sábado. 27.04.2024
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El representante del Israel en la ONU.

Quiero comenzar esta columna expresando mi absoluta condena a la acción armada que llevó a cabo Hamás que tuvo como consecuencia inmediata la muerte de un número importante de personas civiles y el secuestro como rehenes de unas doscientas más. Mi condena es por tanto expresa y clara.

Dicho lo anterior, suscribo plenamente las palabras del Secretario General de la ONU, Sr. Antonio Guterres indicando que las acciones de Hamás no ocurrieron de la nada, y que el pueblo palestino ha sido sometido a 56 años de ocupación asfixiante. En esas mismas declaraciones el Sr. Guterres condenaba de manera clara el ataque de Hamás. 

Me parece relevante recordar esas palabras del Secretario General de la ONU, toda vez que tras el ataque de Hamás y las numerosas víctimas que ha ocasionado, de manera inmediata la práctica totalidad de los países de eso que llamamos Occidente han expresado no sólo su rotunda condena a ese ataque, cuestión sobre la que cabe poca discusión por su absoluta coherencia, pero asimismo su apoyo prácticamente incondicional a Israel y su derecho de legítima defensa sin ningún matiz al mismo, obviando toda consideración del contexto de agresiones, aislamiento forzoso, limitación de la movilidad y ocupación de territorio que el Estado de Israel lleva a cabo de manera continúa sobre los habitantes de la franja de Gaza.

Suscribo plenamente las palabras del Secretario General de la ONU, Sr. Antonio Guterres indicando que las acciones de Hamás no ocurrieron de la nada

La respuesta del gobierno de Israel bombardeando de manera indiscriminada el territorio de la franja, lo que a día de hoy supone que se contabilicen miles de muertos (entre ellos más de dos mil niños ), y más de mil desaparecidos entre los escombros de las casas arrasadas por las acciones del ejército israelí, así como impidiendo el acceso a la electricidad y al agua a la población gazatí, no respeta los mandatos del Derecho Internacional, viola los derechos humanos y pone en peligro los valores en que debe sustentarse nuestra sociedad.

La brutal y desproporcionada forma de actuar del Estado de Israel, que conocemos gracias a las informaciones rigurosas y veraces de periodistas y reporteros que se encuentran en la franja o a través de las horribles imágenes que nos llevan por televisión, hacen imposible cualquier intento de minimizar o incluso tratar de justificar en aras al derecho de legítima defensa, lo deleznable y salvaje de las acciones de Israel.

A este respecto creo oportuno recordar las palabras que el exfiscal jefe fundador de la Corte Penal internacional, Sr. Moreno Ocampo, ha expresado estos días cuando fue entrevistado por la periodista Olga Rodriguez. En ella el prestigioso jurista no duda en condenar las acciones de Hamás indicando que cometió crímenes de guerra, pero asimismo afirma que Israel no puede bombardear a civiles en Gaza, no puede forzar el desplazamiento de civiles en Gaza y no puede someterles al hambre para obligarles a moverse. Todo eso no puede hacerse, es un crimen y podría ser investigado por la Corte Penal Internacional. Precisamente lo que el Sr. Moreno Ocampo afirma no puede hacerse, es lo que está haciendo Israel y ello no puede ocultarse a pesar de las dificultades que el gobierno israelí impone a los medios de comunicación para acceder a la franja.

Posiblemente la acción armada y criminal de Hamás, junto con la brutalidad de la respuesta del Gobierno de Israel y las gravísimas consecuencias que ello está teniendo para la indefensa y atrapada población de Gaza, han hecho recordar a los dirigentes de la Unión Europea que el conflicto en Palestina seguía existiendo y que el constante hostigamiento de Israel a los palestinos y los sucesivos asentamientos apropiándose de más territorio, no podían propiciar más que indignación y radicalización y por ello hayan corregido el apoyo total, sin ninguna matización, apresurado, imprudente y fuera de lugar de la Presidenta de la Comisión Europea, Sra. Ursula von der Leyen, al gobierno de Israel.

