lunes. 29.04.2024

En este mismo medio recientemente escribí un artículo titulado Algunas reflexiones sobre el “autogolpe” de Pedro Castillo. Puse a propósito la palabra autogolpe entre comillas, ya que no tenía muy claro, si realmente Castillo había realizado un golpe de Estado, como la gran mayoría de los medios nacionales e internacionales lo calificaron.  

Por ello, me fijaré en otros medios ubicados en ese continente de América Latina, el cual siento una especial querencia por muchas razones. Una de ellas, es porque parece que lleva tras sí una condena divina, como señaló Eduardo Galeano: “Vinieron. Ellos tenían la Biblia y nosotros teníamos la tierra. Y nos dijeron: ‘Cierren los ojos y recen’. Y cuando abrimos los ojos, ellos tenían la tierra y nosotros teníamos la Biblia”. “Los efectos de la conquista y todo el largo tiempo de la humillación posterior rompieron en pedazos la identidad cultural y social que los indígenas habían alcanzado”.  A pesar de este castigo,  de América Latina podemos aprender mucho los que habitamos en esta engreída Europa. Hay un libro muy interesante del filósofo colombiano Oscar Guardiola-Rivera, Si Latinoamérica gobernase el mundo. De cómo  el Sur guiará al Norte hacia el siglo XXI.

Uno de los medios  que me ha llamado la atención es el programa de televisión de debate en México, titulado En Contexto presentado por Rubén Luengas, uno de los periodistas más experimentados a nivel nacional e internacional y que es el presentador de este espacio en el Canal de Televisión de La Octava, que todas las noches analiza la realidad en México y en el panorama internacional. El programa lleva el título muy significativo, Exclusiva: El Excanciller Héctor Béjar habla del papel de las Mineras en el conflicto político del Perú.

Realiza dos entrevistas al mencionado Héctor Béjar y a Laura Carlsen, analista política, directora de Américas.org.  A esta última, Rubén Luengas, ya que tiene dudas a la hora de denominar “golpe de Estado” le pregunta: “Ya que en una entrevista que realice a Amauri Chamorro, este me contestó que no hubo un golpe de Estado, es un error garrafal llamarlo así, y sin embargo en México todo el mundo habla de Castillo como golpista, cuando la disolución del Congreso por parte del Presidente de la República aparece en la Constitución, que por cierto no le sirvió de nada”. 

Laura Carlsen contesta. “Ya no soy experta en la Constitución peruana y he tenido las mismas preguntas, consultando a personas conocedoras de la Constitución, y he escuchado respuestas de dos lados, yo no llamaría golpe de Estado, es muy fuerte el término, es muy cargado, y también el de señor expresidente, pues no utilizamos este término, pero si en sentido estricto  es legal o no, no soy capaz y parece que tampoco hay consenso en Perú".

He visionado también otro programa de Rubén Luengas, de título muy explícito, Luengas analiza el golpe de Estado en Perú: la presión de los Estados Unidos para golpear a la izquierda, en el cual entrevista al citado  Amauri Chamorro y Miguel Tinker Salas. Chamorro es hijo de padre ecuatoriano y madre brasileña. Nació en Quito en 1978. Lo antecede una historia de exilios y persecuciones contra su familia durante las dictaduras del Cono Sur. Estudió Periodismo en la Universidad de Sorocaba, en el Estado de Sao Paulo, e hizo una maestría en Gestión de la Comunicación Política y Electoral en la Universidad Autónoma de Barcelona. Pero más que en la academia, ha construido una trayectoria de militancia. Se identifica a sí mismo como “consultor y analista en la segunda y definitiva independencia de América Latina” y en un perfil publicado en noviembre de 2017 en el medio chileno Tele13 aparece citado con la siguiente afirmación: “Antes de ser un profesional, yo soy un militante de izquierda, un internacionalista. La izquierda suele perder en el escenario de los medios de comunicación porque estos son de derecha, entonces, yo llevo mi conocimiento para pelear con la izquierda en esas batallas”. En cuanto a Miguel Tinker Salas,  es un historiador venezolano y profesor del Colegio Pomona, en Claremont, California. Especialista en América Latina con abundante bibliografía sobre México y Venezuela. . Con frecuencia se desempeña como analista político y sus comentarios se pueden ver en televisión, radio y medios impresos.

