.

Muchos pensábamos que Suecia sería un bastión inexpugnable capaz de resistir en un mundo de Trump, Marine Le Pen, Matteo Salvini, Viktor Orbán, Bolsonaro... Pero no, la cruda realidad es que un partido de extrema derecha, Demócratas de Suecia, hoy es la segunda fuerza más votada y la primera del bloque de la derecha. Suecia se convierte así en uno de los países más extremos de Europa, ya que en ningún otro de Europa occidental un partido de extrema derecha ha conseguido una proporción tan grande de votos en su Parlamento.

Esperemos aún que, el anunciado terremoto italiano quede en un mal sueño y no tengamos que ver a Giorgia Meloni presidiendo el gobierno de este país, algo que no podíamos imaginar ni en nuestra peor pesadilla

El próximo 25 de septiembre se espera un nuevo terremoto si se cumplen las previsiones que nos anuncian las encuestas de las elecciones legislativas en Italia. Vaticinan que el futuro gobierno de este país puede estar dirigido por Fratelli d'Italia, un partido de extrema derecha con raíces en el fascismo de Mussolini y hermano de los Demócratas de Suecia. Puede representar un retroceso de los derechos civiles en ambos países en línea con lo que se está aplicando en Hungría, Polonia, República Checa, gobernados por partidos reaccionarios y hostiles a las mujeres, a los gays y a la inmigración, a muchos de los derechos civiles, individuales y colectivos, conquistados a lo largo de tantos años a Países descritos por el partido de los Conservadores y Reformistas Europeos, del que forman parte VOX, Fratelli d'Italia y Demócratas de Suecia, como un símbolo "de la defensa de la Europa real e histórica".

Jimmie Akesson | Líder de los Demócratas de Suecia
Jimmie Akesson | Líder de los Demócratas de Suecia

La evidencia es que la extrema derecha está ganado poder político en Europa por primera vez desde la década de 1940.Las razones son múltiples y variadas en cada país, especiales y particulares. Pero hay una que es común: se han roto las barreras que existían en Europa, entre las derechas moderadas, las que forman parte del Partido Popular Europeo, que se negaban a cooperar con los partidos de extrema derecha. Hoy esta cooperación es una realidad, la vemos también en nuestro país donde el Partido Popular y Ciudadanos, autodefinido éste como liberal, que han unido sus fuerzas con VOX y asumido muchos de sus postulados extremos en el terreno territorial, judicial, de derechos civiles e inmigración. Han caído las barreras que separaban el centro-derecha de la extrema derecha en Europa. Y, con ello cada vez más, los partidos más radicales se están estableciendo como la fuerza más relevante e influyente del bloque de la derecha, del centro derecha e incluso de los liberales. 

Esperemos aún que, el anunciado terremoto italiano quede en un mal sueño y no tengamos que ver a Giorgia Meloni, la líder de Fratelli d'Italia, presidiendo el gobierno de este país, algo que no podíamos imaginar ni en nuestra peor pesadilla. Que el país de la lucha de los partisanos, de la CGIL, del PCI, de Togliatti, Nilde Iotti, Enrico Berlinguer, Luciano Lama, Bruno Trentin, Sandro Pertini..., el país de mi hermano Gaetano Sateriale, pueda estar gobernado por un partido que se reivindica heredero de Mussolini. Esperemos que no.

Terremoto en Suecia e Italia, caen las barreras entre derecha y extrema derecha