Los sucesivos asentamientos apropiándose de más territorio, no podían propiciar más que indignación y radicalización

El máximo responsable de Política Exterior de la Unión Europea, Sr. Borrell, indicó posteriormente que Israel tiene derecho a defenderse pero respetando el Derecho Internacional y que en consecuencia no podía condenarse sólo la acción de Hamás sin condenar asimismo la respuesta desproporcionada y no acorde al Derecho Internacional que Israel llevó y sigue llevando a cabo contra la población palestina en Gaza. Un posicionamiento sin duda más acorde con los valores de la Unión, un pronunciamiento positivo aunque en mi opinión insuficiente.

Me he referido sólo a los países de la Unión Europea porque la postura de Estados Unidos ante este conflicto era la esperada, apoyo total y sin matices a Israel.

El presidente estadounidense viajó rápidamente a Tel Aviv, se entrevistó con el jefe de gobierno israelí, Sr. Netanyahu, manifestó que se desplazaba para ayudar a la solución del conflicto , manifestó su total apoyo a Israel y de retorno a Washington prometió el envío de millones de dólares para rearmar a Israel y como único logro positivo consiguió que Israel permitiera la entrada de veinte camiones de ayuda humanitaria, cifra absolutamente insuficiente para una población que ya sufría severas restricciones que se agravaron con el corte de suministro de luz y agua. Según se ha publicado, parece también solicitó a Israel limitar el número de víctimas civiles, es decir una vergonzosa manera de aceptar como daños colaterales las acciones sobre población civil que no son acordes al Derecho Internacional y solicitar que estos sean los menos posibles.

No soy, ni pretendo serlo, experto en Oriente Medio ni en Geopolítica; no es mi profesión, y por ello no haré ninguna referencia en ese terreno, dicho esto, vivo en un país, España, donde ha costado muchas vidas y sufrimiento poder convivir en un marco de libertades y derechos fundamentales, y quizá por ello mi sensibilidad y creo que también la de muchos compatriotas nos lleva a empatizar con el pueblo palestino, a solidarizarnos con ese pueblo que lleva décadas sufriendo la agresión sistemática y continuada del Estado de Israel, a denunciar la masacre que Israel está cometiendo con la población civil en Gaza actuando al margen del Derecho Internacional y utilizando como excusa la destrucción de Hamás.

Hace unos días leí una entrevista en el diario El País al prestigioso historiador israelo-británico Avi Shlaim, profesor en la Universidad de Oxford, en ella el prestigioso historiador se muestra crítico con el gobierno de Israel, condena el ataque de Hamás sobre población civil pero asimismo afirma que la respuesta israelí fue brutal y desproporcionada; asimismo indica el historiador que la venganza no es una política y que las potencias occidentales serán cómplices del ataque de Israel a Gaza si éste se produce. 

La Comunidad internacional tiene que actuar ya para evitar la masacre del pueblo palestino en Gaza y para conseguir el alto el fuego inmediato

Reiterando mi condición de no experto, no hablaré de los riesgos de extensión del conflicto, pero sí quiero manifestar de manera clara que se hace imperativo parar a Israel, exigir un alto el fuego inmediato, exigir a Hamás la entrega de los rehenes para que vuelvan con sus familias, movilizarnos en las calles apoyando al pueblo palestino y exigiendo se cumplan las resoluciones de las Naciones Unidas y de manera prioritaria impedir la invasión de Gaza por parte de las fuerzas del Ejército israelí.

Israel no puede actuar al margen de las normas del Derecho Internacional, no puede incumplir las Resoluciones de Naciones Unidas y no puede efectuar acciones militares que puedan etiquetarse como crímenes de guerra.

La Comunidad internacional tiene que actuar ya para evitar la masacre del pueblo palestino en Gaza y para conseguir el alto el fuego inmediato. Posteriormente se tiene que abordar el cumplimiento de las Resoluciones de Naciones Unidas y en consecuencia el reconocimiento de los dos estados.

Al hilo con lo expresado anteriormente, la Unión Europea y España como uno de los países más importantes de ella, deben exigir y conseguir que Israel modifique radicalmente su forma de actuar, si no fuere así (ello es posible) deberá plantearse la aplicación de sanciones de todo tipo al Estado de Israel de manera similar a las aplicadas a otros países que se entiende han actuado al margen del Derecho Internacional. La Unión Europea tiene en esta difícil situación la oportunidad de asumir un protagonismo determinante para llegar a una solución definitiva del conflicto acorde a las Resoluciones ya aprobadas y prestar así un gran servicio a la causa de la paz. Así sea. 

Parar a Israel: un mandato imperativo