Ambos Chamorro y Tinker niegan que Castillo hiciera un golpe de Estado. Al contrario se lo hicieron a él los miembros del Congreso peruano. Chamorro argumenta que dentro de las competencias del presidente de la República está la disolución del Congreso, tal como parece en el artículo 118 de la Constitución. Y es lo que hizo Pedro Castillo disolver el Congreso.  Y unas horas después ese Congreso al estar ya disuelto  no podía destituir al presidente. Lo que hizo Castillo, la disolución del Congreso fue lo mismo que hizo Fujimori en 2001, y no fue considerado golpe de Estado. Pero hay una diferencia, Fujimori tenía como comparsa a unos de los políticos más perversos de la Historia del Perú, Vladimiro Montesinos. Pero esto es otra historia.

Es la primera vez en la historia peruana que un movimiento surgido de las bases populares plantea una agenda claramente política y supera las demandas inmediatas, aisladas y limitadas a los problemas locales.  El gran movimiento no debe ser definido como de izquierda

No creo sea necesario insistir que desde el primer momento toda la derecha política, económica y mediática fueron a por Castillo. Incluso  tras su triunfo en la segunda vuelta, la autoridad electoral tardó dos meses en reconocer su triunfo. Su gobierno fue imposible, lo que no quita que cometiera errores, en gran parte debido a su inexperiencia política. Y para muchos fue un gobierno ilegítimo.

Retorno a la primera entrevista hecha por Rubén  Luengas a Héctor Béjar, que  fue ministro de Asuntos Exteriores durante 19 días de un gobierno de Pedro Castillo, pero que tuvo que dimitir por haberse atrevido a decir que la Marina del Perú cometió actos de terrorismo contra sus propios jefes y además entre los años 1980-1992 la época del gran terrorismo miembros del Ejército, realizando un servicio de espionaje,  se habían infiltrado en Sendero Luminoso.

pedro castillo peru
Pedro Castillo

El título de esa entrevista la recuerdo fue Exclusiva al Excanciller Héctor Béjar habla del papel de las Mineras en el conflicto político del Perú. Unas notas biográficas sobre Héctor Béjar. Peruano nacido  1935, es un escritor, sociólogo, artista plástico, abogado y catedrático de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y la Pontificia Universidad Católica del Perú. Fue guerrillero del Ejército de Liberación Nacional en los años 60, estuvo en la Cuba de Castro y convivió con el Che Guevara.

Héctor Béjar señala que una de las razones del golpe contra Pedro Castillo, es que no ha querido dar luz verde a 41 proyectos mineros que están en los Andes, que pueden conocerse al estar colgados en la página Web del Ministerio de Economía y Fomento-más delante los reflejo-. Sus impulsores están muy nerviosos para ponerlos en marcha en vista de la subida del precio del cobre.

Estas explotaciones mineras, son a tajo abierto, que harán un gran daño ambiental y que además necesitan mucha agua, que no es abundante en Perú.

Esto ha provocado movimientos de protesta en las comunidades locales, que no son solo campesinos, sino que también algunos industriales, pequeñas ciudades.

Además añade Héctor Béjar que está el asunto de unos proyectos-ley que los aprobó Fujimori en 1990 y que deben ser renovados este año, para que tengan una validez de 40 o 50 años.

En la página del Ministerio de Economía y Finanzas del Perú aparece la cartera de proyectos mineros. Según el último Marco Macroeconómico Multianual 2019-2022, existen 41 proyectos mineros por aproximadamente US$49,000 millones que empezarán construcción en los próximos años. Esto se debe principalmente a los proyectos de Quellaveco (US$5,300 millones), Mina Justa (US$1,600 millones) y la ampliación de Toromocho (US$1,355 millones), y el inicio de construcción de otras iniciativas como Pampa de Pongo (US$2,500 millones) y Corani (US$585 millones).Además, existen ocho proyectos más que se encuentran en otras etapas. “Se tiene una cartera de 49 proyectos mineros por US$58,500 millones, de los cuales US$28,100 millones se encuentran en las fases de factibilidad e ingeniería de detalle”, explica el MEF. Hay mucho dinero en juego.

