lunes. 29.04.2024

Necesitamos tu ayuda para seguir informando
Colabora con Nuevatribuna

 

Estimados semejantes: Me dirijo a vosotros como un hombre del pueblo español en este caso, a vosotros mis semejantes del pueblo de Israel, como uno más de los miles de millones de seres humanos de este Planeta que desde el mes de octubre del pasado año observamos horrorizados la abominación en Gaza; una saña criminal fríamente programada que no conoce límites. Netanyahu y su equipo de psicópatas con uniforme, hijos de ese pueblo armado, son los responsables principales de más de treinta y tres mil muertos, más de la mitad niños y niñas; de los bombardeos sobre viviendas ocupadas, hospitales y centros de refugiados sin razón alguna que justifique esa atrocidad y mientas son encarcelados y torturados en cárceles abarrotadas e insalubres niños y adolescentes supervivientes. 

Asesinatos selectivos a médicos, personal sanitario, ambulancias, cooperantes de la ONU, periodistas, y hasta de quienes intentan acercarse a la franja con intención de paliar el hambre y la sed de quienes allí viven en un infierno en el que a diario mueren de hambre niños, niñas, o heridos por falta de asistencia, provocan en cualquier humano digno de ese nombre el más vivo dolor y repudio. 

El ejército israelí ya ha logrado superar la crueldad nazi que creíamos el límite superior del refinamiento criminal, el límite imaginable de la deshumanización y la perversión moral Netanyahu y los suyos han logrado superar a las SS.

¿Cuál es la posición de la mayoría del pueblo israelí? Las escenas que nos ofrecen los medios muestran un enorme rechazo a Netanyahu, al que acusan de incapacidad para rescatar a los rehenes en manos de Hamas, o el rechazo minoritario a seguir con lo que ellos y la prensa occidental llaman “guerra”, pero ni una sola manifestación de apoyo al pueblo palestino o de rechazo a su exterminio. A la gran mayoría, el pueblo palestino les sobra en ese territorio al que llaman Israel o Estado Judío, en lugar de lo que es: Palestina okupada progresivamente desde 1948 por mandato de las Naciones Unidas, arrogándose un derecho que no posee. La tierra de Palestina no es vuestra. Por tanto, es una ocupación ilegítima desde el punto de vista del derecho internacional y de la ley de Dios dada a Moisés; la ley del” No matarás” y del “No desearás los bienes de tu prójimo” que Netanyahu -que se dice judío- debería respetar, y que Biden -que se dice católico y va a misa- deberían respetar. Pero El ejército de Netanyahu, asesina sin miramientos a decenas de miles de hijos de Dios con el apoyo moral y las armas que le envía su padrino Biden para que no cese el crimen.

Palestina no fue okupada por el pueblo judío como tal, sino por colonos sionistas armados que no han cesado de expansionarse territorialmente hasta convertir la franja de Gaza primero en un campo de concentración a cielo abierto y a continuación, ahora mismo, en un campo de exterminio de norte a sur. Y no hay duda alguna que después iría Cisjordania.

¿Qué harás tú, hijo del pueblo llano? ¿Seguirás obedeciendo al gobierno criminal de una nueva versión de Hitler? ¿Te unirás a la minoría de pacifistas junto a los ortodoxos que se niegan a coger las armas por respeto a los Mandamientos? ¿O defenderás la tesis de los Dos Estados para acabar con este genocidio? No te equivoques en ningún caso. 

Sabemos que lo que dicen sobre los dos Estados no es posible: solo es demagogia. ¿Estaría el ejército triunfante tras el genocidio dispuesto a ceder generosamente lo que ha ido conquistando, las tierras, las casas, las propiedades confiscadas desde 1948? parecería un chiste si se lo contaran a Netanyahu, a su estado mayor y a los colonos francotiradores que disparan sobre niños. Porque forma parte esencial de la política sionista matar niños, impedir que la población palestina se reproduzca. Por eso mismo se bombardean hospitales con recién nacidos y madres parturientas. La abominación no tiene límite.

El ejército israelí ya ha logrado superar la crueldad nazi que creíamos el límite superior del refinamiento criminal, el límite imaginable de la deshumanización y la perversión moral Netanyahu y los suyos han logrado superar a las SS

No son posibles dos estados en estas condiciones. La única solución para evitar que se repita esta barbaridad ya no puede ser otra que un solo Estado democrático, pluriétnico y con representantes elegidos por los ciudadanos sin distinción ni privilegios, dispuestos unos y otros, a buscar acuerdos -con la imprescindible ayuda de mediadores internacionales- para reparto del territorio según población, leyes internacionales del derecho y las leyes universales de la justicia ética y moral. No es una tarea sencilla, y llevará tiempo si se quiere realizar. Pero ¿Cuál es la alternativa? ¿Volver a la situación anterior, repetir una y otra vez este crimen a gran escala hasta que no quede un solo palestino en su propia tierra? ¿O tal vez hacer tan pequeño el espacio que se les asigne a los supervivientes que apenas si puedan moverse mientras se obliga al exilio a los que no quepan o se rebelen, si es que queda alguno? 

¿Qué harás tú, hijo del pueblo de los colonizadores? ¿Serás como ellos, o te rebelarás contra lo que son como ellos? Por mi parte, un hijo del pueblo como tú mismo, no cesaré de dar aldabonazos a tu conciencia como un igual, un hijo del pueblo llano a un semejante atrapado por el sionismo fascista.

Al pueblo llano de Israel en la Palestina oKupada