La situación actual de Perú es conocida por todos aquellas personas preocupadas  por la política internacional. Es una auténtica masacre. Ya van más de 60 muertos y cientos de heridos, por parte del Ejército y de la Policía. Y hay una máxima responsable, la presidenta Dina Boluarte. Tampoco es una novedad lo que se está haciendo con el pueblo peruano. Al respecto me parecen muy interesantes las palabras del periodista argentino Lautaro Rivara, extraídas de su artículo El Perú de todas las sangres (derramadas): “Las guerras ganadas. “Ocho guerras perdidas con el extranjero; pero, en cambio, cuántas ganadas contra los propios peruanos.” La irónica cita es de Redoble por Rancas, la célebre novela de Manuel Scorza, y refiere a las victorias pírricas del Estado y las fuerzas armadas peruanas contra el “temible” enemigo constituido por su propia población indefensa, en un largo historial de masacres e incursiones punitivas que se repiten ahora”.

Las explicaciones oficiales apuntan a que ese descontento y rebelión es producto de causas “externas”. La externalización del “enemigo” es una forma de manipulación que busca siempre explicar los “males sociales” a través de agentes externos que alteran la paz y armonía social en la que creen vivir. Desde el propio Estado se ha  promovido una visión bélica de las luchas y conflictos sociales, recurriendo al discurso del que se han valido los pasados 30 años: el terruqueo. Éste se traduce en el señalamiento, criminalización e invalidación de quienes protestan. Tanto es así, que el congresista Héctor Valer, de Somos Perú, llegó a colocar, en pleno recinto parlamentario, un cartel de la extinta guerrilla maoísta junto a las fotos de las víctimas de la represión en Puno.

 La explicación de lo que está ocurriendo es otra y es muy clara. Me parece muy certera la opinión de Héctor Béjar en otra reciente entrevista en Prensa Latina, que expongo a continuación. Se trata de un movimiento múltiple compuesto por comunidades quechuas y aimaras, especialmente las aimaras, mujeres comerciantes de los mercados populares, transportistas del sur, comerciantes en general, pequeños industriales de la pujante ciudad de Juliaca, estudiantes de las universidades y colegios Y pueblo en general. A ellos se han unido las rondas campesinas de Cajamarca, las comunidades amazónicas y otras innumerables redes populares.

Es un cambio cualitativo. Es la primera vez en la historia peruana que un movimiento surgido de las bases populares plantea una agenda claramente política y supera las demandas inmediatas, aisladas y limitadas a los problemas locales.  El gran movimiento no debe ser definido como de izquierda. Es un movimiento popular, de base, mucho más amplio que la izquierda política. También es cierto que la mayoría de militantes de las distintas izquierdas existentes en el Perú, están plenamente volcados al apoyo a este movimiento popular. Ya estamos en un proceso destituyente del antiguo sistema y constituyente de uno nuevo. Y lo más probable es que, a medida que pasen los días y las semanas, y si este movimiento subsiste y se incrementa, la demanda por una Asamblea Constituyente y una nueva Constitución continuará creciendo hasta hacerse hegemónica.

Si esta lucha continuase y no fuese traicionada una vez más, tendríamos la posibilidad de una democracia verdadera, abierta a todas las culturas y nacionalidades existentes en el país, un estado social, y una economía abierta a la inversión popular y cerrada a todo tipo de corrupción. En otras palabras, la dictadura parlamentario-militar-mediática de extrema derecha implantada plenamente en el país andino después del golpe de Estado contra el presidente constitucional Pedro Castillo ha cerrado los caminos políticos.

Perú no se merece este castigo